Hace apenas un mes el movimiento ‘Scientist Rebellion’ hizo un llamado global con eco en 27 países, con motivo de la publicación del informe IPCC AR6 WGIII sobre la crisis climática. Entre sus consignas se leía “Revolución climática o lo perderemos todo”.
Peter Kalmus, quien pasara a ser reconocido en redes sociales como “el científico detenido de la NASA”, fue arrestado tras participar de una protesta climática afuera de un banco estadounidence.
En nuestro país, y al ritmo del Atlanticazo, más de 500 científicas y científicos del sistema público declararon su rechazo al proyecto de explotación petrolera offshore en las costas de Mar del Plata, en respuesta a un texto suscripto por un grupo de académicos a favor de la iniciativa.
Hace pocos días la Universidad Nacional de Córdoba, la más antigua del país, fue garante de un polémico encuentro/pacto entre el referente social Juan Grabois y el rey de la soja, Gustavo Grobocopatel, donde se impulsaba un supuesto diálogo entre el agronegocio y la agroecología.
De manera más reciente, la apertura de la Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad, con la participación de referentes de Jóvenes por el Clima y Eco House, se funda en el supuesto de que las comunidades rechazan la megaminería por ignorancia, invitando a la “ciencia” y a integrantes coptados de las universidades a despejar las dudas, a favor de las mineras.
Cada escena pincela a la perfección la cinchada librada al interior del mundo científico y universitario, una contienda entre los profetas del extractivismo capitalista y quienes hacen ciencia/protesta en un desesperado intento para que ésta recupere la cordura.
Queremos compartir con ustedes algunos datos, debates y propuestas acerca de lo que denominamos la pedagogía del extractivismo.
Universidad, terreno de disputa
Partimos de afirmar que la Universidad, como institución icónica del conocimiento científico, no es ni ha sido jamás neutral. En su vientre se estrangulan mutuamente intereses contrapuestos desde su origen en el siglo XI.
La palabra Universidad proviene de la expresión universitas scholarium “la colectividad de los estudiantes”.
Por fuera de todo estatismo y poder clerical, que rápidamente se disputaron el control de ésta, la Universidad surgió autónoma como asociación libre de estudiantes que contrataban maestros para su instrucción.
Las Cruzadas anti-ciencia del feudalismo reflejaron la sangrienta respuesta de un modo de producción dominado por una clase social parasitaria e improductiva que expoliaba a la gleba con el sudor campesino, oscurecía las universidades y obstaculizaba el conocimiento científico.
Con la modernidad, la clase capitalista desarrollará las fuerzas productivas que se encontraban aprisionadas. Las universidades se revitalizarán al calor de la mayor demanda de cuadros técnicos en las industrias. Pero la irracional e infinita reproducción del capital empujará a las técnicas rápidamente al campo de la reacción, desarrollando fuerzas destructivas. La guerra se convertirá en el reseteo del régimen de acumulación dominado por los monopolios, tragando países enteros.
Dominará en las ciencias la visión utilitarista de la naturaleza, derivada de la ruptura del metabolismo social humanidad-naturaleza, reemplazado por actual mercantilización de todo lo vivo.
En el capitalismo, los dueños de la tecnología y de la ciencia están dispuestos a negarle vacunas a todo un continente antes que liberar las patentes; a incendiar hasta la última gota de petróleo antes que desarrollar las energías limpias y la agroecología a gran escala. La ganancia del 1% se ha convertido en el mayor obstáculo para la liberación de la ciencia y la supervivencia de la humanidad-naturaleza.
Dictadores, obispos y presidentes buscarán a lo largo de la historia cercenar la autonomía de la Universidad, subordinando el conocimiento científico al proyecto de “desarrollo” de la clase dominante, hoy en día, el imperialismo y sus lacayos nativos.
Privatización y extractivismo
En nuestro país y el mundo, la década de los 90 se escribió en los manuales como el boom neoliberal.
En Argentina Menem privatizó gran parte de las empresas estatales y pretendió hacer lo propio con las universidades públicas por medio del arancelamiento. Sin embargo, la tenaz resistencia estudiantil impidió parcial o totalmente su implementación en la mayoría de las Casas de Estudio.
Lamentablemente, los posgrados rentados, el recorte de contenido, la acreditación supervisada con criterio de mercado y el ingreso de la inversión privada en la extensión e investigación universitarias no corrieron la misma suerte. Penetró el extractivismo en los grupos de investigación y laboratorios integrados por personal científico formado y rentado con fondos públicos.
La democracia secuestrada por la casta
El gobierno universitario, siglos después, sigue constituido por una casta privilegiada y estamentos como en el medioevo. El voto ponderado y la antidemocrática representación del claustro estudiantil están al servicio de perpetuar privilegios de casta en el funcionariado. Así, por ejemplo, el actual presidente de la UNLP cobra en euros el equivalente a dos millones de pesos mensuales, o el rector de la UNLaR cobra más que el presidente del país.
Esta democracia de casta no funcionaría sin la complicidad de las fuerzas estudiantiles del capitalismo, muchas de estas de estrecha relación orgánica con el ecologismo popular y el falso progresismo.
Universidad S.A.
Gira alrededor de las universidades una legitimidad social, como supuestas usinas del conocimiento imparcial, que es requerido por las corporaciones ecocidas muy escasas en reputación.
Pero no entra en juego sólo este capital social; las universidades también ofrecen una baja inversión en mano de obra para los capitalistas, ya que mucha de la mano científica es asalariada con fondos públicos y otras con becas que representan migajas para los capitalistas.
Presentamos esta breve enumeración a fin de ilustrar concretamente la relación entre la Universidad y la orientación ecocida de gobiernos y corporaciones en nuestro país:
En el año 2007 explotó un laboratorio de biodiesel montado en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) por la empresa DE SMET SAIC, con el saldo de seis víctimas fatales.
La Universidad del Litoral y el CONICET son responsables del desarrollo del Trigo Transgénico HB4, preparado para resistir el glufosinato de amonio, agrotóxico más letal que el glifosato.
La Universidad Nacional de Tucumán es la responsable de elaborar los informes de impacto ambiental, sorprendentemente favorables, a Xstrata Copper Minera Alumbrera, la megaminera enferma y reprime al pueblo de Andalgalá en Catamarca.
A través de los fondos YMAD (Yacimientos Mineros Agua de Dionisio), millones de pesos provenientes de la megaminería son transferidos a las universidades públicas de Argentina.
La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) anunció en 2021 la construcción de una planta modelo de celdas de litio en asociación con YPF.
También en 2021, la UNLP suscribió un convenio con el Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense para la tala de 200 hectáreas de la Reserva Internacional de Biósfera Pereyra Iraola, para la obtención de mil toneladas de madera.
La UNLP anunció en 2022 que dirigirá la obra de extensión de la Autopista Buenos Aires-La Plata, atravesando áreas naturales protegidas.
El FMI en las aulas y en la cordillera
La convalidación del Frente de Todos a la estafa macrista con el FMI tiene consecuencias nefastas en el derecho a la educación. El proyecto de Ley para el Presupuesto educativo 2022 representa un recorte de 34 mil millones respecto al 2021. A las universidades les van a faltar 75 mil millones para cumplir con los compromisos formales, sin contemplar inflación y tarifas.
El recorte presupuestario en curso impulsa a las universidades a asociarse con corporaciones para generar recursos propios.
R-Evolucionar
Lo dijimos arriba y lo repetimos ahora: ni la Universidad ni la Ciencia son neutrales. Mientras existan las clases sociales, serán terreno de pelea. Y mientras respiremos, vamos a luchar.
Así como existen proyectos que lo alientan, también hay equipos de profesionales que investigan cómo mitigar los efectos del extractivismo.
Cada vez somos más quienes impugnamos la justificación “científica” del agronegocio, el fracking, la megaminería, la especulación inmobiliaria y la industrialización animal, que nos enferman el cuerpo, alienan nuestro trabajo y fracturan nuestro vínculo con los ecosistemas.
Lxs ecosocialistas del MST en el Frente de Izquierda Unidad defendemos un conocimiento científico insurrecto, anticolonialista, de los pueblos y para los pueblos.
Queremos levantar en todas las universidades del país una fuerte corriente estudiantil y de jóvenes científiques, ecosocialista y revolucionaria, para recuperar la capacidad soberana del conocimiento y ponerlo al servicio de una transición ecológica y climática con perspectiva clasista, en perspectiva de la toma del poder en Argentina, Latinoamérica y todo el mundo.
Al servicio de esta imprescindible tarea ponemos el Encuentro Socioambiental Mundial “No hay Planeta B” que impulsamos con la Liga Internacional Socialista para finales de mayo, con la participación de los cinco continentes y más de veinte países.
Te invitamos a militar con nosotres.