En la mañana del martes 2 de julio, una importante asamblea realizada con representación de todos los servicios del del Hospital Neuropsiquiátrico Provincial (HNP) resolvió un paro total de actividades para los días miércoles 3 y jueves 4 de julio. Se garantizarán únicamente las guardias mínimas.
En el marco de una jornada de protesta y visibilización los trabajadores realizaron un abrazo al hospital. Allí reunidos debatieron y decidieron la medida de fuerza para rechazar el cierre de 20 camas y el traslado de profesionales del servicio social a otros hospitales recientemente confirmados por la secretaria de Salud Mental del gobierno de la provincia, Pía Guidetti.
En un comunicado emitido desde la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS), los trabajadores señalan que esto es un avance en el sentido de cerrar el HNP, como ya hizo el gobierno del PJ provincial hace dos años con el cierre del IPAD (Instituto Provincial de Alcoholismo y Drogadicción), único efector público dedicado a atender consumos problemáticos de sustancias. Y denuncian que los servicios y guardias ya se encuentran desbordados por un “aumento exponencial de la demanda”. Esa demanda se agrava diariamente al calor del avance de la precarización laboral, la desocupación y la crisis social por la que más personas dependen de los servicios públicos de salud. Y junto a la crisis crece “la incidencia de padecimientos psíquicos, de los consumos problemáticos y adicciones” que señalan los trabajadores en la gacetilla de prensa.
Desmanicomializar no es desmantelar
Con esta consigna los trabajadores y trabajadoras del Neuro señalan como una “mentira inadmisible” que las autoridades fundamenten las decisiones de recorte y traslados en la supuesta adecuación a la ley provincial 9848 de protección de la salud mental. Porque al contrario de lo previsto por la ley, el Neuro sigue siendo monovalente, es decir solamente atiende pacientes con padecimientos de salud mental. Y, como denuncia el personal, el gobierno avanza en el vaciamiento y cierre en lugar de transformarlo como prevé la ley. Para esa transformación sería necesario incorporar personal e incluso abrir nuevos servicios como neurología, endocrinología, toxicología, fisioterapia, clínica médica y otros.
Y también existen en nuestra provincia otras instituciones monovalentes de salud mental: las grandes clínicas psiquiátricas privadas. Allí se deriva a los pacientes cuando la capacidad de internación del Neuropsiquiátrico está completa. Lo que señalan los trabajadores es que aquí se ve quiénes se benefician con las decisiones del gobierno, un puñado de efectores privados se hacen de un gran negocio. Clínicas privadas a las que las autoridades no les exigen que se adecúen a la ley.
El vaciamiento cuesta salud y vida
El recorte permanente de recursos materiales y personal, esta política sostenida de vaciamiento, dicen también desde la UTS: “pone en riesgo constante a los usuarios que no pueden recibir la mejor atención y también para los trabajadores que están sobrecargados, sin que se cumplan las licencias correspondientes como en el servicio de enfermería”.
Resulta particularmente grave el traslado compulsivo de trabajadoras sociales en un hospital que atiende a los sectores sociales más vulnerados, además de su importancia para el trabajo interdisciplinario de atención para la salud mental.
Mañana miércoles 3 de julio desde las 00.00 hs comienza el paro por 48hs. Y a partir de las 8.30 del miércoles los trabajadores realizarán una nueva asamblea para decidir los próximos pasos a seguir.
Iván Sosa