Trabajadores de la ciencia denuncian una situación de vaciamiento que abre la puerta a una nueva fuga de cerebros.
En defensa de la ciencia
Este miércoles, trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se movilizaron hacia el Polo Científico, ubicado en el barrio de Palermo, y en distintos puntos del país.Con el lema “Nadie se salva solo”, en alusión a El Eternauta, los trabajadores denuncian el vaciamiento del sistema científico por parte del actual gobierno, que redujo drásticamente la inversión en el organismo.
La política gubernamental representa un grave cientificidio, cuyas consecuencias afectarán el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país. A la falta de inversión y oportunidades en el sector, se suma la creciente dificultad para que las y los jóvenes puedan insertarse en el sistema científico, lo que está generando una verdadera fuga de cerebros.
Esto provoca el desarme de numerosos grupos de investigación y afecta todos los ámbitos de intervención. El desfinanciamiento arrasa con todo: científicos con experiencia, investigadores jóvenes, y personal administrativo que, en muchos casos, lleva más de 15 años trabajando y cuenta con una sólida trayectoria en áreas altamente especializadas.
Entre otras consecuencias, se ha frenado la elaboración y producción de nuevas vacunas, así como importantes desarrollos e investigaciones en el ámbito agropecuario.
Uno de los datos más alarmantes es que, entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, el CONICET perdió más de 1.500 puestos de trabajo. Esta pérdida se traduce en despidos, suspensión de becas, y renuncias motivadas por el desgaste que genera el proceso de vaciamiento impulsado por el gobierno.
No son empanadas, son los salarios
Hace días que los medios afines al gobierno intentan mostrar que en la Argentina de Milei los precios son bajos. Se aferran al ejemplo del precio de una docena de empanadas como si eso reflejara una economía en orden. Pero más baratas que esa docena de empanadas sin relleno, son hoy los salarios de los trabajadores de la ciencia en particular, y del sector público en general.
En comparación con los países vecinos, los salarios en ciencia en Argentina son un tercio más bajos, a pesar de enfrentar un costo de vida similar. A esto se suma que el presupuesto 2025 prevé una caída real interanual del 28,4% en el crédito asignado a salarios en el sistema científico, y del 22,7% en el destinado a becas.Según datos del grupo EPC (Economía Política de la Ciencia), especializado en el análisis del sistema científico nacional, el presupuesto destinado a ciencia y tecnología ha caído a niveles históricamente bajos. En su relevamiento señalan que la función Ciencia y Tecnología dentro del Presupuesto Nacional sufrirá en 2025 una reducción del 24,9%, representando apenas el 0,153% del PBI.
Frente a esta situación, está en riesgo el futuro del país: sin ciencia, sin tecnología, y por ende, sin desarrollo. Es fundamental rodear de solidaridad la lucha de los trabajadores de la ciencia y defender los logros construidos durante años de investigación y compromiso colectivo.