El Secreto de sus ojos; Relatos Salvajes; La historia oficial; Nueve Reinas; Un lugar en el mundo; El Hijo de la novia; Pizza, birra, faso; La ciénaga; Mundo grúa; Argentina, 1985; Muchachos; Tiempo de revancha; La Patagonia Rebelde; Esperando la carroza y la lista podría seguir. Seguramente viste alguna de estas películas. Disfrutaste, reíste, lloraste, te emocionaste, reflexionaste sobre lo que nos pasa o te sentiste identificado con alguna historia o alguno de los personajes. Ese es el valor de nuestro cine. Milei quiere terminar con eso. Defendamos el cine nacional.
El cine argentino en su conjunto va a ser perjudicado por el gobierno de Javier Milei. El gobierno lleva adelante un ataque histórico hacia el INCAA y sus funciones. A esta ofensiva de Capital Humano comandada por Sandra Pettovello, la Secretaría de Cultura de la Nación liderada por Leonardo Cifelli y el recientemente nombrado Presidente del organismo, Carlos Pirovano, la denominaron en un comunicado “proceso de reordenamiento”. A días del 24 de Marzo no son ingenuas las palabras que usan. Además vuelven a la carga sobre la cuestión del autofinanciamiento y el déficit que genera. Culpan del hambre que hay en el país a los festivales de cine. Cínicos. Pretenden llevarse todo por delante. Productores, realizadores, promotores, consumidores de nuestro cine debemos defender a ultranza una de las industrias que más nos enorgullece y mejor posiciona nuestra cultura y nuestro talento en el mundo.
Historia e identidad
El Día del Cine Nacional se celebra en homenaje a la primera película argumental, La Revolución de Mayo, dirigida por Mario Gallo y estrenada en el Teatro Ateneo de Buenos Aires el 23 de mayo de 1909. El cine argentino nació celebrando nuestra independencia, el filme relata los sucesos que tuvieron lugar en Buenos Aires en la Semana de Mayo de 1810, que marcaron el inicio de nuestro proceso independentista. Todo un hecho que horroriza al cipayismo gobernante. Más de un siglo después de su nacimiento el presidente libertario busca reventar nuestra soberanía cultural y, por el otro, cerrar una industria argentina que genera puestos de trabajo de un talento increíble y consolida a la Argentina como un país exportador de servicios audiovisuales.
Quién mejor que nosotros para contar nuestras historias desde una mirada propia. El rol del cine tiene un valor superlativo a la hora de narrar y reflejar la complejidad y las maravillas de la argentinidad que habitamos a diario. Además del mundo de la ficción, nuestro país cuenta con una gran tradición de documental es sin duda nuestras historias merecen y deben ser contadas por nosotros mismos y llegar a la mayor cantidad de gente posible. O alguien cree que podrían hacerlo desde Hollywood donde, por ejemplo en la película “X-Men: Primera Generación” Magneto se lanza a la caza de un jerarca nazi refugiado en la Argentina post Segunda Guerra mundial y confunden Villa Gesell con Villa La Angostura. Sin dudas, nadie mejor que nosotros para contar lo que nos pasa.
El INCAA no genera déficit, genera trabajo
Según el vocero Adorni: “En el INCAA se suspendieron gastos y contratos porque genera déficit”. Un argumento falaz y repetido hasta el hartazgo. Milei y Pirovano, financista sin ningún tipo de ligazón a la industria audiovisual, vociferan lo mismo. “Hay un aspecto ideológico y político de querer atacar la cultura, es parte de lo que tiene el gobierno entre sus manos y el interés de avanzar lo antes posible” expresó Ingrid Urrutia delegada general de ATE INCAA. La Junta lanzó un comunicado donde aclara que la industria genera más de 700 mil puestos de trabajo y por cada película surgen 40 nuevos puestos de trabajo. El cine nacional produce puestos de distinta índole: vestuaristas, productores, guionistas, técnicos, sonidistas entre otros. La contribución total del sector (considerando efectos indirectos e inducidos) alcanza al 3,1% del empleo de la economía.
En 2015 el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) programaba cine argentino en 55 salas de todo el país, con más de 18.000 butacas, 90 festivales, cines móviles y concursos. En 2017 Macri comenzó una política de recortes presupuestarios para el Instituto, cuya consecuencia fue el cierre de muchos de los festivales de cine, entre ellos el de las Tres Fronteras, Ventana Andina y festival de cine de la UNASUR.
El ataque de Milei no es nuevo, pero es más feroz y viene a completar lo iniciado por Macri y lo no revertido por Alberto Fernández. Desfinanciamiento, amenaza de cierres de espacios de promoción y estudio y por consiguiente la paralización total del INCAA. En la previa de la entrega de los premios Oscar el productor y conductor de la alfombra roja Axel Kuschevatzky habló sobre el ataque al INCAA y el plan de Javier Milei para destruir el cine argentino: “No se me ocurre por qué alguien querría que haya menos actividad económica” y agregó “países donde más activamente se produce y que tienen pisada internacional como Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, España, todos tienen mecanismos en los cuales el sector público incentiva la actividad privada. Por default hacés eso y protegés a la cultura”.
Representación en el mundo
El talento y la calidad de la industria audiovisual argentina es extraordinario e innegable. Dos premios Oscar a Mejor película Extranjera: “La historia oficial” (Luis Puenzo 1985) y “El secreto de sus ojos” (Juan José Campanella 2009) más nueve nominaciones. Artistas de la talla de Marcelo Piñeyro, Juan José Campanella, Ricardo Darín, Verónica Llinás, Pablo Trapero, Érica Rivas, Nahuel Pérez Biscayart y Leonardo Sbaraglia ganaron los Premios César, Premios Platinos, Premios Goya entre otros.
Además de estos palmares, la Argentina tiene una avezada tradición de cine independiente también reconocido a nivel mundial y ampliamente valorado que permite contar historias desde puntos de vista críticos, inclusive contrarios a los relatos oficiales de los distintos gobiernos. Pocos países en el mundo poseen una cinematografía propia como el nuestro. Argentina produce entre 120 y 150 películas por año y se ubica como una de las principales de Latinoamérica, presenta una vasta riqueza que abarca películas de género, industriales, experimentales, documentales y ficción. Su potencial es superlativo.
Con todo esto pretenden arrasar. Hoy defender el INCAA y sus trabajadores es defender al cine nacional y nuestra soberanía cultural. Una pelea que recién empieza, que tiene final abierto y que podemos ganar si nos involucramos a fondo. Argumentos sobran. Súmate vos también a dar esta batalla.