Docentes universitarios y preuniversitarios de todo el país nos encontramos realizando el paro nacional de 48 horas convocado por la Federación Nacional de Docentes, Investigadores y Creadores Universitarios Histórica (Conaduh).
Luego de una paritaria a la baja, que debido al debate dado desde la Multicolor la burocracia de la CONADUH no pudo firmar y que planteaba un 13 por ciento en marzo, 12 por ciento en junio, seis por ciento en agosto y diez por ciento en septiembre, los índices de inflación que se fueron acumulando nos dieron la razón y demostraron la insuficiencia de una paritaria que no recomponía el salario y ni siquiera “empardaba” a la inflación.
Es por esto que la docencia universitaria y preuniversitaria expresó su malestar y presionó a las conducciones reticentes a organizar un verdadero plan de lucha, a votar medidas de acción directa: primero un paro de 24 horas el 13 de mayo y ahora un paro de 48 horas. La burocracia se negó a llamar al paro para la fecha de la reunión que el gobierno convocó como “revisión”, el 24 de mayo, y la medida que era de 48 horas terminó siendo 24 horas el lunes 23 y 24 horas el jueves 26. Los argumentos para esta decisión se basaron en el antecedente de una paritaria anterior donde el gobierno se negó a convocar a la CONADUH por estar de paro, en un claro gesto de disciplinamiento a los aprietes del gobierno, no “quisieron poner en riesgo la participación en la reunión”. Reunión que al llevarse a cabo demostró la verdadera cara del ajuste: el gobierno no llevó ninguna propuesta salarial.
A pesar de estas maniobras de la burocracia, la docencia está demostrando que está harta de salarios bajo la línea de pobreza (hoy un auxiliar simple de primera sin antigüedad cobra 20.000 pesos y las últimas las mediciones de la canasta familiar demuestran que está en 150.000), de la precarización a la que sistemáticamente se ve sometida y la falta constante de presupuesto para mejorar nuestras condiciones laborales y el bienestar estudiantil, lo que se ha traducido en el vaciamiento de la Universidad Pública argentina. Este escenario es también consecuencia del acuerdo con el FMI que el gobierno y la oposición votaron y que día a día se expresa en el ajuste sobre nuestras condiciones de vida. Se suma la falta de decisión de las centrales de trabajadores que sistemáticamente se niegan a convocar a un paro general que enfrente este ajuste y el pacto colonial con el fondo. En este contexto es fundamental que sostengamos el plan de lucha votado, así como la organización de asambleas en nuestros lugares de trabajo para debatir la profundización de las medidas y arrancarle al gobierno las paritarias que necesitamos.
Desde Alternativa Universitaria en la Multicolor sostenemos: No hay Universidad Pública posible con docentes bajo la línea de la pobreza, sin presupuesto real y con ajuste constante. Por eso luchamos y nos organizamos, para una universidad pública al servicio de las mayorías sociales, sin multinacionales, sin extractivismo, con presupuesto real y salarios que superen la canasta familiar.