Durante la semana del 7 al 13 de junio la provincia de Córdoba alcanzó el mayor número de fallecimientos por coronavirus desde el comienzo de la pandemia. Fueron 282 muertes en solo una semana.
Mientras tanto, la ocupación de camas críticas por Covid sigue en aumento y alcanzó el 88%. El panorama es realmente devastador si se tiene en cuenta que los récords de contagios de los últimos días van a tener efectos en el aumento de internaciones y muertes en las próximas semanas.
Hasta el 18 de junio continúan vigentes las últimas medidas tomadas por el gobierno provincial que incluye clases virtuales para todos los niveles educativos, restricciones horarias para comercios no esenciales, bares y restaurantes y el cierre de algunos rubros como gimnasios, peluquerías, teatros, cines y centros comerciales.
Escándalos virales
En este contexto crítico, durante el fin de semana se viralizaron en las redes sociales los videos de la reconocida figura del cuarteto, Damián Córdoba, cantando en Visionarie Ruin Bar mientras el público bailaba de pie, sin distanciamiento ni barbijos. Irónicamente, el mismo cantante -habitualmente contratado para campañas del gobierno- protagonizó un video sobre los cuidados para prevenir contagios de coronavirus. Luego del rechazo que se generó públicamente, el bar fue clausurado y su dueño y el cantante fueron denunciados penalmente por la Municipalidad; aunque vecinos denuncian que el bar incumple los protocolos y restricciones horarias desde hace tiempo.
Durante el mismo fin de semana, en Villa Carlos Paz un grupo de youtubers protagonizaron otro escándalo que se viralizó en las redes sociales, al hospedarse todos en una casa para grabar un reality y publicar videos donde violaban sistemáticamente las restricciones vigentes. Intervinieron inspectores del municipio y la policía.
Una catástrofe con responsables
Las escenas que se volvieron virales el fin de semana indignan en muchos sentidos y es necesario que haya sanciones para quienes ponen en riesgo la salud pública, especialmente en el marco de una pandemia. Pero también indigna que las sanciones a figuras reconocidas o a propietarios de bares por parte de quienes deberían controlar siempre, solo llegan cuando hay un rechazo público masivo.
La catástrofe sanitaria que está atravesando la provincia de Córdoba tiene muchos responsables, pero hay quienes tienen mayor cuota de responsabilidad en eso, no solo por los cargos que ocupan sino, y sobretodo, porque sus decisiones y acciones tienen consecuencias en la salud pública y la vida del conjunto de la población.
La presencialidad forzada en las escuelas, por ejemplo, obligó a exponerse al virus a toda la comunidad educativa y generó un aumento en la circulación en el transporte público, lo cual disparó los contagios, tal como lo demuestran las cifras oficiales con el aumento de casos especialmente en niños, niñas y adolescentes, pero también en todos los rangos etáreos. Ya son 14 las y los docentes que fallecieron por Covid, algunos de ellos con factores de riesgo fueron obligados a dar clases presenciales. Y aun así, no está definido si la virtualidad se va a mantener más allá de esta semana.
El gobierno de Córdoba empapeló la ciudad con cartelería que indica que “el virus no se mueve si vos no te movés”, depositando toda la responsabilidad en la conducta individual y desconociendo que sus propias políticas son las que obligan a miles de trabajadores a trasladarse día a día a sus lugares de trabajo en rubros que no son esenciales. El mismo gobierno que no otorga ayudas sociales a los miles de trabajadores informales que no pueden quedarse en casa para cuidar su salud porque sino no tienen para comer. O que no reconoce el trabajo del personal de salud y los mantiene enfrentando al virus en plena pandemia con salarios de miseria y precarizados.
Aunque digan otra cosa, en realidad, el virus no se mueve si los gobiernos toman las medidas que de verdad hacen falta para cuidar la salud de todo el pueblo y no las ganancias de unos pocos.