miércoles, 18 diciembre 2024 - 22:09

Convenio colectivo. El Estatuto del Docente no se toca ni afecta

En estos días fue noticia en algún medio, la confirmación y los avances sobre una resolución pactada en la última paritaria nacional docente: la formación de la Comisión Negociadora para concretar un Convenio Colectivo de Trabajo. Para ello se fijó como fecha de reunión a la próxima paritaria, en la primera semana de febrero de 2022, la que trataría también el nuevo tope para el salario mínimo docente.

La idea de este convenio la venía fogoneando Sergio Romero de la UDA y Secretario de Políticas Educativas de la CGT. Pero finalmente fue una de las resoluciones de la última paritaria nacional docente, el 12 de noviembre pasado.

En su momento fuimos críticos de esta resolución, ya que no se consultó a ningún docente del país. Es decir, el gobierno patrón, junto a la burocracia sindical y las entidades privadas católicas y demás, resuelven formar una comisión para definir un nuevo convenio colectivo docente, a espaldas de las bases. Las que serán las seguras afectadas con una reforma laboral a la baja, en el marco de las exigencias del acuerdo con el FMI.

Por eso alarma también que la cúpula Celeste de la CTERA avale y pretenda ser parte de este arreglo. Ya que reconocen haber avanzado en formar está “Comisión para trabajar el Convenio marco Docente”, en sus comunicados con la firma de Sonia Alesso y Roberto Baradel (CTERA, 12/11). Pero lo hacen sin dar ninguna otra información sobre una decisión que pudiera ser determinante.

¿Beneficiar a la docencia, a espaldas de las escuelas y sus trabajadores?

Es que en ese sentido, el martes 7 y en un escueto comunicado de la UDA, nos enteramos que el ministro de Educación, Jaime Perczyk y Sergio Romero, comenzaron a analizar este futuro convenio colectivo de trabajo para la docencia. Según afirman, tendrían “una fuerte decisión política” para concretarlo, “a fin de beneficiar a la docencia”. Y destacan que -para lograrlo-, cuentan con “el fuerte apoyo del Consejo Directivo de la CGT a la iniciativa…”. Bueno, si es así, estamos mal entonces.

El ministro Perczyk y Romero de UDA y la CGT, a espaldas de la docencia

A su vez y como si se tratara de algo positivo, la UDA destaca que en esas reuniones con el sindicato, participa también Marcelo Mango, en representación del ministerio de Educación. Para tener idea de quiénes estarían cocinando un futuro convenio de trabajo docente, Marcelo Mango había sido expulsado como docente y afiliado por votación unánime del Congreso de la UnTER, la entidad de base de la CTERA en Río Negro.

Lo repudiaron y expulsan por ajustador y por haber ordenado descontar los días de paro a docentes cuando fue ministro de Educación de esa provincia. Al asumir, había dejado su cargo de Secretario General de la UnTER y el que tenía como Secretario de Educación en la Junta Ejecutiva de la CTERA. Mango es un “dirigente” Celeste más con orientación patronal, al igual que otros que asumieron como funcionarios, luego de dirigir gremios docentes y de estar integrando la cúpula de la CTERA.

A esta altura ya es comprobable y verificable que la política reformista de la Celeste, de una supuesta y posible conciliación entre capital y trabajadores no resulta freno alguno para cruzar la barrera de clase y ubicarse en el bando patronal. Al contrario, es larga la lista de ministros y legisladores de la Celeste de CTERA y el PJ que ajustan ferozmente al asumir. Como el eterno ministro Walter Grahovac en Córdoba o quién fuera ministro de Educación en Chaco, entre otros que fueron Secretarios Generales de la Celeste, en entidades de base y miembros notorios de su Junta Ejecutiva en CTERA.

Con tales personajes, teniendo como marco la decisión del gobierno de Alberto y Cristina de pagar la deuda trucha al FMI y estando detrás la burocracia podrida de la CGT, nada bueno podemos esperar como trabajadores de la educación.

Menos aún si estas reuniones se hacen bajo el manto del secretismo sobre sus contenidos concretos, sin informar nada de lo que estarían cocinando. Y sin consultar a las bases docentes sobre qué reformas consideramos que debieran hacerse, sobre lo que son hoy los convenios marco que rigen el trabajo docente, sus logros, beneficios, derechos y condiciones laborales.

Porque actualmente y como consecuencia de la funesta transferencia de la educación a las provincias y la ciudad de Buenos Aires, todo lo que hace al régimen de licencias, estabilidad, acceso y permanencia en el cargo, escalafón y salarios, funciones y tareas, etc. está fijado en los artículos de las leyes de Estatuto Docente, promulgadas en cada provincia y en la legislatura porteña.

Reforma laboral a pedido del FMI

Por todo esto, en cada entidad de base de la CTERA y de cada gremio docente, en cada asamblea o escuela, debemos exigir a las cúpulas gremiales que informen detalladamente de qué se trata lo que están cocinando. Que digan qué se traen entre manos con este insistente pedido de un nuevo convenio colectivo de trabajo que pretende regular nuestras condiciones de trabajo como educadores.

Algo que, bajo la decisión del Frente de Todos y el PJ, que avalan Juntos por el Cambio, Milei y Espert, de acordar con el Fondo Monetario y el imperialismo que están exigiendo un plan que avance con la reforma laboral, jubilatoria y fiscal para que el país junte los dólares para pagarles la fraudulenta deuda externa, esto seguramente implicará pérdidas de conquistas laborales y salariales.

Las leyes que dieron origen en cada provincia a esos Estatutos del Docente tienen cosas para mejorar y derechos aún por conquistar y plasmar en sus artículos. Pero los defendemos ante cualquier intento de reforma, porque son la consecuencia de un fuerte proceso de luchas de la docencia. Contienen conquistas que quedaron plasmadas en los artículos de cada ley. Y si ahora vienen a revisar o reformar los Estatutos, eso siempre es sinónimo de ajuste.

Por eso lo decimos bien claro: los Estatutos del Docente no se tocan ni se afectan en sus derechos. Ni hacia atrás ni tampoco normando de ahora en adelante. Vale aclarar también que un convenio colectivo se pacta y establece en la paritaria. Por lo tanto puede ser modificado en ese mismo ámbito, muy inferior al peso, consenso o representación que debiera lograrse para modificar una ley. El ministerio de Trabajo, que representa al Estado patrón en este caso, podría homologar o no y hacer cumplir o no lo que se estipule en un convenio colectivo.

Por eso y rigiendo hoy los Estatutos del Docente de cada provincia y de la Ciudad de Buenos Aires, rechazamos cualquier intento de modificar sus conquistas en detrimento del terreno ganado. Ningún pretendido “convenio colectivo” se puede poner por encima de una ley como el Estatuto Docente. Ni pretender legislar afectando derechos ya conquistados o hacerlo hacia adelante, vulnerando de ahora en más las conquistas y avances como muchas veces han pretendido.

Así lo quiso hacer el macrismo con su Plan Maest@ para cambiar “voluntariamente” o hacia adelante, las condiciones laborales establecidas, introducir el salario por mérito y otros ataques que derrotamos oportunamente.

En igual sentido, tenemos también la experiencia bajo el gobierno de Macri, con Esteban Bullrich y sobre todo Finocchiaro como ministros de Educación, cuando se negaron a convocar a la paritaria nacional, pese a estar establecida por ley. Porque no tenían las garantías de poder pactar con las cúpulas sindicales todos los ataques a derechos y conquistas de la docencia. Los que pretendieron, pero no pudieron imponer por el fuerte rechazo de las bases, activismo y los sectores combativos y Multicolor de la docencia.

Por eso reemplazaron las paritarias por reuniones truchas con solo una parte de los gremios. Justamente Finocchiaro acordó con Sergio Romero de la UDA, con la CEA y AMET, quienes le hicieron de comparsa para avalar el mísero salario inicial docente nacional, sin tener que sentar a la mesa a la CTERA. Tampoco, por supuesto, sin convocar a otros sectores organizados y combativos como la Federación Nacional Docente, FND a cuyos gremios les siguen negando hoy la personería y hasta la simple inscripción gremial, por no responder a los designios del oficialismo.

Defender las conquistas del Estatuto Docente

De nuestra parte defendemos los Estatutos del Docente ante cualquier ataque. Y convocamos a declararnos en alerta ante estos anuncios, reuniones y la comisión que esté en curso, a espaldas de las escuelas y sus trabajadores.

Porque si lo que traman fuese realmente para “beneficiar a la docencia” como dicen, entonces lo pondrían a consideración en cada escuela, en las asambleas, reuniones de delegados o congresos en el país. No lo harían con alto nivel de secretismo, en reuniones unipersonales o de un puñado de burócratas y funcionarios, en las oficinas y pasillos ministeriales. Ninguna conquista docente se logró así. Solo con lucha, firme, organizada y sostenida.

Parte de la protesta del nivel Inicial en La Plata

Menos aún en momentos en que, con la pandemia como excusa, los gobiernos y sectores privatista de la educación, siguiendo las recomendaciones del Banco Mundial, la OCDE y el FMI, avanzan con nuevas modalidades de contratación y trabajo docente por fuera del Estatuto, sin estabilidad ni garantía salarial, con contratos a término, polifuncionalidad y una bimodalidad precarizante para imponer la simultaneidad entre la educación presencial y virtual, sin designar cargos, parejas pedagógicas ni el presupuesto para no implicar más ajuste y precarización de la educación y sus trabajadores.

Pero decir que defendemos los Estatutos ante un ataque, no significa que las cosas estén bien así ni que nos conformemos en cómo están expresadas en sus artículos. Como docentes comprometidos, luchamos por las transformaciones radicales que requiere la escuela pública estatal, con sus educadores, tanto en materia salarial como presupuestaria, laboral y en las condiciones en que se desenvuelve el proceso de enseñanza aprendizaje y la construcción democrática de conocimiento socialmente necesario, algo ausente hoy.

Y como socialistas revolucionarios del MST en el Frente de Izquierda Unidad, rechazamos todo el proceso de transferencia de escuelas a las provincias y el desmembramiento de la educación estatal en 24 sistemas que impuso la dictadura militar y completó el PJ con Menem.

Porque esa es la base de la actual inequidad, diferenciación y fragmentación de la docencia, los presupuestos y sistemas educativos, uno de los núcleos duros de la nefasta Ley Federal menemista que expresamente no se modificó con la nueva Ley de Educación de Filmus-Kirchner que la Celeste de CTERA apoyó y tanto reivindica.

Lo mismo que en relación al destacado rol que le asignó esa ley a la Iglesia Católica y a las demás patronales de la enseñanza privada, junto al mantenimiento de los subsidios públicos, en desmedro del presupuesto para la escuela estatal.

Nacionalizar la educación en un sistema único y estatal

Por eso y más que arrancar por un Estatuto del Docente nacional o un convenio colectivo que unifique nacionalmente nuestras condiciones de trabajo, como parte de la Multicolor y los gremios combativos de la FND, luchamos por la inmediata nacionalización de toda la educación del país, en un sistema único y estatal. Con un nomenclador salarial único, que contemple los particulares costos de vida de cada región y las condiciones materiales para la realización plena del hecho educativo.

A partir de este punto programático y de reclamo esencial, recién podremos pensar en unificar nuestras normas laborales. Pero será partiendo de incorporar como base a las mejores conquistas expresadas hoy en los Estatutos del Docente que rigen en cada distrito. Para entonces poder unificar nacionalmente hacia arriba y no retroceder en conquistas logradas con lucha.

Esto no vendrá de una transa entre cuatro paredes, de un puñado de burócratas como Romero y su gremio fantasma, la UDA. Ni de la cúpula Celeste de CTERA que verticalmente resuelve por todas sus entidades de base.

La Celeste de CTERA también acuerda con esta tranza a espaldas de la docencia…

Esto será posible a partir de exigir la convocatoria a un Congreso nacional de delegades de escuela con mandato, por parte de la CTERA. El que deberá ser abierto a docentes afiliades o no, ya que las condiciones de trabajo afectarán al conjunto y no a la porción que pueda haber con afiliación en una escuela.

Esto es lo opuesto a lo que proponen los burócratas como Romero de UDA, de la CTERA y de ministros del ajuste como Jaime Perczyk. Es el desafío que tenemos, partiendo de neutralizar toda la transa a nuestras espaldas.

Francisco Torres

Sec. Gremial de la FND, coordinador de Alternativa Docente (en la Multicolor)

ANCLA, Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática

MST en el Frente de Izquierda Unidad

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