Desde hace tiempo y en particular en las últimas horas, con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque de diputados del Frente de Todos, junto a otros pronunciamientos por parte de distintos dirigentes del ala de izquierda y kirchnerista de la coalición gobernante, surgieron debates al interior de las fuerzas que impulsamos la movilización del 11D y que ahora preparamos otra gran acción para el 8F, sobre cómo ampliar la movilización y qué actitud tener frente a los dirigentes y funcionarios del Frente de Todos que se manifestaban críticos.
A partir del anuncio de Fernández y Guzmán del principio de entendimiento para firmar un nuevo Acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI, que además de reconocer un fraudulento crédito Stand By por U$S 44.700 millones firmado por el gobierno de Macri fija nuevas durísimas cláusulas de ajuste y coloca nuestra economía bajo la tutela de las inspecciones trimestrales de los funcionarios del FMI, distintas voces de dirigentes y funcionarios del gobierno se levantaron en contra de “el detonante clave de cada crisis económica desde la vuelta de la democracia“, como señaló el renunciante hijo de Cristina.
Entre los críticos se pueden contar al director del Banco Nación, el economista dirigente de UP Claudio Lozano, dirigentes de soberanxs como Alicia Castro, la ultracrisinista ex diputada Fernanda Vallejos, dirigentes del Frente Patria Grande como el diputado Itaí Hagman y de la CCC como el diputado J.C. Alderete, el kirchnerista diputado Leopoldo Moreau, entre otros. También se pronunció contra el entendimiento con el Fondo la CTAA. Pronunciamientos que fueron potenciados por las declaraciones y renuncia de Máximo.
Argumentos equivocados
Desde el MST en el FIT-U consideramos que la mejor manera de ampliar la movilización es redoblar los esfuerzos para llevarla a la base de los trabajadores en sus lugares de trabajo y sus barrios, convocando ampliamente también a los votantes del Frente de Todos que ven la necesidad de movilizarse contra el brutal ajuste y entrega que nos impone el acuerdo con del FMI. Esto no puede hacerse sin tener una postura de ruptura con el gobierno encargado de aplicar las recetas fondomonetaristas. Y que viene aplicando y va a profundizar la implementación de un duro ajuste para cumplir con este nefasto acuerdo. Deberían romper y poner todas sus fuerzas al servicio de la movilización para impedir que este se firme y aplique, tanto el ajuste como la política que exige el FMI. No se puede ser ingenuo: hay una crisis fuerte en el frente gobernante y lo que se necesita no son maniobras para contenerla “por izquierda”; sino impulsar la movilización para derrotar el acuerdo y el ajuste.
En una posición diferente a la que sostenemos desde el MST y desde todo el Frente de Izquierda Unidad se encuentra un pequeño sector de referentes de organizaciones con las que compartimos la acción del 11D y el reciente plenario de parque Lezama, donde se acordó una nueva gran movilización unitaria para el 8F contra el acuerdo del gobierno con el FMI.
Algunos compañeros de organizaciones agrupadas en la Autoconvocatoria por la suspensión del pago y la investigación de la deuda, con quienes compartimos muchas acciones contra el FMI han planteado la necesidad de llamar de manera acrítica a quienes cuestionan desde el Frente de Todos a expresarse y movilizarse. Por ejemplo, a dirigentes de la mesa de la CTAA u otros como Claudio Lozano que, siendo críticos del acuerdo con el Fondo, solo han hecho declaraciones testimoniales pero no se han movilizado con sus organizaciones ni han roto sus acuerdos con el gobierno, abandonado sus cargos de funcionarios del mismo. Eso sí, estuvieron en la marcha “contra la Corte” de apoyo al gobierno. Siembran expectativas en que la crisis del Frente, con un simple llamado a los sectores “críticos” va a amplificar la movilización, cuando hoy por hoy no han sacado los pies del plato.
El oportunismo del Nuevo MAS
Sin embargo, quienes se pusieron a la vanguardia de esta política oportunista haciendo alarde de un marcado impresionismo fueron los representantes del Nuevo MAS. En parque Lezama, plantearon la necesidad de armar una comisión propusiera a estos dirigentes una acción conjunta y diferir la movilización a Plaza de Mayo que estábamos organizando mayoritariamente. En aras de un supuesto mayor arco convocante, sembraron expectativas en los K críticos y se negaron a poner en la calle un llamado urgente a movilizar, a la espera del resultado de las entrevistas con los dirigentes y funcionarios de la coalición gubernamental disconformes. Ahora, luego de que el plenario de parque Lezama apoyara abrumadoramente la fecha del 8F, están llamando a Máximo Kirchner en boca de su vocera Manuela Castañeira, sin ningún condicionamiento, a participar de la acción planeada.
La renuncia de Máximo -que según sus dichos Cristina no avalaría y según la mayoría de los analistas es una nueva táctica para despegarse lo más posible del tremendo ajuste que se viene- ha recrudecido la crisis que ya existía al interior de la coalición gobernante. Basta recordar la carta pública de Cristina en forma posterior a la gran derrota electoral de las PASO, donde denunciaba que el ajustazo de Guzmán había generado la derrota electoral y la renuncia de los ministros y funcionarios kirchneristas, para marcar uno de los picos más salientes de esta crisis.
El hecho que la izquierda, fundamentalmente a través de la gran elección del FIT-U haya logrado una importante votación que la colocó como tercera fuerza nacional, obteniendo altos porcentajes en los cordones obreros del conurbano, tradicionales bastiones del peronismo, obligó a la campaña electoral del FdT a radicalizar su relato y las diatribas contra el FMI: la estafa de Macri y no pagar la deuda con el hambre del pueblo inundaron la campaña; mientras el gobierno, avalado por la decisión de Cristina de pagar los vencimientos con el Fondo con los DEGs recibidos, pagaba una cifra que al día de hoy suma cerca de 6.000 millones de dólares. En la otra punta, los jubilados, los sueldos estatales, las asignaciones, la asistencia social, el presupuesto de salud y educación y las transferencias a las provincias sufrían ajustes tremendos.
Incluso Hebe de Bonafini encabezó un acto en Plaza de Mayo, junto a Buodou y otros dirigentes K que tuvo la presencia en la plaza de muchos ministros del gobierno, tanto kirchneristas como albertistas llamando a no acordar y romper con el Fondo.
Sería bueno preguntarse por qué en esa ocasión, ante tanto discurso anti imperialista y anti fondomonetarista nadie de la izquierda por fuera de los grupos que son parte del Frente de Todos se le ocurrió llamar a una movilización unitaria contra el Fondo. ¿Por qué en la crisis posterior a las PASO, con la carta de Cristina y las renuncias, a nadie se le ocurrió llamar a movilizar por un programa distinto al brutal ajuste implementado en acuerdo con el Fondo?
La crisis política se profundiza ya que cuanto más avanza el ajuste, más ruptura de los trabajadores y los votantes del peronismo. Ya perdieron 5 millones de votos ¿Pero se puede llamar a los dirigentes K o filo K, disconformes con el acuerdo, que han ratificado que se quedan dentro del gobierno que va a firmar el acuerdo con el FMI, que ya está implementando un duro ajuste y va a aplicar otro peor, a que movilicen contra el Fondo, sin romper con el gobierno que aplica sus ajustes?
De esta forma, si se sigue el planteo del Nuevo MAS, rechazado por la mayoría del espacio que convoca al 8F, se frena la respuesta en las calles y también se generan expectativas que no hacen sino aumentar la confusión de muchos que confían aún en los discursos tramposos de estos dirigentes. Tanto la movilización del 11D como la que se viene el 8F son fundamentalmente acciones contra el gobierno del Frente de Todos que estos dirigentes integran, porque es el gobierno el que va a aplicar las recetas del Fondo y ya las está aplicando.
Para ampliar la movilización
Los compañeros por un lado minimizan la tremenda y masiva movilización del 11D donde se logró, por iniciativa del FIT-U que salió muy fortalecido de las elecciones, un amplio arco convocante y donde sin dudas estuvo presente una franja de base social del kirchnerismo, que ha venido apoyando al gobierno y rompieron al verse estafados. Por supuesto, se necesita ampliar el arco de convocatoria y lograr no solamente una nueva jornada nacional masiva y ampliada, sino un plan de lucha, con demostraciones callejeras crecientes de todos los sectores obreros y populares y exigencia de un paro nacional a las centrales sindicales.
Porque para pararle mano al Fondo no sirve el llamado abstracto a funcionarios del gobierno disconformes que pretenden ser funcionarios “para pelearla desde adentro”, mientras millones los abandonan cansados de tanto ajuste en una punta y tantos privilegios para empresarios y banqueros en la otra. Lo único que puede frenar el acuerdo es la movilización y la lucha contra el ajuste de este gobierno.
Un reflejo político de esas luchas ya se dio en las últimas elecciones con la derrota electoral del Frente de Todos y el avance de la izquierda. Pero la pelea, como toda pelea se define en las calles. Y ya hubo un extraordinario round ganado: el enorme triunfo del pueblo de Chubut contra la megaminería. Y por supuesto en el terreno político también fue un avance la extraordinaria movilización del 11D protagonizada por la izquierda y sectores opuestos al acuerdo con el FMI.
Es menospreciar esa acción no tomar nota que, justamente en ella, se ampliaron las fuerzas movilizadas por la izquierda con un sector que estuvo el día anterior en el acto de Fernández, Cristina y La Cámpora.
Por eso, el camino para ampliar no pasa hoy por llamar sin ningún condicionamiento a los dirigentes del FdT a movilizar, sin exigirles que rompan con el gobierno que hay que enfrentar. Al contrario, hay que exigirles que sean consecuentes con lo que dicen y alertan, y rompan. Que no cumplan el triste papel de Fernanda Vallejos, que asumió haber votado una ley que perjudica enormemente a los jubilados por disciplina partidaria, y que sigue en el gobierno que aplica ajuste tras ajuste y va a firmar un nuevo y peor pacto de entrega con el FMI.
El camino para ampliar es pegarse cada vez más a cada lucha, a cada protesta contra los planes de este gobierno para ayudar a que triunfen, para que sus luchas se desarrollen y confluyan, para ayudar al surgimiento de nuevos dirigentes que reemplacen a los burócratas de la CGT que están a favor del entendimiento con el FMI y a también a los que dicen estar en contra pero no han hecho nada por frenar el tremendo ajuste que sufren los trabajadores de los sindicatos que dirigen, como es el caso de las dirigencias de las CTA. Y en ese camino, proponerles que se sumen y hagan cada vez más grande, más fuerte, más extendida la lucha contra los acuerdos y recetas del FMI que este gobierno ya está aplicando y que se propone aplicar con más crudeza, acuerdo mediante.
La declaración del espacio que convoca a marchar el martes 8 a Plaza de Mayo y a todas las plazas del país invita ampliamente a sumarse a movilizar y a darle continuidad a las acciones. No hay excusas para que organizaciones que realmente rechazan el acuerdo de ajuste no se sumen.