La “Jefa” avanza sobre un organismo clave mientras se reconfigura el mapa de poder en el Congreso y se debilita la oposición tradicional.
Movimientos desde la Rosada
En una jugada que exhibe la creciente concentración de poder dentro del oficialismo, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y figura central del armado libertario, logró imponer un representante propio en el Consejo de la Magistratura, desplazando a la UCR, que históricamente ocupaba ese lugar. El movimiento consolida la influencia directa de la hermana del Presidente sobre uno de los órganos más sensibles del sistema institucional: el que decide quiénes serán los jueces y cómo se los sanciona.
El lugar quedó vacante tras el final del mandato de la diputada radical Roxana Reyes, pero lo que podría haber sido una reposición automática se transformó en una jugada quirúrgica del oficialismo. El bloque de La Libertad Avanza, bajo la supervisión de Karina Milei, forzó un cambio interpretativo en la representación parlamentaria y propuso al abogado cordobés Gonzalo Roca, dirigente libertario alineado con el núcleo duro del Gobierno.
Lejos de tratarse de un trámite administrativo, la movida representa un desplazamiento político: la UCR, debilitada tras las elecciones y cruzada por internas, pierde un espacio que había conservado incluso en contextos adversos. El oficialismo aprovechó el vacío para avanzar y consolidar un lugar estratégico para definir el rumbo de la Justicia, un ámbito donde Javier Milei y su hermana buscan afianzar control propio.
El nombramiento de Roca no llega solo: se suma como suplente el diputado cordobés Álvaro Martínez, conocido por su agenda punitivista y por defender proyectos que criminalizan aún más a jóvenes y sectores vulnerables. En conjunto, ambos nombres trazan el perfil del entramado judicial que LLA pretende moldear desde adentro.
Pero la movida también tiene lectura interna. La presencia de Roca podría habilitar la conformación de un interbloque libertario dentro del Consejo, junto al representante del Ejecutivo, Sebastián Amerio, y al senador Luis Juez, quien en los últimos meses se acercó al oficialismo. Ese armado daría al Gobierno tres votos coordinados y un peso decisivo en un organismo que define concursos, juzga magistrados y equilibra tensiones entre poderes del Estado.
La UCR, por su parte, quedó desconcertada y sin capacidad de respuesta inmediata. Mientras algunos sectores hablan de recurrir a vías legales, otros reconocen que el radicalismo perdió volumen político y quedó atrapado entre un gobierno que avanza sin frenos y una oposición peronista que reorganiza su estrategia para el nuevo escenario.
La irrupción de Karina Milei en el Consejo no es un episodio aislado: forma parte de una tendencia más amplia dentro del oficialismo a ubicar cuadros propios en todos los espacios institucionales relevantes. Con esta maniobra, la secretaria general de la Presidencia se confirma como la principal articuladora del poder libertario y como la figura que, detrás de escena, imprime la orientación política de un gobierno que no oculta su voluntad de disciplinar al sistema judicial.
