Luego de las PASO continuó la espiralización de la crisis política, social y económica del país. La devaluación de Sergio Massa y el FMI hundió los salarios e ingresos de las mayorías, que también se vieron afectados por una remarcación sin límites de los empresarios. Algunos episodios de saqueos se sumaron al paisaje de más bronca y luchas. Un terreno fértil donde el liberfacho de Javier Milei pretende seguir cosechando la bronca. Patricia Bullrich quiere disputarle. La UP con Massa pretende alinear la tropa y recuperar terreno polarizando con Milei. El mal menor no va. Para frenar tanta derecha, hay que fortalecer la lucha en las calles y apoyar al FIT Unidad.
Un panorama corrido a la derecha en el plano electoral, con marcadas contradicciones, es lo que quedó de las Primarias del 13 de agosto. En paralelo, en la calle, un escenario convulso marcado por una crisis política, económica y social, que tiene como fundamento primero una bola de deuda externa y al FMI como gendarme fiscal en el país. Estos son los resultados de los permanentes fracasos o, mejor dicho, ataques hacia los bolsillos de los trabajadores y sectores populares por parte de las principales fuerzas que integraban el régimen bicoalicionista (Frente de Todos, ahora Unión por la Patria, y Juntos por el Cambio).
Sin tener en cuenta esto y la bronca que generó este modelo, donde los salarios han perdido en los últimos ocho años entre el 20% y el 25% de su poder de compra, no se puede entender el fenómeno de Javier Milei y el resultado que lo ubicó como candidato y fuerza más votada en las Primarias. El castigo de grandes franjas de la población a las fuerzas que encabezan Sergio Massa y Patricia Bullrich, esta vez, se sintetizó en la figura del liberfacho. Allí, de manera contradictoria, conviven jóvenes y adultos, y diferentes capas sociales que, insistimos, en el marco electoral, inauguraron un nuevo escenario que impugna la estafa de los slogans cargados de ajuste que supieron ser la “pobreza cero” o “las heladeras llenas”.
Las contradicciones mencionadas, son las que no permiten establecer un escenario de lo absoluto, donde se dé por hecho que, en caso de ganar, la fuerza de la Libertad Avanza pueda imponer su plan de contrarreforma económica que afectaría a un sector importante de trabajadores. Es cierto que hay una franja de estos votantes, como también en los que eligieron a Patricia Bullrich, que está por el programa político mencionado. No hay duda. Apuesta por una salida reaccionaria ante la crisis. Pero la realidad es dialéctica. El cachetazo al régimen es una alerta, también, de un sector descontento que ya no soporta esta cotidianeidad de más del 40% de pobreza, devaluaciones constantes y sonantes y una inflación desbocada que superará los tres dígitos en el año. Todos resultados económicos y sociales cosechados por un gobierno que eleva discursivamente la bandera de la justicia social y la defensa de los intereses de los que menos tienen.
“El partido de la desesperanza contrarrevolucionaria”
Sobre llovido, mojado. En los últimos días, en boca de un protagonista del oficialismo nos referimos al ministro de Seguridad de Axel Kicillof, Sergio Berni se conoció que el peronismo ofició de soporte de las candidaturas bonaerenses de Milei. El amante de la mano dura, que conoció en primera persona el enojo social de los trabajadores en estos tiempos, dijo: “muchos intendentes le armaron las listas a Milei (…) Muchos intendentes de los nuestros y de la oposición también (Juntos por el Cambio)”. Una confesión de parte que se suma a las especulaciones, con formas de verdades, que hay sobre un trabajo de Sergio Massa en la conformación de las listas de diputados provinciales y nacionales del liberfacho.
Sumado a que el oficialismo ayuda a caminar a esta nueva fuerza ultra- conservadora, el ministro candidato sigue cumpliendo las tareas que exigen tanto las patronales como el FMI. Ante el Consejo de las Américas se presentó como el mejor gestor de los negocios del poder económico. Y luego, ya hecha la devaluación del 22%, viajó nuevamente a Washington para recibir más órdenes de los burócratas que, como siempre, no ocultan nada y piden más ajuste en la masa salarial del Estado central, los subsidios a los usuarios en los servicios y recortes en los programas sociales, tal cual se expresa literalmente en el último staff report del organismo. De ahí la explicación de la miseria que significaron las medidas anunciadas el pasado domingo, que no llegan siquiera a ser un paliativo, teniendo en cuenta que también se habilitaron más a entregas a los sectores concentrados, como las retenciones cero para las patronales agrarias.
Con esta hoja de ruta del oficialismo, es que hay que preguntarse: ¿qué oposición a la derecha representa la nueva coalición peronista? ¿es la “unidad nacional” con personajes como Larreta, dentro de un frente “democrático” lo que frenaría a Milei? Desde estas líneas pensamos claramente que no y, agregamos, esta política, fundamentada en el mal menor, que quiere ofrecer un 22% de devaluación como conquista de una gran negociación, termina fortaleciendo “el partido de la desesperanza contrarrevolucionaria”.
Entonces, ¿cómo enfrentamos a las derechas?
En un escenario marcado por la descomposición de las formas capitalistas en nuestro país, donde evitar cambios estructurares se traduce en la aceleración de diversas formas de miseria y precarización de trabajadores, capas medias y demás sectores, la salida no puede ser de forma conjunta con los responsables que nos trajeron hasta acá.
Juan Grabois hizo una buena elección en las PASO criticando a Massa, al FMI y las medidas de ajuste y logró contener una franja de votantes que, de no haber mediado su candidatura podría haber abonado al voto a izquierda. Dijo que apoyaría a Massa, pero sin cheque en blanco e incluso le entregó un pliego programático con algunos puntos progresivos con los que podemos coincidir. Claro que Massa, al otro día, descargó la devaluación, viajó a EEUU y cerró una nueva entrega con el Fondo, lo opuesto a lo que le reclamaba el dirigente de la UTEP. Sin embargo Grabois llama a votarlo, cerrando filas con el PJ, en lugar de romper. Llamamos a sus votantes a cerrar filas con la izquierda y los que luchan para enfrentar y derrotar en serio a las derechas. Con Massa, no hay pelea contra Milei ni Bullrich, que se pueda dar en serio. Es una sentencia de derrota firmada de antemano, porque aun en caso de ganar Massa, hay FMI y ajuste garantizados.
Los últimos episodios de nuestro país, tanto en términos electorales, como sociales y económicos, demuestran que entramos a una espiral de debacle del gobierno y régimen actual, que exige una respuesta estructural. Una respuesta que empieza con expulsar a todos los verdaderos saqueadores del país y levantar un programa a favor de las necesidades sociales. En síntesis, como lo venimos diciendo, un nuevo argentinazo donde la clase obrera, el pueblo y la juventud pongan las cosas en su lugar.
Y, para esto, sin una herramienta independiente, de izquierda, nuestra clase estará atada de pies y manos para impedir que la crisis se siga descargando sobre nuestras espaldas. Por eso, ante este escenario de tres tercios de una unidad conservadora, es necesario fortalecer la única herramienta anticapitalista y socialista que existe en nuestro país.
Es con el MST y el Frente de Izquierda – Unidad
Los trabajadores y sectores populares de Argentina, contrariamente a lo que pasa en gran parte del mundo, contamos con un Frente de Izquierda, una gran conquista que agrupa a las principales fuerzas de la izquierda revolucionaria. Ahora, ante este escenario, no basta solamente con conformarse en sumar votos de cara a octubre. Es necesario que lo logrado sea superado, nos referimos a que el frente se convierta en una herramienta dinámica, de organización militante, que dispute poder en todos los puntos neurálgicos del capitalismo argentino. Como lo planteamos desde nuestra lista en las PASO y desde nuestro partido desde hace años.
Necesitamos un frente que se postule en las calles, no solo en las elecciones. Que sea un norte político para que el sindicalismo clasista pueda derrotar a la burocracia que apoya los planes de ajuste del actual oficialismo y reniega de convocar a un paro general o a un plan de lucha. Necesitamos un frente capaz de organizar a amplias franjas para dar una salida a esta crisis, para pelear por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Para que no decidan los de siempre, sino que decida el pueblo en una Asamblea Constituyente libre y soberana donde se debata todo con poder de decisión para cambiar y dar vuelta toda la situación a favor de las mayorías obreras y populares.
Desde el MST, como integrantes del FIT-U, aportamos a esta perspectiva e impulsamos un plenario de toda la militancia del frente, para discutir estas propuestas, y discutir cómo fortalecer esta herramienta revolucionaria para terminar con la derecha en nuestro país.