Compartimos, a continuación, el panorama político de la edición mensual de noviembre de Alternativa Socialista, que estará los próximos días en nuestros locales de todo el país y podés conseguirlo pidiéndoselo a nuestra militancia. En este nuevo número también están contenidos trabajos sobre la situación en Palestina, negacionismo y políticas de odio, la pelea por la absolución definitiva de Alejandro Bodart; economía con una entrevista a Claudio Katz; la experiencia de Cele Fierro en la Flotilla Sumud Global, una entrevista a Bodart hacia el 3° Congreso de la LIS, entre otros temas. Como anticipo de esta nueva edición, ahora socializamos este panorama nacional, escrito por Sergio García, director de Periodismo de Izquierda.

Las elecciones del pasado domingo 26 de octubre se transformaron en uno de esos hechos con resultados impensados, que a la vez cambian las tendencias inmediatas que tendrá nuestro país. Vamos a analizar el triunfo de Milei y la Libertad Avanza, el que ni ellos mismos pensaban conquistar en esa magnitud, el resultado que ningún analista ni encuestadora esperaba de esa forma. El que hizo sacudir a un peronismo en crisis en el Búnker de Buenos Aires, donde esperaba un triunfo estratégico que nunca llegó. Desde este nuevo contexto y pensando en el país que viene, también analizamos y proponemos desde el MST, qué debe hacer el Frente de Izquierda Unidad en adelante.
No hay tal vez medio, analista ni consultora, que a lo largo del último mes, y tras las derrota del gobierno en septiembre y en las seguidas derrotas parlamentarias, no haya partido para sus análisis y pronósticos, de la hipótesis de un Milei, como mínimo, derrotado en parte importante del país y sobre todo en Buenos Aires. Se esperaban diferentes variantes, incluso la posibilidad de que en el tramo final y con apoyo de EEUU, Milei pudiera recuperar terreno y hacerse de algunos triunfos provinciales para equilibrar un poco la situación.
Lo que no se esperaba, de ninguna manera visible, es que ese triunfo fuera nacional e incluyera a la estratégica Provincia de Buenos Aires. Cuando el domingo por la noche los resultados hicieron que los violetas ganaran Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe y 15 provincias en total, estábamos ante un resultado global que modifica el contexto y abre una nueva coyuntura política en el país. Porque desde esa jornada electoral hay un antes y un después, se corta la serie de derrotas políticas y parlamentarias que venía teniendo el gobierno, con su refracción en la calle. Y se abre un nuevo momento, donde apoyado en su triunfo electoral nacional, el gobierno se dispone a lanzar una contraofensiva hacia la aplicación de todo su proyecto reaccionario y de derecha extrema. Hacia el impulso de leyes antiobreras y antipopulares como las reformas jubilatorias, laboral, tributaria y penal, entre otros cambios estructurales exigidos por el imperialismo y capitalismo más concentrado.
Las elecciones tienen muchas aristas para analizar, no se las puede pretender explicar por uno o dos elementos, hay una multicausalidad que fue generando este desenlace. E incluso el propio triunfo también tiene sus límites, por ejemplo el hecho de ser la elección con menos nivel de votantes (68%) desde el regreso de la democracia en 1983. Pero no podemos adentrarnos en todo ese análisis integral, sin partir de tomar como un hecho evidente y preocupante el triunfo libertario, ni podemos ignorar la existencia de una importante base social que lo apoya y las consecuencias posibles y negativas para gran parte de la población, si avanzan y consolidan su modelo y proyecto.

Razones de un triunfo inesperado
Hay una serie de cuestiones que se fueron incubando y relacionando, evidentemente en las últimas semanas, las cuales terminaron abonando el triunfo libertario. Hablamos de multicausalidad porque así lo fue. Creemos que actuaron a la vez diferentes franjas de la población, y hechos que golpean sobre esas capas de la población y su conciencia política, en su estadio actual.
Por un lado, el triunfo claro del peronismo en septiembre en Buenos Aires y la consiguiente campaña publicitaria de un PJ con los mismos de siempre alardeando sobre la posibilidad de su regreso al poder, actuó sobre un sector como un búmeran contra el propio peronismo. Porque surge evidente que gran parte de la población no quiere un regreso al pasado de alta inflación, ajuste y corrupción de gobiernos anteriores. Sobre esa franja golpeó una campaña oficialista bien pensada, detrás de la consigna “La libertad avanza o Argentina retrocede”, infundiendo ese temor sobre un pasado, no muy lejano, que millones no quieren.
Otro elemento a tener en cuenta, es que el apoyo total de Trump y EEUU, combinado con las amenazas de ayudar económicamente a fondo solo si Milei ganaba, hicieron su efecto sobre algunas franjas. Que preocupadas por no llegar hoy a fin de mes, pero viendo en perspectiva una ayuda o cierto caos, optaron por preferir ese apoyo prometido en la búsqueda de tranquilidad, en el sentido que ellos lo perciben. No por supuesto en lo que implica en realidad; una entrega y dependencia absoluta, un salto en la pérdida de soberanía, que a la larga es contra nuestro país y no tendrá ni tranquilidad ni solución alguna.
Hay además un hecho evidente que es parte de la explicación del triunfo, que es la existencia de una franja de la población que opta por proyectos ubicados a derecha. No es algo nuevo, siempre ha existido, en forma más o menos visible y desarrollada. En este contexto mundial de crisis y polarización social y política se concentra más y encuentra en este caso, un liderazgo en Milei. Por eso todo el PRO termina dentro de LLA asumiendo esa realidad y unificando política y socialmente todo este espacio de derecha y extrema derecha. Que compra todo el discurso de motosierra, odio y dependencia yanqui. Una franja políticamente muy atrasada de la sociedad, que representa ese 40% de los votantes y menos del 30% de la población real. Una franja que no expresa una mayoría social, pero sí le permite a Milei ser la primera minoría política y alzarse con este triunfo.
El fracaso del peronismo y la liga de gobernadores
Otro elemento que explica el resultado del domingo 26 de octubre, es el papel lamentable del peronismo y de toda la oposición burguesa, desde que Milei es gobierno. En el caso del PJ en todas sus variantes, se impone asimilar la idea evidente, de que no sirven ni como gobierno, ni como oposición. De una u otra forma, a veces unos y a veces otros, le han permitido al oficialismo aplicar su ajuste y motosierra y no frenarlo, ni siquiera cuando estuvo en su peor momento.
Estos dos últimos meses, que Milei estaba peor que nunca, la CGT y todos los principales sindicatos peronistas estuvieron más borrados y ausentes de la calle que nunca. Si en 2024, obligados por la presión social, tuvieron que hacer algunas convocatorias aisladas y parciales, ahora ni siquiera atinaron a eso. Dejando en evidencia lo que son: cómplices absolutos del oficialismo libertario. Nada de extraño va a tener ahora que se acomoden de nuevo a negociar la reforma laboral a espalda de las y los trabajadores.
Todo esto acompañado en el plano político, por la totalidad de los referentes y candidatos de Fuerza Patria hablando de esperar al 2027 y con la consigna tibia e ineficaz de “frenar a Milei” en lugar de convocar con acciones masivas a derrotarlo en la calle, que era la única forma de frenarlo realmente y evitar estos resultados electorales, que ahora fortalecen al gobierno.
Párrafo aparte merece la liga de gobernadores agrupados en Provincias Unidas. Fueron los otros grandes derrotados de esta elección y las razones son parecidas. Casi dos años estuvieron votándole todo a Milei en el Congreso, mientras en sus provincias, comenzando por Córdoba y Santa Fe, ajustan brutalmente y reprimen, con un modelo político de lo peor de la vieja política ¿Qué cosa nueva tenían para ofrecer? Nada. Y así les fue.
La consecuencia de todo este desastre “opositor” está a la vista: un gobierno libertario reactivado en pos de su proyecto regresivo y antipopular. La conclusión de todo esto, y en particular en torno a todas las alas de la dirección del peronismo y Fuerza Patria, es que no va más. Que no es ni será una alternativa útil ni positiva en este país. Que los cantos de sirena que difunde un Massa, un Kicillof y hasta un Grabois, conducen una y otra vez de fracaso en fracaso. Porque no es un problema de individuos sino de proyectos. Y dentro de la vieja y anquilosada estructura política capitalista y verticalista del PJ, no hay nada positivo para el futuro. Lo único genuino, que pueden ser sus seguidores obreros y de la juventud, merecen la posibilidad de reflexionar sobre todo esto y abrirse paso a una experiencia diferente. Porque una conclusión central del balance de estas elecciones es que en el país hace falta algo nuevo, de forma urgente. Y eso solo es posible junto a la izquierda.

Perspectivas posibles
Como decíamos al inicio de esta nota, se abre en el país un nuevo momento. Signado por el intento oficialista y del imperialismo, de avanzar con rapidez hacia cambios estructurales y más ajuste y entrega. Para intentarlo tienen a su favor la combinación de por lo menos cinco elementos: un triunfo electoral que los empuja, el apoyo total del imperialismo, el apoyo de la gran burguesía local, la complicidad e inacción de toda la burocracia sindical y por ahora la falta de respuestas sociales masivas o desborde de viejas direcciones.
Por estas razones vamos a meses complejos, donde la clase obrera y el pueblo en general serán atacados por nuevas medidas y leyes contra derechos sociales y democráticos. Y seguramente envalentonados por su triunfo electoral, retomarán con más fuerza sus políticas represivas y de un régimen mucho más autoritario. A todo esto nos enfrentamos los meses que vienen, con un reforzamiento del gobierno dentro del Parlamento desde el 10 de diciembre, donde pasa a tener 93 diputados y 22 senadores propios. Y donde como siempre, aliados que se habían alejado temporalmente, seguramente volverán a darle apoyo al gobierno, siguiendo directivas imperialistas.
Prepararnos con fuerza desde abajo
Por supuesto esto tiene que preocuparnos y a la vez ocuparnos. No caer en el escepticismo ni tampoco en análisis unilaterales. Está claro que el gobierno tiene elementos a su favor en la coyuntura que viene. Como también es cierto que hay elementos contrarrestantes que se pueden y deben aprovechar. No perder de vista que no cuenta con una mayoría social. No olvidar que millones rechazaron su ataque al Garrahan, a la universidad, a la discapacidad y a las y los jubilados. Tener en cuenta que, tomado globalmente, la mayoría de la población no los apoya. Tampoco perder de vista que ningún triunfo electoral mejora en sí mismo las condiciones de vida de millones de familias trabajadoras, y que eso es un motor permanente de descontento social y de posibles nuevos procesos de lucha.
En resumidas cuentas, vamos a meses de ataques del gobierno que tendremos que enfrentar en la calle. Y muy posiblemente la calle se irá haciendo sentir cada vez más. Nuestra tarea es desarrollar los reclamos genuinos y las luchas desde abajo, coordinando y unificando todo lo que se pueda. Confiando en nuestras propias fuerzas como clase y desde esa fuerza y convicción, por supuesto exigirles a las conducciones burocráticas que convoquen acciones, sin tenerles confianza ni expectativas, pero ejerciendo presión en cada lugar de trabajo y gremio.
Tenemos que saber lo complejo de los ataques que vienen por parte del gobierno y las grandes patronales y saber también que a mediano y largo plazo todo se decidirá, como siempre, en la calle, en la lucha de clases que todo lo determina, por encima de resultados electorales que pueden ser importantes y a la vez limitados para lograr cambios cualitativos en la relación de fuerza entre las clases. Todo eso está por verse. La polarización social y política existente, se expresará aún más en nuevos capítulos de resultado y pronóstico abierto. Y en esa disputa no somos observadores, sino protagonistas directos y convencidos.
La votación del Frente de Izquierda
En medio de una situación muy compleja, un dato notorio y positivo, es que nuestro Frente de Izquierda pudo sostener un espacio político conquistado, llegando al 4% a nivel nacional, aproximándonos al millón de votos y obteniendo tres diputados nacionales: 1 por CABA y 2 por Provincia de Buenos Aires. En ambos distritos nos ubicamos además como 3° fuerza política.
Esa buena votación nacional y sus logros en nuevos parlamentarios, estuvo sostenida por lógicas desigualdades. Muy buena votación en CABA superando el 9%, igual porcentaje en Jujuy, aunque aquí se viene retrocediendo de votaciones mucho mejores y se pierde el diputado que había. Lugares donde superamos el 5%, como Buenos Aires y Chubut, estuvimos por encima del 4% en Neuquén, Santa Cruz y San Luis, arriba del 3% en Salta, Mendoza, Rio Negro y Tierra del Fuego, y el 2,5% en Entre Ríos como MST y sin poder usar el nombre Frente de Izquierda. Luego hubo votaciones más flojas como en Córdoba donde se retrocede notoriamente al 2%, y resultados similares en Santa Fe y otras provincias.

Nuestro partido, el MST, ha sido una vez más parte muy activa de esta campaña, entre otras razones por ser dentro de las fuerzas del frente una de las más extendidas nacionalmente, con presencia militante en casi veinte provincias del país. Además de ser parte de las bancas conquistadas, en Buenos Aires con Ana Paredes Landman, quien ahora es diputada nacional electa, en la rotación del FIT-U junto a Nicolás del Caño y Romina Del Pla. Y en CABA con Cele Fierro, quien también es diputada nacional electa, en la rotación junto a Myriam Bregman. Todo como parte de nuevas conquistas políticas del frente que hay que poner al servicio de la lucha contra todos los planes de este gobierno y del fortalecimiento de una alternativa anticapitalista y socialista en nuestro país.

Al mismo tiempo, la votación del Frente de Izquierda, así como muestra una cara positiva de consolidación de una franja que resiste cualquier polarización, también tiene otra cara más preocupante, que es cierto nivel de estancamiento y de no poder dar un salto cualitativo hacia adelante ni atraer nuevas franjas hacia la izquierda. Por eso se mantiene oscilando elección tras elección, un poco abajo o un poco arriba del millón de votos nacionales y con un número de diputados en general similares o los antes obtenidos. De ahí que como organizaciones socialistas no podemos ver sólo un aspecto del balance del frente, sino mirarlo también críticamente, cuestionarnos y pensar qué otras cosas podemos hacer o qué no estamos haciendo, para aparecer como alternativa para otros millones de trabajadores y jóvenes. Quien no se pregunta ni trata de responderse estas cuestiones, sufre de un conformismo en nada útil para los enormes desafíos que vienen y para el desarrollo de la izquierda revolucionaria en el país. Que siempre tiene que ver la participación electoral, como una oportunidad política y táctica, una intervención que hace de termómetro de la influencia de la izquierda en este plano sobre la población, y que bien puede servir para alentar una influencia política más integral y estratégica, que lógicamente se consigue mucho más allá de un proceso electoral, en los lugares de trabajo, de estudio, en las barriadas populares y en la lucha política de ideas y de clases.

Por último, dentro del análisis de la izquierda y por fuera del Frente de Izquierda en particular, un balance muy negativo tiene el alicaído NMAS y su candidata Castañeira, que con inversiones económicas enormes y ataques permanentes al FIT-U, retrocede al más que escaso 0,5%. Como muestra palpable de una política profundamente equivocada, siendo una variante cada vez más sectaria, divisionista, electoralista y personalista, con una candidatura repetida y sin apoyo electoral.
Partido común del Frente de Izquierda, PT ¿Qué hacemos ahora?
Es evidente que en el Frente de Izquierda hay acuerdos políticos entre quienes lo integramos, lo cual permitió la existencia del frente hasta hoy. Y también es notorio que existen diferencias importantes y matices en otros temas. Todo esto hay que abordarlo seriamente y sin esconder nada debajo de la alfombra. Para nosotros, mientras debatimos todo lo que sea necesario, hay un tema central a resolver: qué es y qué debería ser el Frente de Izquierda. Ahí radica un punto neurálgico del presente y sobre todo del futuro.
Como ya hemos planteado en diferentes ocasiones, un primer punto es decidirse plenamente a terminar con el formato limitado de ser solamente un frente electoral. A esta altura, romper con toda lógica electoralista, debería estar fuera de discusión, sin embargo, no es así. Hay todavía fuerzas del frente que ni se plantean este problema, cuando el modelo electoral es por demás evidente que en los hechos se transforma en una traba para un salto cualitativo y para alentar la intervención común en otros planos de la lucha política y de clases.
Recientemente el PTS, luego de mucho tiempo sin hacer ninguna propuesta sobre estos temas, ha comenzado a impulsar el planteo de la conformación de un PT, un Partido de Trabajadores. En primer lugar, siempre creemos positivo que se sumen propuestas al debate e intercambio. De hecho y no casualmente, en la última Asamblea de Intelectuales, entre todos los integrantes acordamos en su declaración final lo siguiente: “Para nosotros se trata de llevar la lucha contra Milei al plano del enfrentamiento con los ‘poderes fácticos’. Y esto no vendrá de la mano del peronismo ni de ninguna alquimia electoral, por lo cual vemos necesario desarrollar una discusión profunda sobre las vías para poner en pie una alternativa política de los trabajadores, las mujeres y el pueblo oprimido”. (1)
En este mismo sentido es la propuesta que desde el MST venimos levantando: que nuestro Frente de Izquierda, con su programa anticapitalista y socialista, de el paso a transformarse en un partido común, de tendencias organizadas libre y democráticamente, que permita la intervención en todos los planos de la lucha política y de clases, aceptando en cada tema mayorías y minorías que no serán fijas ni permanentes y actuando siempre con acuerdos y diferencias lógicas. Proponemos esta variante, que es concreta y muy posible de hacer, porque nosotros no vemos que hoy haya corrientes obreras independientes que se planteen conformar un PT, por lo cual es compleja su conformación, y eso no significa que estemos cerrados a que esa posibilidad surja más adelante y sería bienvenida si así sucede. Pero hoy, de hecho la propia dirección del PTS opina que “aún no hay tendencias en los sindicatos que defiendan un proyecto de este tipo” (2). Partiendo de ese hecho, por lo pronto a los compañeros del PTS les proponemos que desarrollemos este intercambio a fondo. Que expresen cómo sería entonces en su opinión la implementación de su propuesta, qué primeros pasos creen que habría que dar.
De nuestra parte consideramos que si quienes estamos en el FIT-U, siendo corrientes socialistas y obreras, nos uniéramos en un partido común de tendencias, ayudaríamos a este proceso hacia una gran alternativa, dando un buen paso hacia un partido revolucionario de los trabajadores, donde el trotskismo tenga el rol dirigente. Y además podríamos incentivar a que sectores obreros se planteen la participación política activa. Serían pasos del FIT-U que ayudarían hacia el mismo camino de un gran Partido de Trabajadores en la Argentina. Porque incluso en un PT con corrientes obreras independientes también habría tendencias organizadas, lo cual es similar a lo que nosotros proponemos. Solamente que nosotros vemos importante, que al no haber todavía corrientes obreras que impulsen un PT, que el FIT-U dé ese primer paso contribuiría mucho hacia el mismo objetivo. En concreto, opinamos que no hay que dejar para un mañana de fecha incierta, la posibilidad de dar unos primeros pasos que pueden hacerse rápidamente si hubiera acuerdo para hacerlo.
Por esa razón, y valorando todo intercambio de propuestas, convocamos a los compañeros del PTS y a todo el Frente de Izquierda, a toda la Asamblea de Intelectuales, a referentes sindicales antiburocráticos, sociales y a grupos que apoyan a nuestro frente, a que realicemos un gran debate colectivo, un intercambio profundo que ayude a dar pasos hacia una gran alternativa para millones de trabajadores y para la juventud, en la estrategia de un gobierno de los trabajadores y la izquierda y una sociedad socialista. Como parte de esta necesidad, es que creemos que un Gran Congreso o Asamblea Abierta del Frente de Izquierda, podría ser una instancia que facilite estos debates de política y estrategia y la participación de miles.
(1) Declaración de la Asamblea abierta de intelectuales y artistas de izquierda, PDI 16/9/25
(2) Las vías para la construcción de un gran partido de la clase trabajadora, LID 26/07/25


