El sábado 1 de junio por la mañana se realizó en La Granja el acto de inauguración del Espacio por la Memoria, la Verdad y la Justicia en homenaje a los 8 fusilados en la masacre de Ascochinga. Esto es posible gracias a una lucha colectiva del pueblo, que logró más de 300 firmas en favor de esta iniciativa, que finalmente se materializó en una ordenanza aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante de la localidad. Por eso Sara Ferreyra, integrante de la Comisión de DDHH de La Granja, dijo “este es un día feliz, hacer memoria es mucho más que recordar, es cuestionar, visibilizar y velar para que nunca más se repitan hechos semejantes”.
Sobre el horror la mentira
El 1 de junio de 1976 fueron fusilados en Ascochinga, en predios de la Fuerza Aérea, 8 jóvenes de entre 17 y 28 años, todos ellos militantes del PRT-ERP. La Voz del Interior informó días después que “habían sido abatidos 8 extremistas en un enfrentamiento con la gendarmería nacional, quienes se encontraban en un campamento subversivo realizando actividades de instrucción militar y adoctrinamiento político”. Esa fue la versión oficial, pero la verdad no tiene nada que ver con ella.
Adriana Ruth Gelbspan (17), José Guillermo Gómez (28), Ana María Ahumada (26) , Rodolfo Alberto Ponce (22), Isabel Mercedes Burgos de Luna (23), Hermenegildo Alfonso Cuenca (269, Alicia Esther Heredia (25), y Santiago Alberto Pereyra (25) estaban cautivos en el centro clandestino de detención y tortura La Perla hacía meses o días, dependiendo el caso. Torturados y maltratados fueron retirados de allí por orden de Luciano Benjamín Menéndez, Raúl Eduardo Fierro, Hermes Oscar Rodríguez y Luis Gustavo Diedrich, tal como lo sostiene el informe del Centro de Información Judicial del Poder Judicial de la Nación sobre el “Procesamiento Romero”. Sus asesinatos fueron juzgados en la megacausa La Perla- La Ribera- D2 y los responsables condenados el 25 de agosto de 2016.
La historia de los 8
Este hermoso homenaje, donde se reconoció la iniciativa de los Concejales que presentaron la ordenanza y la de Luciana Echevarría (legisladora por el MST- FITU) que presentó una declaración de Beneplácito al espacio; contó además con la participación de organismos de DDHH de todo el corredor de Sierras Chicas y de Traslasierras (ya que Ana Ahumada era de San Javier) y de familiares y amigos de vítcimas del terrorismo de Estado de esa zona, como María Llorens, hermana de Pablo y Sebastián, desparecidos durante la dictadura, y Eduardo Toschi, hermano de Humberto, fusilado en la masacre de Trelew. En el acto se honró la memoria de los desaparecidos desde el valor de cada una de sus vidas dedicadas a la transformación de la realidad, a la revolución.
Con anécdotas familiares y militantes, con el amor de quienes compartieron un tramo de existencia con ellos, muchos que no los conocimos pero estuvimos ahí para levantar el puño por ellos, sentimos una cercanía inmensa. Y al dolor y el espanto de los relatos sobre sus muertes, se impuso la maravilla de sus vidas y la necesidad urgente de continuar su ejemplo.
Sigue amaneciendo
Entre música, árboles plantados en la memoria de los 8 fusilados y de los 30 mil, flores y pinturas se escuchó el poema de Liliana Bodoc: “¿Cómo es posible que siga amaneciendo? nos preguntamos cuando no volvieron. En verdad amanecía como si tal cosa. La gente se alarmaba por sus pequeñas grietas, controlaba que no hubiese agujeros en sus bolsillos, ni ventanas abiertas en sus almas. Pero el tiempo, que de tonto no tiene un solo pelo, nos enseño que era al revés; exactamente al revés de nuestro primer llanto. Fue por ellos, por los que no volvieron que siguió amaneciendo. y amanece.” A días de haber perdido a Norita Cortiñas y reivindicando la vida de las y los desaparecidos la certeza más grande que tenemos es que sigue amaneciendo, cada día para hacer realidad el mundo que soñaron, que soñamos y nos merecemos.
Adriana, José, Ana María, Rodolfo, Isabel, Hermenegildo, Alicia y Santiago ¡PRESENTES! Ahora y siempre.