Mientras se anuncian aumentos de tarifas debido a la falta de inversión de la distribuidora eléctrica Edesur, más de 50.000 familias pasaron este año nuevo sin luz. Muchas de ellas hace más de una semana que no tienen este imprescindible servicio. Ahora el gobierno a través del ENRE dice que la cifra de los afectados se redujo a la mitad, mandó una veedora y multó a la empresa. Muchos vecinos están protestando en la calle. Desde el MST en el FIT-U exigimos el cese inmediato de la concesión, la anulación de las tarifas anunciado y que su funcionamiento sea controlado por sus trabajadores y usuarios.
La electricidad es un insumo básico para vivir. Son innumerables los testimonios de gente anciana bajando por escaleras de un 7mo u 8vo piso porque no hay ascensor, ni agua; de alimentos y medicinas, por toneladas, que se arruinan en casas o comercios; de electrodomésticos que se rompen y que nadie compensará. A las penurias de todos los días ahora se suman los cortes de luz, que llegaron para amargarles la vida a decenas de miles de argentinos.
Los cortes abarcan a muchos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, entre ellos Mataderos, Liniers, Caballito, Parque Avellaneda, Villa Luro, Barracas, Constitución, La Boca, Nueva Pompeya, Villa Luro y Villa del Parque. En el Gran Buenos Aires las zonas más afectadas fueron Avellaneda, Lanús, Ezeiza, Lomas de Zamora, San Vicente y San Justo. A estos cortes de los que es responsable Edesur debemos sumarles alrededor de 1.000 usuarios de Edenor que también sufrieron interrupciones en el suministro de energía eléctrica.
Los vecinos del oeste de la ciudad cortaron ayer ambas manos de la General Paz. También hubo muchas otras protestas, como la concentración que terminó golpeando las puertas y arrojando piedras frente a las oficinas de Edesur de Parque Avellaneda y otra protesta similar se produjo en Scalabrini Ortiz y Warnes, donde los vecinos prendieron una fogata.
La empresa ha pedido cínicamente disculpas, cuando la respuesta ante miles de usuarios que reclaman la restitución del servicio es el mensaje grabado de una máquina. Le echa la culpa de los cortes a la ola de calor, e intenta justificar la total falta de inversiones en el mantenimiento del servicio en la falta de aumento de tarifas. Argumenta a su favor que no ha girado en los últimos tiempos dividendos al exterior y ratifica, pese a las supuestas pérdidas que denuncia, que quiere quedarse en el país.
¿Quiénes son los responsables de los cortes?
Edesur es una empresa multinacional, cuyo mayor paquete accionario está controlado por Distrilec Inversora, cuyos directores son designados por el Grupo Enel; el otro paquete es controlado por PB Distribución S.A. Enel, que es una multinacional de origen italiano y controla el 51% de las acciones. Está presente en 40 países y prevé inversiones de 210.000 millones de euros entre 2021 y 2030. Desde el 2015 no invierte un euro en la Argentina.
Tanto la derecha de Juntos por el Cambio, como sus amigos en los medios o los liberales apoyan los dichos de la compañía diciendo que los usuarios abonan apenas un 30% del costo del servicio y que el resto (10.000 millones de dólares al año) es cubierto por los subsidios del Estado, con fondos que pagamos todos. Siguiendo la letra del FMI quieren tarifazos brutales, que ya aplicó Macri, para que el gobierno disponga de más dólares para pagar la fraudulenta deuda externa que, entre otros, ellos contrajeron.
¿Cuál es el costo real del servicio eléctrico? Seguro que mucho menos del que intentan vendernos en un país que tiene innumerables recursos energéticos propios. Se sabría muy fácil el tamaño de la estafa si las compañías abrieran sus libros de contabilidad, algo que este gobierno nunca propuso ni tiene intenciones de hacer. El secretario general del personal de las empresas de energía, Carlos Minucci, en medio de esta crisis ha declarado, luego de años de ser cómplice de estas empresas, que Edusur es campeona en fugar capitales. Por algo pese a que dicen percibir pérdidas se quieren quedar en el país.
Por el lado del gobierno, ante semejante agresión a las condiciones elementales de vida de decenas de miles de argentinos lo único que se ha hecho es multar a la empresa en $ 239 millones (alrededor de 1,3 millón de dólares), mandado un instructivo a los usuarios para que reclamen el tiempo sin luz, y enviando a una veedora para controlar las gestiones técnicas y comerciales). Nada para una compañía que viene amasando millones y millones a costa del pueblo argentino. Ni siquiera intervino de urgencia a la empresa.
Algunos intendentes y referentes del Frente de Todos, apretados por la bronca de los vecinos, ahora piden anular la concesión. Cacarean cuando la situación no da para más. La única solución es lo que están haciendo los vecinos autoconvocados: movilizarse, salir a protestar a la calle, hacer cada vez más fuerte y dura la protesta. Solo así se logrará que se vaya restituyendo el servicio lo más pronto posible.
En un país con enormes recursos energéticos, se puede contar con una energía abundante y a precios accesibles. Los cortes de energía y el tarifazo en ciernes son una bestialidad de esta sed de ganancias capitalistas, con tal de cumplir con los requisitos del FMI y mantener una enorme ganancia empresaria. De empresas que, además, no invierten un peso. La salida de fondo, porque los cortes van a volver y volver, es nacionalizar Edesur y Edenor. Sacarles las concesiones a estos grupos, devolver su control al Estado con la dirección debe estar en manos de sus trabajadores y usuarios.