El líder de Camioneros renunció como co-secretario general de la CGT, luego de que la mesa chica de la central se hubiera reunido para rechazarle su propuesto de ir a un paro nacional. La crisis venía incubándose desde meses anteriores, pero se aceleró llegado este fin de año y puede abrir nuevos episodios de crisis y más movimientos y agrupamientos en el plano sindical. Veremos sí también repercute en más acciones de calle convocado por el sector crítico con la conducción central cegetista.
De las fisuras al quiebre
Rara vez la central de calle Azopardo es noticia por una acción en defensa de los trabajadores, esta no es la excepción. El co-secretario general y líder de camioneros presentó su renuncia al cargo en la central y rápidamente se transformó en la noticia de la semana.
En la nota presentada, expresa que la decisión se produce “al no coincidir con las decisiones tomadas por la llamada ‘mesa chica”. Tal decisión ocurre posterior al rechazo de la central a la propuesta de realizar un paro en el mes de diciembre. De igual manera, está por verse si tras su renuncia dará algún paso más o no, hacia un agrupamiento que impulse los procesos de lucha, o esto queda solo en un nuevo capítulo de las disputa en las alturas.
Te puede interesar: Otra vez sopa. La CGT rechaza la posibilidad de paro
“Dicen que CGT ahora significa Confederación General de Twitter“, declaró Moyano en la disputa con los otros miembros de la central. Además, sostuvo que “somos las mismas caripelas, estamos siempre los mismos. Es lo que la gente permanentemente nos reclama”. Reflejando en sus palabras, parte del sentir de millones de trabajadores que ven muy críticamente a esa central.
A pesar del pedido del líder de camioneros, la postura de la CGT fue “no habrá ningún paro, no está en nuestra agenda”, demostrando la profundización de su dialogismo con la Casa Rosada. Una complicidad antiobrera de una magnitud increible, por parte de esta dirección traidora.
¿Hacia dónde vamos?
Moyano viene mostrando una diferenciación con los otros miembros de la central, apoyando alguna acción sin el aval de la misma y conformando la Mesa Nacional del Transporte, además de tejer lazos con la Corriente Federal de Palazzo y con las CTAs. Es evidente que hay una crisis en curso y habrá que ver su desarrollo, ya que hasta Moyano Padre se opone a la renuncia de su hijo y apoya a los más dialoguistas con el gobierno, evidenciando una crisis en el seno de la histórica famila sindical. SIMoyano hijo da este paso, debe partir de tener de su lado al menos a una parte importante de los camioneros.
Por supuesto que al lado de la burocracia más podrida de la CGT que impulsa el diálogo con el gobierno y deja pasar el ajuste, quien se oponga de alguna forma, como Pablo Moyano ahora, queda ubicado como opositor al gobierno. El tiempo dirá si es coherente con su ruptura y comienza a convocar a otros sectores, generar un nuevo espacio sindical y a impulsar medidas, o se queda solo en el rol de amagador serial. Hasta su renuncia, Moyano más allá de alguna que otra convocatoria, en esencia vino siendo parte de la pasividad de la central y desde allí colaborando también con la estrategia de acumulación electoral del PJ rumbo a las elecciones del 2025. Pero es evidente que la crisis acaba de dar un salto y veremos cosas nuevas, sobre las cuales tendremos que intervenir en favor de las necesidades de las y los trabajadores en lucha.
Como siempre ha sido, sabemos que la lucha de los trabajadores no depende de movimientos por arriba en la dirección de la CGT, aunque a la vez sus crisis pueden ser aprovechadas. Por eso a Moyano, a las CTAs, a la Corriente Federal, al sector de gremios del transporte y a sus movimientos sociales afines, les reclamamos que convoquen a un verdadero plan de lucha y que el mismo sea debatido y decidido en la base de sus gremios. Se habla de una jornada el 5 de diciembre: que la misma incluya en su programa todas las demandas de las y los trabajadores ocupados y desocupados y el movimiento estudiantil, y que no sea una medida aislada, sino el inicio de un plan progresivo en la calle contra todo el plan de Milei.
La realidad de esta nueva crisis en la cúpula de la CGT pone sobre la mesa una vez más la necesidad de construir una nueva dirección democrática y combativa, elegida realmente por las y los trabajadores. Más nunca hace falta otro modelo sindical, muy distinto al que expresan todas las alas de la burocracia. Desde la izquierda clasista tenemos que intervenir en esta crisis, desarrollando nuestras posiciones independientes, agrupando a los sectores en lucha y a los sindicatos, comisiones internas y cuerpo de deelgados recuperados. Y teniendo una política de exigencia sobre quienes dicen querer enfrentar a Milei.