El viernes 10 la ciudad de Córdoba se despertó con la trágica noticia de la muerte de un trabajador, un chofer de la línea 71 de la empresa ERSA: Gustavo Cuello.
La respuesta de sus compañeros fue inmediata y desde las 4 de la mañana decidieron acercarse a la punta de línea del barrio San Carlos para exigir el esclarecimiento del crimen y denunciar la falta de medidas de seguridad que las empresas y el Estado deberían garantizar a los trabajadores esenciales del transporte.
La medida de fuerza no se hizo esperar y se realizó un paro total del transporte en la ciudad. Pasaron las horas y, ante la falta de respuestas por parte de la justicia y pese al temporal, los trabajadores y sus familias decidieron autoconvocarse en una sentida movilización. Se dirigieron hacia su sede sindical, la que no sólo encontraron cerrada sino además custodiada por la policía.
En palabras de Pablo, compañero de línea de Gustavo: “El gremio está sinceramente desaparecido. Ves que no hay ningún representante nuestro, ni siquiera dando explicaciones de lo sucedido, o de la reunión que tuvieron en Jefatura (de policía). Solamente nos enteramos por trascendidos o por la prensa. Vemos que el gremio parece estar totalmente atado de manos”.
A la vez expresó: “Queremos primero que esto se esclarezca, la justicia es rápida solo para algunas cosas. Acá tenemos a la policía custodiando la sede sindical, nuestra sede sindical, nuestra casa, que no vinimos a romper: sólo vinimos a hacer escuchar nuestros reclamos. Y por otro lado, no tenemos ni un policía para entrar a la zona roja de la ciudad”.
Este hecho y la contundente respuesta de un sector de los choferes se enmarca en un proceso importante de autoconvocados que se desarrolla hace meses, donde el sindicato no da ninguna respuesta sobre los principales problemas que aquejan a los trabajadores. Entre esos problemas se destaca el cobro de más del 80% del salario en negro, las negociaciones paritarias muy por detrás de la inflación y la falta de medidas de seguridad y protección desde el día uno de la pandemia, reflejado incluso en la inexistencia de un plan de vacunación para este sector de trabajadores esenciales.
Todo esto quedó expresado al cierre de la movilización, a través de un comunicado, donde los trabajadores entre otras cuestiones manifestaron: “Simplemente le pedimos a los que hoy ocupan el sindicato y sus delegados que renuncien a ese lugar donde nadie los puso, que vuelvan a manejar un colectivo, y así tal vez comprendan de lo que estamos hablando”.
