Cúneo Libarona, hoy ministro de Justicia, ha sido un personaje escandaloso siempre. Fue durante mucho tiempo el abogado de la farándula, pero también estuvo en causas pesadas y terribles. Un personaje que puede pasar del jarrón de Coppola y de sus romances con Samantha Farjat al puritanismo y al medioevo sin ponerse colorado. Un ministro de Justicia a medida de este gobierno y su retroceso en materia de derechos humanos y perspectiva de género. ¡Debe renunciar! Un ministro que desconoce la ley jamás impartirá Justicia.
Escandaloso y atrasado instructivo de género de Libarona
Completamente fuera de época y de toda la legislación, ayer en el Congreso el ministro de Justicia tuvo que dar cuenta ante la Comisión de Mujeres y Diversidades de la Cámara de Diputados a razón del recorte que impuso el gobierno nacional al Programa Acompañar, destinado a asistir a víctimas de violencia de género. Allí, el ministro de Justicia dijo que su partido rechaza “la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología son inventos subjetivos”. Una definición que atrasa décadas y contradice las actuales leyes nacionales sobre el tema.
En su exposición justificó los recortes en el Programa Acompañar para víctimas de violencia de género y utilizó “argumentos” contra las políticas de género. El ministro recurrió a leer extractos de discursos del presidente que resumen las ideas dominantes en el gobierno. “La violencia debe ser castigada sin importar el género del destinatario“, destacó ante la sorpresa de sus propios asesores.
Por si no alcanzara, aseguró que “esto está en la Constitución, la Biblia, el Corán, la ciencia, la naturaleza del ser humano”. Muy grave que un ministro desconozca la legislación, mucho más si es el ministro de Justicia. Exigimos su inmediata renuncia ante semejante escándalo. Pero además es necesario recapitular y evaluar algunas de estas barbaridades.
Pautas del instructivo de género de Libarona
En primer lugar, son los argumentos de este gobierno que desconoce los derechos humanos y la perspectiva de género. Por eso Adorni hoy sale a respaldar los dichos de este personaje escandaloso.
Además, este gobierno utilizó la denigrante actuación de Alberto Fernández y estuvo semanas llamando al expresidente violento y machista, pero desconoce la violencia machista y por ende justifica el recorte que se ha dado en toda la línea de políticas a víctimas de ese tipo de violencia.
Como ya hemos dicho en varias oportunidades, no queremos un ministerio de cartón, efectivamente el Ministerio de la Mujer no saldó los grandes problemas que la violencia machista trae; pero tampoco desconocer su existencia resuelve el problema estructural que engendra el patriarcado.
Por supuesto, “reconocer a Alberto Fernández como violento y machista” es oportuno políticamente, pero repensando los dichos del propio Libarona, no los asusta. Puesto que para ellos es lo mismo la violencia en general que la particular por cuestiones de género. Las estadísticas siguen mostrando cómo la violencia machista se cobra vidas de mujeres y disidencias, pero Libarona las niega, porque en el fondo no solo niega las identidades de género sino niega que el patriarcado este mal.
Hace una argumentación biologicista y atrasada, pero aun así no da entidad a la violencia hacia las mujeres, desconociendo la propia Ley 26.743 de Identidad de Género, sancionada en 2012.
Cúneo Libarona niega el género y el patriarcado, mientras en su lugar postula en el centro a la familia, “lo natural”, el Corán y la biblia. No es estupidez, es una política de gobierno conservadora y reaccionaria. En su lucha contra los fantasmas del “colectivismo”, el gobierno deja de lado la bandera de la libertad y en pos de desfinanciar políticas públicas, atrasa en el tiempo. Se llena la boca, de “lo natural” o “lo biológico” sin tener en cuenta las múltiples leyes que se consiguieron con décadas de lucha en nuestro país, que incorporan elementos como desigualdad de género.
En el mundo de Libarona, hay que sacar la ESI de los colegios y reemplazarla con catecismo judeocristiano. Es preocupante que el ministro de Justicia haga caso omiso a las leyes de nuestro país, mas aún, que ponga al mismo nivel la carta magna que las lecturas religiosas.
El pasado escandaloso de Libarona y su presente puritano
Dicen que a la hora de saber si una persona es inocente o culpable hay que observar al abogado que contrata. Mariano Cúneo Libarona ha sido de esos abogados que necesitas para “zafar” de los cargos para que nada te enchastre. Es de los abogados que limpian. Defensor del juez Walter Bento, complicado por varios presuntos delitos, desde asociación ilícita hasta cohecho pasivo.
Pocos saben que Cúneo Libarona se recibió de abogado a los 22 años en la Universidad del Museo Social Argentino. Fue medalla de oro y terminó la carrera con un promedio casi de 9. Ese mismo año ingresó a los Tribunales como secretario de juzgado de instrucción, su padre había sido fiscal de la Cámara del Crimen. Pero después de 8 años de trabajo decidió abandonar esa carrera y dedicarse a su profesión.
Su salto a la fama fue en la década del 90. En 1996 defendió a Guillermo Coppola en la causa del famoso jarrón. Todo comenzó en octubre de ese año, cuando por orden del juez Hernán Bernasconi la policía allanó el departamento del por entonces mánager de Diego Maradona, Coppola, y encontró una bolsa con casi medio kilo de cocaína en un jarrón.
Fue la época donde junto a Samantha Farjat, Natalia De Negri, Yayo Cozza, el Conejo Tarantini , Fernanda Villar y el mismo Coppola debatían en los programas de Mauro Viale. Pero su vínculo con personajes poderosos había comenzado mucho antes, cuando 1991 defendió a Amira Yoma en la causa del Yomagate.
Sus lazos con el menemismo perduraron durante años. En 2001 el mismo Carlos Menem lo contrató para que lo representará en varias de las acusaciones que debía enfrentar y que incluían entre otras, contrabando de armas y lavado de dinero.
El momento más duro que le tocó vivir fue cuando el juez federal Norberto Oyarbide lo procesó como autor del delito de encubrimiento y partícipe necesario de coacción agravada contra el juez Galeano, previstos con penas de hasta 12 años de prisión. Cúneo Libarona terminó preso por casi dos meses. Desde ahí tuvo un perfil menos mediático.
Un ministro de Justicia que no ha podido dar cuenta de una carrera intachable aunque sí exitosa para su bolsillo. Que desconoce las leyes. Que debe renunciar frente a estas declaraciones, pero fundamentalmente frente a una política de gobierno que desnuda su oscuro costado patriarcal y machista. ¡Ni un paso atrás! ¡Vivas nos queremos!