Declaración de Alternativa Universitaria. Aprobación de la ley de financiamiento universitario: tenemos que ir contra el veto

El Senado aprobó la ley de financiamiento universitario por 58 votos a 10 negativos y 2 abstenciones. Más que nunca tenemos que renovar los esfuerzos y la lucha en las calles, que ha demostrado ser la única garantía para la conquista de nuestros derechos.

Desde Alternativa Universitaria ya nos hemos pronunciado en relación a la insuficiencia de la ley de financiamiento universitario: tenemos hoy una universidad cuyo presupuesto es 30% menor que hace dos años, salarios de pobreza para más del 60% de la docencia universitaria y preuniversitaria, más de 10.000 renuncias en todo el país y ni hablar de becas, comedores, residencias estudiantiles.

Sin embargo, esta ley significa, por un lado, un mejoramiento en los presupuestos que hoy ponen en jaque el funcionamiento y la continuidad de la universidad pública argentina y, por el otro, un paso más en la posibilidad de discutir y recomponer los salarios de sus trabajadores que hoy atravesamos una pérdida histórica y que pone en peligro el sostenimiento de la enseñanza superior. A su vez, su aprobación es un nuevo golpe al gobierno de Milei, que se suma a las leyes por discapacidad, Garrahan y la baja de los DNU que cerraban organismos neurálgicos, y fue gracias a que toda la comunidad universitaria la instaló y generó la presión necesaria desde las bases con paros, acciones, confluencia con otros sectores, que a lo largo y ancho del país se organizaron a pesar de la presión de las autoridades por “mantener las aulas con clases” y de la burocracia sindical que en el primer cuatrimestre se mostró desorientada, lenta y errática  para desplegar un plan de lucha contundente.

Este segundo cuatrimestre estuvo cargado por la presión de las bases que en sus asambleas (donde las hubo) votaron el no inicio, la no toma de exámenes y paros hasta septiembre. Y que se encendió aún más con el anuncio mentiroso de un aumento del 7% (que en realidad es un 1,3% por mes) y un mísero bono de $25.000 para las dedicaciones exclusivas.

Con el veto de Milei ya anunciado, nos queda la tarea de organizar desde las bases una nueva marcha federal. Sabemos que tanto las direcciones como el CIN vienen demorando esta marcha porque apostaron a negociar partidas presupuestarias, y que hoy, con la ley aprobada ya están presionando para levantar las medidas votadas con el objetivo de “calmar las aguas” y garantizar “algo del cuatrimestre”.

Por eso, más que nunca no podemos confiar en gestiones que no han parado de aplicar el ajuste en sus propias universidades, que han impuesto la reforma anti educativa del sistema de créditos, el achicamiento de las carreras y la cuatrimestralización forzada. Depende de nosotros y de profundizar nuestras acciones, paros contundentes, acciones de visibilización -como la toma de Ciudad Universitaria que hicieron en Córdoba-, asambleas interclaustros, interuniversitarias y con los sectores en lucha para poner en pie la movilización que necesitamos para enfrentar el ajuste de Milei y sus cómplices, el desmantelamiento de la universidad pública y la pobreza salarial que el FMI y los sectores concentrados negocian con el gobierno nacional. La única forma que tenemos de garantizar la construcción y contundencia de esta acción es en coordinación con los sectores que hoy sí están luchando, sin esperar de las gestiones el visto bueno que es posible que nunca llegue. Una coordinación que incluya a la gran lucha del Garrahan -cuya ley también fue aprobada y corre la misma suerte que la universitaria-, con los jubilados, con el CONICET. Es decir, una gran marcha federal contra los vetos de Milei y por la defensa de los derechos que como pueblo hemos conquistado con lucha y organización.

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