A un año de que apareciera el cuerpo sin vida de Facundo, charlamos con su mamá, Cristina, y con sus abogados, Leandro Aparicio y Luciano Peretto, que están en Buenos Aires por gestiones vinculadas a su pelea por justicia. Como tuve el gusto de alojarlos en mi casa, entre una reunión y otra, mate y facturas de por medio, surgió este reportaje.
Cristina, ¿cuál es el objetivo de este viaje tuyo con tus abogados?
Bueno; el 15 de agosto se cumple un año de la aparición del cuerpo de Facundo. Entonces decidimos que para esta fecha teníamos que traer a Buenos Aires una especie de “informe anual” al Procurador General Eduardo Casal y a la ministra de Seguridad Sabina Frederic sobre qué se hizo, qué no se hizo y en qué lugar hoy estamos parados con respecto a la causa.
También vinimos para hacer una conferencia de prensa junto con Amnesty Internacional, que la hicimos ayer viernes porque obviamente no podía ser en domingo ni feriado.
Como te podrás imaginar, todo este mes pasado yo no paraba de llorar. Es que no nos vamos a olvidar nunca de ese día…
¿Cómo se preparan allá en Pedro Luro para el aniversario?
Vos sabés que Facu era parte de un Semillero Cultural, con otros chicos jóvenes, peronistas. Sus compañeros ahora están preparando “mil flores para Facu” para conmemorar un año de la aparición de su cuerpo. Están pintando carteles en la misma estación donde estaba la sede del Semillero. Y como el 23 de agosto es el cumpleaños de Facu, pero es lunes, el domingo 22 va a bendecir el lugar el padre Javier y se va a hacer una jornada cultural con batucada, grupos en vivo, pinturas, trap, rap, van a hacer tortas fritas y “vaquitas” en piedra como el amuleto que llevaba Facu, donde se van a prender velas. O sea, las mismas actividades que él hacía en el Semillero.
Te aclaro que todo siempre es pacífico, porque cada vez que organizamos algo por Facu la intendencia nos aplica las restricciones por la cuarentena, nos sacan los carteles, etcétera. Incluso no dejan que el padre Javier, que es el párroco de Villarino, hable en los actos por Facu. Nosotros lo hacemos todo siempre desde acá (se toca el pecho).
Leandro, ustedes vienen a reunirse con el Procurador y la ministra. ¿En qué punto está la causa?
Bueno; a partir del 28 de agosto del año pasado por disposición del Procurador Casal, que es el jefe de los fiscales federales de todo el país, se volcaron a la investigación dos fiscales más, Horacio Azzolin y Andrés Heim que ya venía de antes, que se suman al fiscal Ulpiano Martínez. A partir de ese momento hay un giro de 180 grados y empieza a tallar la DATIP, la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal, que acompaña la tarea de la PROCUVIN, la Procuraduría de Violencia Institucional. Esa intervención ayudó a secuestrar más celulares que tenían los policías, algunos de ellos tenían hasta cinco, y de esa manera tener más datos sobre sus llamados y sus interrelaciones, porque lo que declaraban los oficiales se contradice con mensajes de sus mismos teléfonos.
La jueza María Gabriela Marrón no quiso ordenar esos secuestros y a su vez la Cámara tardó seis meses en autorizarnos. Y ahora ahí aparecen mensajes como “No te preocupes, hicimos lo que teníamos que hacer” o “Si se hace el pajero, bajalo”. Después de ese mensaje, los AVL, que son los GPS de los patrulleros, indican que a Facundo lo llevaron a la comisaría de Buratovich, además del último llamado de Facundo, a la 1.33 pm desde allí. Y en el contexto del segundo allanamiento, donde se encontró la turmalina que llevaba Facu en el cuello, está el llamado de Berni a través de su delegado en Bahía Blanca, Federico Montero, poniéndoles abogado y psicólogo a sus mismos policías de la Bonaerense que estaban involucrados en la desaparición de Facundo. Una barbaridad. Por eso ampliamos la denuncia, por ejemplo con el tema de la zapatilla de Facundo, el testigo que descubrió el cuerpo, dice que él la vio, lo informó pero no la secuestraron en el operativo de rastrillaje. Cuando el testigo va a declarar a la comisaría, uno delos policías le dice: “No digas nada de esto”. Cuando al otro día va Cristina al lugar y señala la zapatilla, se “sorprenden”. Es decir, se aportó mucha prueba nueva en la causa, que desmiente la hipótesis del accidente e incrimina a los cuatro policías. A nuestro modo de ver, no hace falta más nada para ordenar las imputaciones y detenciones.
Luciano, ¿cómo describirías el papel de la justicia en este caso?
A partir de la aparición del cuerpo de Facundo hay un entramado de encubrimiento de los policías. Además del poder policial forman ese entramado el poder político de Villarino, o sea el intendente Bevilacqua, y de la Provincia; el poder mediático, con medios como La Nueva Provincia y La Brújula; y el poder judicial a través de la jueza Marrón e incluso el Ministerio Público Fiscal provincial con su ayudantía de Villarino, que se negaban a aceptar la figura de desaparición forzada y caratularon la causa como averiguación de paradero.
Pero la Circular 19 dispone que no pueden investigar fuerzas del mismo distrito, como se había hecho hasta ese momento, entonces la jueza de garantías Calcinelli pasa la causa al fuero federal.
La jueza Marrón es la mejor abogada defensora de los policías. Usó su poder para denegar allanamientos, incluir informes por encargue, interpretar a su gusto el informe pericial de la autopsia del cuerpo de Facundo, todo con el objetivo de archivar la causa y encubrir la responsabilidad de la policía. Hace unos meses, por ejemplo, dijo algo así como que “la fuerza policial se vio debilitada por falsas imputaciones”. Nosotros ya la recusamos dos veces y también lo hicieron los fiscales en noviembre, pero la Cámara de Apelaciones de Bahía Blanca la confirmó, de modo que ahora la llave de la decisión la tiene Casación Federal.
Las fuerzas policiales son todas primas hermanas: la Bonaerense, la Federal y la municipal, cuyo jefe es Montero, el delegado de Berni. Hay vínculos entre el Toyota de la policía local que estuvo a 800 metros del cuerpo de Facundo y los patrulleros de la Bonaerense en Villarino. También hay vínculos personales entre esas policías.
En cuanto al papel de la ministra Frederic, en su momento nos dijo que iba “a destinar sus mejores hombres” a la causa. Pero resulta que ese comisario Ricardo Juri y el subcomisario José Pérez hostigaron a testigos, crearon pistas para la hipótesis del ahogamiento, desviaron la investigación con pistas falsas. Incluso hay un testigo de identidad protegida que ve cuando el fiscal Ulpiano, apenas se encuentra el cuerpo de Facundo, enseguida le saca una foto y lo llama a Berni cuando éste ya estaba apartado de la causa. Es encubrimiento o hasta asociación ilícita.
Cristina, ¿cómo ves vos todos estos roles, incluido el de Sergio Berni?
Es como un triángulo amoroso del poder: justicia, poder político y policía con Berni, que es un ser detestable y hemos pedido su renuncia. Se aman y a veces se odian, pero son un verdadero triángulo amoroso.
Nosotros en cambio vamos de frente, con las manos limpias, sin sangre. Yo soy una laburante, no tengo ni plata ni miedo. Vamos con la bandera de la verdad. Y estamos trabajando para que la justicia y el poder vean lo que no quieren ver, porque les molesta, y llegar a la condena de todos los responsables.
Reportaje: Pablo Vasco
*Crédito de la foto de portada: La Izquierda Diario