jueves, 14 noviembre 2024 - 06:29

Crisis en el gobierno. Tras la renuncia de Guzmán asume Batakis en economía

La renuncia de Guzmán realizada el sábado por la tarde, mientras Cristina Fernández de Kirchner (CFK) hablaba en el acto de Ensenada fue el motivo de un domingo frenético. Más de treinta horas de indecisión política y negociaciones hacia el interior del propio Frente de Todos para ver de qué manera se ocupaba el cargo vacío y continuaba el gobierno. Tras un extenso llamado que mantuvieron Alberto Fernández y la vicepresidenta surgió el nombre de la nueva ministra: Silvina Batakis.  

De esa forma terminó una rosca que, en la mayor parte del fin de semana, imaginaba a Massa integrándose al Ejecutivo como un superministro, conjuntamente con otros movimientos que no sucedieron. Y tal como informó esta mañana el jefe de Gabinete, Juan Manzur, tampoco van a suceder. Queda así abierta la puerta para una hipótesis probable, la continuación de la crisis superestructural que arrastra la coalición gobernante.  

Tal es la crisis hacia el interior de las diferentes tribus del peronismo, que el aviso de quien ocupará el nuevo cargo sólo se hizo mediante Twitter. Gabriela Cerruti fue la encargada de plasmar la noticia en un par de caracteres que luego tendría su réplica ante las cámaras, pero una manifestación de menos de 10 personas hizo que se suspenda la conferencia.  

El nuevo Frankenstein que nace de esta crisis del FdT se condimenta con más funcionarios del paladar del primer candidato presidenciable elegido por CFK, Daniel Scioli. Y, obviamente, su nombramiento contó con el visto bueno de la actual vicepresidenta.  

Más allá de las discusiones frentistas que sobrevolaron las portadas de los diferentes portales de noticias y los canales de televisión, hay consenso en un punto dentro de las fuerzas del Frente de Todos. Va a continuar el designio del FMI en la política económica de Argentina. 

El perfil de la nueva ministra 

Batakis llega al gobierno, desde el oficialismo, como una gran economista consagrada por sus estudios en la Universidad de La Plata -como Guzmán- y sus estudios de posgrado, realizados en Estados Unidos, también como el exministro.  

En su curriculum también figura el paso por importantes cargos públicos. Comenzó su carrera en los ’90, donde llegó a ser asesora de de la Subsecretaría de Relaciones con las Provincias en el Ministerio de Economía, conducido en aquel entonces por Remes Lenicov. 

Sin embargo, su experiencia a la que el presidente y la vice miraron con más atención fue aquella que forjó entre 2011 y 2015. Batakis, la “griega” como la llaman, fue ministra de Economía del último mandato de Daniel Scioli en el gobierno de la Provincia de Buenos Aires. De esta forma el gobierno vuelve a dar un paso más en ese sentido, sumando a su cartera ministerial otra figura más del gusto del ex gobernador menemista. 

Fue durante estos años que la nueva ministra desplegó todo su trabajo que dejó a gusto a los barones del conurbano y tenedores de deuda privada. Respetando la marca registrada del kirchnerismo fue pagadora serial de deuda externa de la provincia, aunque también tomó créditos que hoy día sigue pagando el conjunto de los trabajadores bonaerense. Otro recuerdo que perdura de su gestión en el ministerio provincial es el ímpetu por ajustar a los trabajadores estatales. Batakis fue la responsable de aplicar un fuerte recorte en áreas como Salud, Educación, Infraestructura y Desarrollo Social. 

Además, como fue de público conocimiento, se enfrentó con los docentes por intentar aplicar el pago de un medio aguinaldo en cuatro cuotas. Medida que no pudo hacer pasar por la resistencia de los trabajadores de la educación, que en ese momento obligaron a movilizar al burócrata de Baradel por la ofensiva contra los trabajadores por parte de “la griega”. 

Con estos “honores” llega al Ministerio de Economía quien en el último tiempo compartió trabajo con Wado de Pedro en el Ministerio del Interior, como secretaria de Provincias. 

La presencia que queda 

Como adelantamos, el cambio de ministros no resuelve un problema estructural de nuestro país que está relacionado con la deuda externa y principalmente con el Fondo Monetario Internacional. Podemos decir que el orden de los factores no altera el producto. El plan de austeridad exigido por Fondo va a perdurar y es algo que recalcaron durante toda la jornada de ayer.  

La discusión del Frente de Todos sólo se resumió, como viene siendo, en una guerra de aparato; pero para nada se encuentra un debate de programas económicos soberanos que quiera emanciparse del organismo de crédito. En su último informe el FMI exige nuevos ajustes en la economía local, donde ya habla explícitamente de hacer esfuerzos para reducir la masa salarial y los fondos destinados a las pensiones (jubilaciones). 

Más grave se torna la situación cuando se revisan algunos números y se ve el menguado acopio de reservas del BCRA en medio de un invierno que aún no ha terminado y exige dólares para importar energía. A esto también se suma la sed que el gobierno no ha dejado con los bonistas que tienen títulos en peso, a los que se le ha subido de sobremanera las tasas de interés, atándolas al índice inflacionario y un poco más, para que no escapen hacia el dólar. Y, por último, imposible de obviar, una corrida inflacionaria que podría alcanzar niveles cercanos al 80% o 100%. 

Todo este panorama descripto no forma parte de los debates estratégicos del Frente de Todos para ver cómo resolverlo. Más bien, su intención es administrar la crisis sin que nada estalle y, por supuesto, cumplir con todos los pagos que exige el Fondo. 

Hoy se habla de aplicar una devaluación, por medio de la nueva ministra o dejar que el mercado lo efectúe, ya que el gobierno no aplica ningún tipo de control sobre los resortes centrales de la economía. Así, desligándose de responsabilidades, sea con una u otra opción o aplicando o no una devaluación, lo que se avizora son políticas económicas que sigan machando los magros ingresos de los trabajadores y sectores populares. 

El cambio necesario, como viene sosteniendo el MST en el FIT-U, comienza con sacar al Fondo de la toma de decisiones sobre los destinos del país. Como advirtió Cele Fierro ante el nombramiento de Batakis: “Esto, solo lo proponemos desde la izquierda. El 9 de julio, llamamos a las y los trabajadores a salir a las calles por un programa de fondo que plantea terminar con el sometimiento”. Una propuesta para enfrentar de verdad los males de este sistema capitalista y abrir paso a un camino alternativo, anticapitalista y socialista.

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