jueves, 14 noviembre 2024 - 22:30

Contraste. Dietas de privilegio vs salarios de pobreza

El ritmo de la inflación incesante y la pérdida del poder adquisitivo de trabajadores y sectores populares vienen siendo el motor de los últimos conflictos. No es para menos. Tenemos una inflación acumulada del 76.6% y con una interanual que va a superar el 100%. Una familia tipo necesita casi $140 mil pesos para no ser pobre y la canasta familiar llega a casi $205 mil. Los trabajadores del INDEC calculan que nadie puede ganar menos de $217.764. Además, la dinámica no muestra ninguna mejora. La inflación estimada ya supera los tres dígitos, la actualización de alquileres es un bombazo al bolsillo y quedan pendientes los nuevos tarifazos de servicios y transporte. Como si esto fuera poco, cada vez más voces se alzan desde arriba reclamando un shock devaluatorio. Ya ni les alcanza con la que vienen haciendo. La vida se está tornando imposible.

El gobierno del FdT es el principal responsable de esta situación. En el olvido quedaron las promesas de volver a llenar la heladera de las y los argentinos o de la vuelta al asado. Por supuesto que esto no lo podrían realizar sin tener a todo el arco de la burocracia sindical de todas las centrales que deja correr esta situación y avalan las mermas salariales con paritarias que van por detrás de la inflación real. Incluso con casos simbólicos como el de Daer -a la vez jefe de la CGT y del sindicato de la sanidad- donde el sector de servicios tiene básicos iniciales por debajo de la línea de pobreza después de la pandemia.

La situación está haciendo que cada vez más sectores salgan a la lucha, el personal de la salud viene estando las últimas semanas al frente de estas peleas. Con una extensión nacional y verdaderas rebeliones en varias provincias motoriza la resistencia a la devaluación salarial que nos quieren imponer. Los docentes se vienen sumando a la pelea y los trabajadores del neumático mostraron que se puede ganar cuando se pelea hasta el final.

Terminar con los privilegios

Paralelamente a esta situación, senadores y diputados fueron beneficiados por Cristina Kirchner y Cecilia Moreau para que no tengan que debatirse en el congreso el aumento de las dietas. Dejan de pagar el costo político de autoaumentarse el sueldo obsceno que tienen que supera los $ 400 mil. De esta manera se garantizan los privilegios en el momento de mayor pérdida de poder adquisitivo para la clase trabajadora, con un 50% con salarios por debajo de la línea de pobreza, y para los desocupados, que cobran planes miserables.

La medida fue apoyada por todo el arco político salvo por el frente de izquierda, que hizo la propuesta de que ganaran lo mismo que un docente. Es claro que, como sostenemos desde el MST en FIT Unidad, para acabar con los privilegios no solo deben cobrar como un maestro, sino que además deben estar obligados a utilizar la educación y la salud públicas.

Aumento salarial con cláusula gatillo

Las fuertes luchas en curso, con desbordes a las burocracias, autoconvocatorias y sindicatos combativos al frente, muestran el camino. Se necesitan aumentos generales y reapertura de paritarias, porque los aumentos logrados se desvalorizan bajo los efectos de la inflación y las medidas de ajuste. Necesitamos unir las luchas, preparar y reclamar un paro y plan de lucha nacional por un programa de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas y el FMI.

Aumento general de emergencia que equipare los salarios, jubilaciones y planes sociales al valor de la canasta familiar
Cláusulas gatillo para lograr actualizaciones automáticas mensuales para dejar de perder frente a la inflación.
Ni un peso para la deuda e impuestos progresivos a las corporaciones y las riquezas para financiar los ingresos obreros y populares.

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