martes, 14 mayo 2024 - 20:24

Convención radical. Una rosca al servicio de Juntos por el Cambio

El pasado viernes se reunió en la ciudad de La Plata la Convención Nacional de la UCR. Como resultado de esta importante reunión, se firmó un documento que reafirma su pertenencia a Juntos por el Cambio, y se designó una conducción de unidad encabezada por Gastón Manes, el hermano de Facundo. Utilizando la buena elección de este último en la provincia de Buenos Aires, los radicales intentan rearmarse para disputar al interior de la coalición opositora, partiendo de hecho que vienen de atravesar la crisis más profunda de su historia de la que aún no se han recuperado. Como parte de los debates, se ratificó la exclusión de Milei de cualquier fórmula de alianzas. Múltiples dificultades que anticipan un rearme que no será sencillo.

Fue sin dudas un intento de unidad partidaria, cuando todavía pesa la pelea entre Morales y Lousteau en la que volaron vasos y terminó con la ruptura del bloque en diputados. Armaron una conducción de acuerdo con 13 integrantes, que reúne al sector mayoritario de Gerardo Morales -gobernador de Jujuy y actual presidente-, al sector de Manes y el representado por el gobernador correntino Gustavo Valdés. Además, se integró a la minoría partidaria que expresa Evolución Radical, (Martín Lousteau) y se incorporó al ex gobernador y titular del interbloque en el Senado, Alfredo Cornejo.

En una Convención donde todo parecía acordado de antemano, la rosca experimentó un momento de fuerte discusión. Representantes del interior reclamaron a viva voz por cambios en acuerdos previos negociados con los Manes. En su primera redacción el documento hablaba de ampliar la integración de nuevas fuerzas y sectores en un amplio frente político, sin mencionar explícitamente a Juntos por el Cambio. Según informan los medios, un llamado de Cornejo, junto a la oposición de Morales y Lousteau logró corregir esto, dejando a varios que no se enteraron en falsa escuadra.

El hecho de que se tuviera que corregir este “detalle, muestra en sí mismo la grave crisis que atraviesa uno de los dos partidos claves de Juntos por el Cambio. Pero estas idas y vueltas no obedecen sólo a la búsqueda de un mejor posicionamiento en la disputa por cargos importantes de la elección que se viene, incluso presentando un precandidato presidencial al interior de Cambiemos en las próximas PASO. Tienen sus raíces en la incertidumbre de cómo avanzará la crisis de la coalición opositora encabezada por el PRO, donde existe un abierto debate entre los que quieren incorporar a Milei (Macri, Bullrich) y los que se oponen (Larreta y los sectores en acuerdo con la UCR).

Los hermanos Manes empujarían romper con el PRO y privilegiar una alianza con socialistas y sectores del PJ que abandonen el Frente de Todos. Por eso, la reivindicación del Acuerdo de Buenas Prácticas, un convenio recientemente firmado entre los principales dirigentes de la coalición opositora que le cierra el paso a Milei, fue uno de los centros del documento aprobado.

Los desencuentros de la Convención

En medio de la crisis política que atraviesa a los partidos y coaliciones tradicionales del país, tanto del gobernante Frente de Todos como de la oposición mayoritaria de Juntos por el Cambio, la rosca radical intentó brindar una imagen de unidad.

Pese a sus esfuerzos, no pudieron ponerse de acuerdo en unificar el bloque de diputados nacionales dividido en dos sectores, el oficial y el que responde a Lousteau. Otro signo de la crisis profunda que atraviesa al partido de Alem y los problemas que tienen para acordar tácticas comunes en la presente coyuntura.

Hay un dato: la rosca en este partido en decadencia no puede superar los viejos relatos negacionistas de la realidad, que muchas veces le critican al presidente Fernández. En un documento de nueve páginas, no hablan ni una sola vez de la deuda externa ni del acuerdo con el FMI. Un pacto que los radicales ayudaron a firmar con su voto favorable en el Congreso, destinado a pagar la estafa del crédito que Macri gestionó por U$S 45.000 millones, y que ellos convalidaron como parte de la coalición entonces gobernante. Parece que la UCR cree que si no se menciona algo no existe. Al fin y al cabo, no era el objetivo de la Convención discutir salidas para el país, sino apenas intentar que los acuerdos de la rosca cerraran… por ahora.

Otro hecho que ha sido poco comentado mostró las dificultades que tiene este viejo partido patronal para aggiornarse, aunque sea un tanto, a los tiempos que corren: una convencional abrió el acto interpelando a ‘los, las y les convencionales’. Sus siguientes frases no se llegaron a escuchar – pese a haber elevado su tono de voz- debido al creciente abucheo que recibió al grito de ‘hablá en español´” (1).

La crisis histórica y la actual

La enorme crisis sobre el régimen político que descargaron los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001 hirieron gravemente a la UCR, una de las dos patas tradicionales del bipartidismo patronal del país. La caída del gobierno de De la Rúa a manos del levantamiento popular, los efectos de esa pueblada que desataron una multitud de movilizaciones y protestas e impusieron la consigna “que se vayan todos” llevaron a los radicales a sus peores performances electorales (con Moreau de candidato a presidente en el 2003 sacaron apenas el 2,34% de los votos).

Se produjo entonces su desaparición como partido capaz de disputar el gobierno nacional. De allí su coalición con Macri aprobada en la Convención del 2015, transgrediendo la vieja frase de Alfonsín en torno a las alianzas políticas: “Macri es el límite”, afirmaba el viejo caudillo radical. Ahora, en momentos que su socio principal está atravesando una profunda crisis, cruzó en la Convención la decisión de presentarse a dar la pelea por la candidatura presidencial.

La grave crisis social y política que atraviesa el país, junto a un crecimiento histórico de la pobreza, que abarca a grandes sectores de los trabajadores producto de las políticas de hambre y entrega realizadas tanto por Juntos por el Cambio como por los integrantes del gobernante Frente de Todos, profundizan la crisis histórica del régimen político surgido tras la derrota de la dictadura.  

Se están debilitando las principales coaliciones, como lo demostró la última elección nacional en la que el peronismo perdió cinco millones de votos y el “triunfante” Juntos por el Cambio perdió también un caudal importante de votantes, una parte de los cuales emigró hacia la ultraderecha encabezada por Milei. En la otra punta, se expresó el crecimiento del Frente de Izquierda Unidad en los barrios obreros del Gran Buenos Aires, viejos bastiones peronistas.

Siguiendo el viejo dicho de “que a río revuelto, ganancia de pescadores”, los dirigentes radicales intentan poner en orden su rosca interna para disputar en mejores condiciones. Es difícil que lo logren.

Aún están en la memoria de muchos argentinos los desastres del tándem De la Rúa – Cavallo, y las promesas de “no pagar la deuda con el hambre del pueblo” para después ser corresponsables de la eterna y fraudulenta deuda externa argentina. Los versos de ser defensores de los derechos humanos y de la “casa está en orden”, para luego ser los que impulsaron -con la nariz tapada- las leyes del Punto Final y Obediencia Debida que impedían juzgar a los militares genocidas.

Una enorme oportunidad para la izquierda

La crisis del radicalismo, como la de todo Juntos por el Cambio, o la que atraviesa al Frente de Todos es un signo de estos tiempos en los que se ha abierto una gran oportunidad para que millones terminen de romper con ellos y sumarse a una alternativa política distinta. Ese odio a la vieja casta política” que el representante de la “casta de millonarios”, el ultra derechista Javier Milei intenta capitalizar, plantea una impresionante oportunidad para los que peleamos contra todas estas castas que oprimen y explotan al pueblo argentino. Un gran desafío para que la izquierda política y social pegue un salto y se postule como alternativa de gobierno.

Esa es la oportunidad y el desafío que tiene por delante el Frente de Izquierda Unidad. Desde nuestro MST, integrante del FIT-U ponemos todo nuestro esfuerzo al servicio de aprovechar este momento excepcional y como parte de esa disputa estamos promoviendo un amplio debate al interior de la izquierda y la vanguardia de las luchas acerca de las tareas y cambios necesarios que se deben realizar para poder afrontarlos con éxito.

  • Nota La UCR firmó un documento de unidad, pero hubo reproches y desconfianza por las futuras alianzas electorales, publicado en INFOBAE el 28/05/2022

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