El pasado 19 de agosto fue un día prolífico en novedades educativas. Por la tarde de ese día, el gobierno de Alberto Fernández, a través de Nicolás Trotta en Educación y Moroni en Trabajo, anunciaba un aumento salarial que sigue dejando a la docencia muy abajo de la pobreza. Justo cuando el INDEC anunciaba los nuevos montos de las canastas de pobreza e indigencia.
En esa mañana, Trotta se había reunido en la Cancillería con organismos multilaterales para definir cuatro proyectos o iniciativas legislativas a presentar al Congreso: uno que denominan de Justicia educativa, otro de Formación docente que incluiría cambios en la carrera docente, un tercero sobre Tecnología para la educación. Y hay también un cuarto sobre Educación Superior.
¿Quién decide las transformaciones educativas, los organismos internacionales? ¿Y si se llama a Congreso Pedagógico de una vez?
Vamos por parte. Sobre los objetivos de esas leyes que el gobierno cocina, suenan muy ostentosos. Dicen buscar “disminuir las desigualdades existentes y enriquecer el debate hacia la transformación de la educación argentina… y cómo transitar de aquí al 2030”. Además de “priorizar la inversión educativa… con un mayor impacto de esa inversión”.
Pero cabe preguntarse, ¿por qué no lo hicieron hasta ahora? ¿Alguna ley se los impide? Si no están ni cerca aún de aumentar el Presupuesto al 6% del PBI como marca la Ley de Educación y nos vienen a hablar de llevarlo al 8% del PBI, aunque recién en el 2030. Cuando justamente la cúpula Celeste de CTERA y SUTEBA, junto a quien fuera hasta hace poco la viceministra de Educación, Puiggrós y un ex ministro de Educación bonaerense como Mario Oporto que es actual Sec. Gral. del Consejo Federal de Educación, le exigían a Macri un Presupuesto igual al 10% del PBI como debería ser.
Esos cuatro proyectos ya habían sido presentados en la 8va Plenaria del Consejo Económico y Social (ver aquí), junto a Gustavo Béliz, Secretario de Asuntos Estratégicos de la presidencia de la Nación. Liberal del Opus Dei, integra la Academia Pontificia de Cs. Sociales del Vaticano, ex compañero de fórmula de Cavallo en la misma boleta junto a Alberto Fernández y Trotta, ex ministro de Menem en los ’90 e integrante del staff del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), entidad prestamista con peso de EEUU. Esto es parte de los avales que cuenta este paquete legislativo…
También se los trabajó en dos jornadas en el Centro Cultural Kirchner (CCK) con los ministros de Educación del país. Es decir, tienen el aval del Frente de Todos, pero también de la derecha de Juntos por el Cambio, como refleja el ajustador y privatista ministro de Educación de Mendoza, quien lo difunde desde la prensa del gobierno provincial (ver aquí).
Sumó además el apoyo entusiasta de la cúpula entreguista de la CGT, a donde fue Trotta para agregar respaldos y conseguir el aval de Daer, del Consejo Directivo cegestista y de sus gremios docentes como UDA, la CEA, AMET y SADOP (ver aquí). Con tan fervientes patrocinios, nada bueno le espera a la docencia y la educación estatal.
Por otra parte, luego de la reunión en la Cancillería, el ministro Trotta nos sale a decir que sería posible mejorar la educación, a partir de “recibir recomendaciones de la mirada experta” de los organismos internacionales. Y que recién entonces el presidente los podrá presentar al Congreso. Lejos del relato contra las corporaciones, el FMI y demás instituciones mundiales, estas consultas suman en subordinación a las entidades que responden al imperialismo (ver aquí).
¿Es posible lograr “justicia educativa” y poner fin a la desigualdad con la “mirada experta” de los mismos organismos internacionales que la generan y sostienen? Porque de esa privilegiada consulta participaron el coordinador de la ONU (esa cueva de bandidos que son las Naciones Unidas), la UNESCO, la OMS (salud, con todo su rol en la pandemia), la CEPAL, UNICEF y la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos para Educación).
Francamente no es posible “propiciar los consensos necesarios” como dice el ministro, con estas instituciones del capitalismo imperialista. Porque son las mismas que vienen “propiciando” políticas de privatización y precariedad educativa, de intercambio de “deuda por educación” para seguirnos condicionando, de una escuela para contener lo que el sistema no hace, de salarios de pobreza y magros presupuestos educativos y sociales en los países. Todo para “reducir déficits” y cobrarse el tributo que significa la usuraria y fraudulenta deuda externa.
¡Con ellos no! Las leyes y el modelo educativo y de país que queremos, se los debe debatir y definir en un Congreso Pedagógico Nacional y en los distritos. Donde sean delegades elegidos democráticamente y con mandato por docentes, estudiantes y familias, que decidan las transformaciones que requiere la educación pública.
No va más que las “reformas”, “lineamientos” y ahora las “transformaciones” educativas las resuelvan el Banco Mundial, la OCDE, el FMI, la UNESCO y demás instituciones del (des)orden mundial capitalista. Junto a los gobiernos que les responden, la Iglesia Católica y las evangélicas, las otras patronales de la enseñanza privada, ONG’s, Fundaciones privadas y las burocracias sindicales cómplices.
Debemos luchar para que la centralidad en las definiciones de materia educativa y social, pase por quienes hacemos a diario la escuela, con la participación del pueblo trabajador y delegades democráticos y representativos.
¿Se puede hablar de “la educación que queremos” con salarios de pobreza y magro presupuesto?
Sobre lo pactado en paritarias entre el gobierno del Frente de Todos, los ministros provinciales representados por el Consejo Federal de Educación, la burocracia Celeste de la CTERA y de los sindicatos docentes de la CGT, también se anunció con bombos y platillos. El titular mediático hablaba de un 45,5%. Pero consiste en un mísero salario inicial “garantizado” para la maestra de grado en el país de $38.000 a partir del 1º de octubre, de $39.000 desde el 1º noviembre y recién de $40.000 el 1º de diciembre, a cobrar en enero de 2022.
Aunque son montos irrisorios, el gobierno aclara que “las sumas incluyen el FONID y un adicional por conectividad nacional”. Pero se trata de sumas mínimas que paga el gobierno nacional. Al Incentivo (FONID) lo “suben” en 410 pesos: $14 más por día. Una burla, al pasar a $2.830 por cargo. Y el pago por “Conectividad nacional” pasa a $1.000. Son montos fijos, muy bajos y sin integrar el básico, lo que reafirma al gobierno nacional como sostenedor de la informalidad y precariedad salarial.
El bochorno del acuerdo quedó evidenciado cuando el INDEC anunció ese día que la canasta de pobreza alcanzó los 67.577 pesos. Así, el valor que tendría el trabajo docente para el gobierno y la burocracia sindical, equivale apenas al 56% de lo que se necesita para no ser pobre. Una vergüenza. Con salarios de pobreza y básicos en la indigencia, empobrecen la escuela pública.
Esto desmiente el comunicado de Trotta cuando habla de “realizar el mayor de los esfuerzos no solo en el ámbito paritario, sino también en cada jurisdicción para que el salario docente le gane a la inflación y que tenga una progresiva recuperación en su capacidad de compra”. Porque un 45,5% sobre un mísero salario, no deja de ser pobre.
Si tomamos de referencia el sueldo bonaerense, como dijo Vilma Ripoll, candidata a diputada nacional que acompaña a Bodart por la provincia de Buenos Aires en la interna del Frente de Izquierda, desde el MST: “Kicillof se tomó un mes para reabrir las paritarias, cuando el salario básico docente es de indigencia: llegará a míseros 21.709 pesos en setiembre. Y el inicial de una maestra alcanzará entonces los 48.508 pesos, muy por debajo de la pobreza. ¿Por qué no vive Kicillof con lo que le paga a una maestra? Si se eliminaran los $40.000 millones de subsidios a la enseñanza privada como proponemos, se aumentaría ya y por todo el año, 10.000 pesos a los 350.000 docentes”.
Esto desnuda la pose de la burocracia Celeste que -en SUTEBA-, lanza un supuesto “debate” sobre “la educación que queremos”. En la entrevista a su Sec. Adjunta, María Laura Torre, hablan de debatir sobre “el valor de nuestro trabajo docente que tiene que ver con un montón de variables, aparte del salario”. Pero si se replicara ese 45% de la paritaria nacional, implicaría menos de un 10% y en cuotas.
Nuestras propuestas para la escuela pública
Funcional al gobierno de Alberto y Kicillof, la Celeste barniza de debate algo que se cocina por arriba. Lo hacen con relato discursivo, como Laura Torre que apela a la educación pospandemia para justificarlo todo. Y se limitan a criticar el desfinanciamiento educativo solo en los 4 años de Macri y Vidal.
Repiten que “si no se hubiese cortado el Conectar Igualdad, la pandemia nos hubiese encontrado en mejores condiciones”. Pero lo hacen para que no se cuestione al gobierno actual que nunca reactivó ese programa ni garantizó la entrega gratuita de computadoras y conectividad para transitar la pandemia.
Por esto y mucho más, queremos dar el debate por la educación que queremos, pero ligado a qué modelo de país. Batallar por un Congreso Pedagógico, donde debatir las leyes que se trae el gobierno y discute con organismos multilaterales, la burocracia y los gobiernos. No como hacen otras corrientes, inclusive de la Multicolor y el propio FIT Unidad, que lo niegan o miran para otro lado, desde una visión más corporativa.
Queremos hacerlo con quienes debemos decidir las transformaciones que requiere la educación pública; la docencia, estudiantes y familias. Desnudar el cinismo Celeste, pero tomarles la palabra para un debate real y que se exija un verdadero aumento salarial que recupere todo lo perdido.
Respecto a qué hacer con la educación y quién decide, vale lo dicho por Alejandro Bodart, 1º candidato a diputado nacional por el Frente de Izquierda en la lista del MST, Lista 504 / 10R (R)evolucionemos la izquierda, que compite en la interna con Del Caño, al señalar que “la escuela pública arrastra décadas de crisis por los ajustes de todos los gobiernos. Vidal lo agravó, pero Kicillof tiene mucho de continuidad. En lugar de ofertar 1.800 millones de dólares como pago extra a los bonistas y fondos buitres, toda esa plata debería ir a la escuela pública para aumento salarial, becas iguales al salario mínimo para que los pibes no abandonen, dispositivos y conectividad gratis”.
Sobre el panorama nacional, Bodart agregó: “A la deuda externa no debe ir ni un peso más. Con esa plata que destina Alberto Fernández al FMI, el Club de París o los bonistas, podemos aumentar el presupuesto de educación al 10% del PBI para mejorar las escuelas, comprar material didáctico, nombrar cargos y parejas pedagógicas. Proponemos rechazar las políticas del Banco Mundial y el FMI; ir a un sistema educativo único, estatal, gratuito y laico, y convocar a un congreso pedagógico para que los docentes, estudiantes y familias decidan democráticamente cómo mejorar la escuela pública”.
Como decimos, este reclamo de un Congreso Pedagógico democrático, es parte de los debates con la Celeste, pero también con quienes vamos a internas en las PASO del FIT Unidad. Ya que no recogen este planteo y centran más en los reclamos gremiales-reivindicativos, dejando para algún futuro incierto el debate por el proyecto educativo.
Esta es una razón más para apoyar, sumarse y votar también el 12 de setiembre en las PASO del FIT Unidad, a quienes impulsamos estas propuestas a diario y somos candidatos y candidatas con la lista 504 / 10R (R)Evolucionemos la izquierda con el MST. En la Provincia, la que encabeza Bodart, en la Ciudad con la 503 que encabeza Cele Fierro y con la lista de cada provincia en el país. Para dar vuelta todo.
Sec. Gremial de la FND, coordinador de Alternativa Docente, ANCLA
Candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires
Lista 504 / 10R (R)evolucionemos la izquierda del MST en la interna del FIT Unidad