En un reciente panel auspiciado por el espacio Autoconvocatoria por la suspensión del pago de la deuda, la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos y el actual director del Banco Nación, el dirigente de UP Claudio Lozano, desarrollaron sus argumentos de cómo pelear por la “suspensión del pago de la deuda mientras dure la pandemia”. Claro que explicaron cómo hacerlo perteneciendo a un gobierno que la está pagando y además tiene en curso una negociación muy avanzada con el FMI para lograr un crédito de Facilidades Extendidas a 10 años.
Hubo encendidas denuncias de las políticas del FMI hacia los países dependientes y del carácter totalmente fraudulento de la deuda contraída por Macri con la connivencia de los funcionarios del Fondo. Lozano señaló la necesidad de un default para terminar con la política de endeudamiento permanente. Pero los discursos de estos dirigentes mostraron rápidamente la hilacha.
Vallejos, a su turno, cuestionando que un plan de facilidades extendidas a 10 años sería imposible de pagar, sostiene que con otro “ampliando los plazos a 20 años, reduciendo la tasa de interés, la situación mejora, pero no la transforma tampoco en una panacea”. Por eso no plantea la ruptura con el FMI, su salida es la ampliación de las querellas, la eliminación del secreto bancario y societario y una campaña internacional difusa que incluiría la disputa en la ONU.
Lozano, luego de aceptar que “hoy estamos enredados en una relación amistosa con el FMI “, señaló que “en el 2021 el presupuesto que hoy tiene la Argentina y las políticas que ha llevado adelante demuestran una serie de limitaciones en materia fiscal y monetaria que están vinculadas a cumplir con las pautas discutidas con el Fondo”, que le han planteado al gobierno “limitaciones para afrontar las necesidades tanto en materia social como sanitaria. En materia del curso de la economía manifestó también queestas pautas “mantienen un mercado interno limitado, con la posibilidad de ahogar los términos de reactivación. De hecho, en febrero, marzo y abril, las tasas de reactivación de la Argentina están dando negativas”.
Según este economista, “estaríamos discutiendo sobretasas” sin hablar -o sin hacer públicas diríamos nosotros- “las condicionalidades”, que en los créditos de facilidades extendidas incluyen “la cuestión laboral, la cuestión previsional y la cuestión de la reforma del Estado”. Para luego sostener que como no existe alternativa electoral mejor, su participación en el Frente de Todos es el aprovechamiento para dar una pelea contra el liberalismo. Cabe preguntarse, si esto no es una política liberal, ¿cuál sería?
En definitiva, Guzmán arregla un acuerdo de facilidades extendidas por diez años, como lo reconoció el propio Lozano, de cuya negociación no se conocen los detalles; tal como señaló el diario La Nación en relación a la entrevista del ministro con la jefa del Tesoro norteamericano, Janet Yellen: “la noticia es la foto en sí”.
En medio de la campaña electoral, mientras Guzmán acuerda, hay una pelea para ver quién es más progre. Fernández, contestándole a Máximo, anunció este 9 de julio que no se iba a arrodillar ante ningún acreedor internacional. Pasan discursos y fotos. En estas últimas todos sonríen, los que nos quieren cobrar una estafa a un precio leonino y los que supuestamente nos defienden. ¿Cuál es tu opinión?