En la Legislatura de Córdoba debatimos en primera lectura el Presupuesto del gobierno del PJ. Las legisladoras y legisladores tuvimos menos de 10 días para analizar todo el paquete y lo hicimos sin que estén finalizadas las negociaciones de la deuda provincial -que ya acumulan dos rechazos de los bonistas- por lo cual es absolutamente incierto su cumplimiento.
Al margen de estas consideraciones, es muy importante atender los aspectos esenciales de este presupuesto, porque se trata del proyecto de Schiaretti para todo el año 2021 y hay que decir que no tiene nada bueno para las cordobesas y cordobeses, por el contrario sólo trae más ajuste y profundiza los problemas estructurales que arrastramos.
Lo primero que hay que mirar cuando analizamos un presupuesto es ¿quién pone la plata? y ¿hacia dónde va? porque en definitiva de eso se trata: una enorme masa de dinero que el gobierno distribuye en planes y programas que asisten a diversas necesidades o intereses.
¿De dónde sale la plata?
Los principales aportantes de los tributos son las y los trabajadores y son, además, los que menos beneficios impositivos reciben. Mientras tanto, el 70% del gasto tributario, es decir, la plata que el Estado se pierde de recaudar por exenciones y promociones especiales, está dirigido a los empresarios, sobre todo a los industriales.
Pero los empresarios del agro también ganan, porque aunque les toca poner un poquito más de plata, son los únicos que tienen la ‘suerte’ de que el 65% de sus impuestos vayan a obras para sus sector y sólo ellos pueden decidir cómo usarla, porque ni siquiera pasa por las arcas del Estado, sino que van directamente a un Fideicomiso. Pocas veces se ha visto semejante nivel de entrega a un sector empresarial.
En definitiva la plata la ponen los trabajadores, tanto con impuestos asfixiantes -no sólo los provinciales, sino también los nacionales y municipales- como con el ajuste de partidas básicas para cubrir sus necesidades.
¿En qué se gasta?
Veamos entonces el gasto, uno podría suponer que si la plata la ponen los trabajadores debería volver a los trabajadores, pero no. La plata va a los empresarios y sectores concentrados. Casi el 20% de los gastos terminan en los bolsillos de empresarios tanto de la provincia como del exterior, porque mucho se lo llevan los tenedores de deuda extranjeros. De aquí se desprende una primera conclusión, hay verdaderos ganadores de este presupuesto y son los que siempre ganan, un sector minoritario de la población que nunca pone el esfuerzo y se queda con lo que es de todos.
Para los trabajadores el trato es muy distinto, los gastos esenciales para cubrir sus necesidades se han visto recortados significativamente. Empezando por salud: según el gobierno en el 2021 la pandemia va a desaparecer mágicamente por eso recortan en un 60% el Fondo Covid, cuando en el mundo entero están habiendo rebrotes que dan cuenta de que la inversión debería seguir sosteniéndose. Además de que si algo evidenció la pandemia es que la salud pública y sobre todo sus trabajadores son esenciales y deben ser jerarquizados tanto a nivel salarial como en estabilidad laboral, pero eso no se puede lograr con la plata que se les destina.
Las prioridades del gobierno se hacen evidentes con este dato muy gráfico: en Córdoba hay un trabajador de la salud cada 300 habitantes y un policía cada 150. Hoy más que nunca hace falta invertir esa relación priorizando a los que salvan vidas y no a los que matan a pibes inocentes en las calles.
La educación sufre un recorte real del 10%, justo en este momento, que hay miles de pibes desconectados, docentes pobres y una gran incertidumbre por la continuidad laboral de algunos programas como el de Jornada Extendida. Para colmo se opta por seguir beneficiando a la educación privada que se lleva el 20% del presupuesto, el nivel más elevado de todo el país. Son $22 mil millones, más de la mitad de los cuales van a escuelas religiosas que imparten discursos de odio y se niegan a implementar la ESI ¡Qué bien le vendría esa plata a la escuela pública!
La vivienda, una de las necesidades más sentidas de los cordobeses dado que uno de cada cinco hogares presenta déficit habitacional, también ha visto recortado su presupuesto en un 27%. En su campaña prometían 25 mil viviendas pero con la plata de la Dirección de Vivienda alcanza, siendo optimistas, para 250.
Y el trabajo, el aspecto crítico de nuestra provincia donde el desempleo llega al 19%, también sufre un recorte que oscila el 32% real. Son las asignaciones que van a los planes de empleo que ya eran precarizadores pero que ahora lo serán mucho más.
Ni verde ni violeta
El Gobierno presenta este proyecto como un presupuesto con perspectiva de género y cuidado del ambiente, pero la realidad dista mucho de eso. Para no atender a las necesidades reales de las mujeres, pero posar de feministas, han pintado cualquier partida de violeta. Es tal el absurdo que llegan a decir que los subsidios a los empresarios del transporte alientan la igualdad entre varones y mujeres, ¡de locos! La realidad es que nos destinan menos de dos pesos por día. Así no se puede implementar ninguna política de igualdad seria.
En cuanto a los programas para la remediación y cuidado ambiental, la mayoría sufrieron recortes, salvo el de la Policía Ambiental que crece año a año aunque aún no pueden explicar para qué sirve. Pero lo más preocupante son las acciones que se alientan a partir de las exenciones e incentivos fiscales, ya que con el tratamiento diferenciado al sector agropecuario se sigue fomentando un modelo de explotación ambiental que desmonta, desertifica y deja tierra arrasada, como hemos podido comprobar este año.
Entre los bancos y los jubilados, los bancos
El gobierno no se hace cargo de nada, le echa la culpa a la pandemia y a los jubilados del quiebre de la provincia. Es increíble el cinismo, luego de más de 24 años de intervención de la Caja, 20 de los cuales fue el PJ quien estuvo a cargo, tienen el tupé de responsabilizar por el déficit de la Caja a los que trabajaron y aportaron toda su vida. No hay forma de sanear el sistema previsional sino es a través de una intervención popular donde activos y pasivos controlen todo.
Lo que no dicen es que el verdadero desequilibrio de las finanzas provinciales es la deuda inmensa que asciende a más de $200 mil millones. Sólo este año hay que pagar casi $40 mil millones, sin contar lo que se está reestructurando -que son $60 mil millones más- esa es la verdadera sangría de nuestros recursos.
El muerto se asusta del degollado
En el debate la hipocresía de los partidos tradicionales no tuvo límites, ya que el PRO y la UCR criticaron la deuda como si ellos no tuvieran responsabilidad en ella. Y el PJ rechazó toda su responsabilidad y culpó al gobierno de Macri, ¡qué caraduras! cuando ellos fueron sus mejores alumnos y avalaron cada una de sus políticas. Lo único que demuestran es que tienen el mismo plan: ajuste para los de abajo y beneficios para los de arriba.
Desde la izquierda nos opusimos consecuentemente a este presupuesto y planteamos un plan alternativo, uno que tenga como eje las prioridades del pueblo trabajador, que la plata la aporten los que más tienen y que se deje de pagar la deuda que en nada ha beneficiado a los cordobeses, sólo se ha puesto en cemento electoral, mucho del cual es absolutamente inútil como los dos puentes del Panal que esta cortados por policías permanentemente.
El oficialismo cuenta con la mayoría en el recinto para aprobar este proyecto, hecho que seguramente sucederá el 9 de diciembre. Pero nosotros sabemos que en las calles el pueblo es mayoría y allí estaremos enfrentando este ajuste y exigiendo que la plata vaya a satisfacer las demandas más urgentes de las cordobesas y cordobeses.