El ministro candidato ha revestido su discurso de campaña de un sesgo anti FMI, hablando de que hay que juntar rápido los dólares para pagarle y sacárnoslo de encima. El relato además ha sido abonado en estos días por las dificultades para cerrar un acuerdo ante las desmedidas exigencias de funcionarios del organismo. Un reciente estudio del economista independiente Héctor Giuliano nos avisa de la trampa de endeudamiento en dólares en que está metiendo Massa a la economía del país.
Según Giuliano, de acuerdo a datos oficiales del Ministerio de Economía del 31 de marzo de 2023, el “stock de la deuda era a esa fecha de 410.900 MD”, de los cuales “el 33 % es deuda nominada en pesos y el 67 % deuda en moneda extranjera”.
Si el total de la deuda pública lo dividimos por el tipo de acreedor, nos encontramos con que corresponde el “46.5 % al propio sector público, 33 % al sector privado y el 20.5 % restante a Organismos Financieros Internacionales (OFI) /Bilaterales”.
De acuerdo a este economista especialista en el análisis de la deuda pública, el hecho de que la mitad de esa enorme deuda esté en manos del Estado estaría cambiando rápidamente debido a que el gobierno estaría malvendiendo los títulos públicos en el mercado, entregándolos a especuladores privados a precios que rondan el 32% de su valor nominal.
Hace pocas semanas, en ocasión de que el gobierno canjeara los bonos en dólares que son parte del Fondo de Sustentabilidad de ANSES por otros en pesos, para luego utilizar esos títulos para intervenir en el mercado cambiario y hacer bajar la cotización del dólar, una importante polémica se desató sobre esa ruinosa operación.
Recientemente Massa salió a defender un dictamen de la Universidad de Buenos Aires según el cual el valor de la cartera de bonos de los jubilados se habría incrementado. Lo que oculta el ministro es que ha cambiado títulos en moneda dura por otros en pesos, en un país donde las presiones devaluatorias están al orden del día.
Además, esos títulos en dólares que eran patrimonio de los jubilados y todos los trabajadores se utilizan para especular en el mercado cambiario ofreciéndolos, como comenta Giuliano, al 32% de su valor nominal. Según el economista, “algunas fuentes estiman fueron más de 4.000 MD sólo en lo que va del corriente año”.
Una montaña de nueva deuda en dólares
El otro mecanismo de dolarización que abarca al conjunto de la deuda pública en pesos se está operando “a medida que se van renovando las amortizaciones al vencimiento (roll over sistemático y total de las obligaciones del Estado) y que se va agregando deuda nueva, prácticamente la totalidad de los nuevos títulos se colocan con cláusulas de ajuste o indexación por tipo de cambio, es decir, por dólar oficial”.
Esto para Giuliano “significa así una dolarización – directa e indirecta – de toda la deuda pública”, estimándose que ya casi la totalidad de la deuda en pesos ha sido dolarizada de ese modo (un 96.4% del total).
Son volúmenes gigantes, en la ley de Presupuesto 2023 se determinan amortizaciones de vencimientos por 22, 5 billones de pesos (U$S 103.000 millones) y se autoriza la toma de nueva deuda por otros 7,5 billones de pesos (U$S 34.000 millones).
Como muchas de estas operaciones de amortizaciones, renovaciones de deuda y roll over se hacen con condiciones secretas, existe la posibilidad, comenta el economista, que esta operatoria se realice también con la llamada deuda remunerada del BCRA.
El volumen de esta deuda – que no es considerada parte de la deuda pública- ha crecido exponencialmente, en la actualidad representa “16.0 B$ por concepto de letras de liquidez y otros 3.9 B$ por pases pasivos: un quantum de 20.0 B$ en total”. Muchos economistas señalan que estos volúmenes de deuda, que más que triplican la base monetaria de 5,9 billones de pesos, son similares a los que se produjeron previos a la hiperinflación.
Como conclusión Giulano, quien señala la responsabilidad de Alberto y Cristina Fernández, del ministro candidato Sergio Massa y de la cristinista titular del ANSES, Fernanda Raverta en este proceso de dolarización del conjunto de la deuda pública, señala que con estas medidas se estaría en el preludio de una nueva convertibilidad o instrumentación de una economía bimonetaria, para después del proceso electoral.
Basta recordar cómo hasta hace poco Cristina se ufanaba del desendeudamiento en dólares del país y que su toma de deuda era en moneda nacional, para comprobar otro de los versos de aquellos que, ahora con Massa a la cabeza, están entregando al país y nos están súper endeudando con los operadores buitres de la deuda.