Una mirada honesta (2022) de Roberto Persano y Santiago Nacif es un documental biográfico de Eduardo Longoni, aunque en muchos puntos más que en él, la película se centra en su trabajo y la importancia que tuvo durante la dictadura y en los inicios de la democracia.
Fotógrafo de la agencia de Noticias Argentinas, Eduardo fue de los que ayudó a las madres sacándole fotos que podían mandar al exterior y posicionándose casi como militante logró algunos puntos de vista que sobresalieron al resto. Hoy, en el medio del mundial podríamos recordar que es el fotógrafo de la foto más famosa de la mano de Dios.
Esta obra potente, llena de emoción, que nos moviliza en varios momentos comienza con un relato en voz en off de Longoni contando por qué las jornadas de diciembre del 2018 fueron las que le definieron su retiro de la foto periodística de manifestaciones. La película circula y se pregunta sobre algunos conceptos: ¿Qué es la belleza? ¿Dónde reside? ¿Qué es la fotografía? ¿Cuál es el valor de la misma? Todas estas preguntas giran en el relato mientras nos cuenta momentos destacados de su vida, de qué lo humaniza y nos muestra su recorrido.
“Si tu trabajo sirvió para desentrañar una sola injusticia, tu trabajo tuvo valor” está frase que la usa para revalorizar sus fotografías a la toma de la tablada que ayudaron a encarcelar a los militares que desaparecieron militantes guerrilleros, es una forma de ver la tarea fotográfica que para todo el que hace fotoperiodismo o documental debería ser una brújula sobre cuál es el objetivo a buscar.
La fotografía como reflejo de la realidad, como herramienta para dar luz a lo oculto, no pensada como arte sino como herramienta de transformación porque así la siente su autor y es lo que busca que sea. La fotografía que no busca ser placentera sino mostrar lo necesario, lo necesario colectivamente, históricamente para denunciar los atropellos contra la vida de los sectores populares.
Pedro Pallero