sábado, 21 diciembre 2024 - 05:42

Chubut. Las claves de la victoria

El 20º aniversario de aquellas jornadas históricas de 2001, en donde el pueblo tomó las calles y dijo basta, me tocó vivirlo en una nueva muestra de que la movilización logra hacer real lo que parece imposible.

El pueblo de Chubut volvió a dar muestra de que luchar sirve, siempre. Claramente el mejor homenaje a 20 años del Argentinazo fue estar en las calles, enfrentando la represión, manteniendo vivas las asambleas, con el paro ambiental de estatales y docentes, y la entrada del movimiento obrero industrial, como la pesca que mantuvo el cese de actividades. Cortes de rutas y movilizaciones masivas en la cordillera, la costa y también en la meseta fueron los condimentos para este triunfazo, que en menos de una semana derrotó la ley que habilitaba la megaminería en la provincia patagónica.

Hay quienes se pueden sorprender, pero es un triunfo que se alimenta de años de lucha y avances históricos: En el 96 se frenó el intento de instalar en Gastre un basurero nuclear, que movilizó a toda la provincia. En 2002 inició la lucha que ganó en 2003 el NO a la Mina en Esquel, que no logran revertir.

Pero además de las luchas socioambientales, el pueblo de Chubut viene desde hace varios años enfrentando el ajuste de Arcioni. Las y los docentes, trabajadores de la salud y demás estatales, por sus salarios. Y este triunfo recarga energía para las peleas que se vienen y deja al gobierno golpeado y cuestiona todo el régimen corrupto y pro-extractivista. Por eso el “que se vayan todos y no quede ni uno solo” se coreaba en cada marcha.

La presión del lobby pro-minero, la orientación extractivista del gobierno nacional, la necesidad de juntar dólares para pagar la estafa de la deuda externa y la excusa de “trabajo y progreso” hizo que el gobierno se tirara a la pileta sin tener en cuenta que no había ni una gota de agua. Trataron la ley de zonificación a espaldas del pueblo. Cuando la aprobaron Arcioni dijo que no iba a dar un paso atrás, y encendió la mecha de la rebelión.

Seis días de movilización y paros que dieron vuelta la tortilla y marcan un hito en la historia de lucha en nuestro país. Que marcan el camino. Ejemplo que tira por tierra el “no se puede”. El temor que siembran en la población por el presente y el futuro al que nos condenan con su política de ajuste, saqueo, contaminación y muerte, se esfumó. Ahora el miedo cambió de bando. El miedo lo tienen ellos: los que gobiernan, los empresarios, las corporaciones, el FMI, porque cuando el pueblo, las y los trabajadores, la juventud toma las riendas de su propio destino y se organiza y lucha por lo que quiere, todo lo puede.

Se derrotó la zonificación minera, se dejó en claro que el pueblo ya decidió. Se exige el tratamiento y aprobación de la Iniciativa Popular. Es una rebelión que no para y se alimenta de la nueva marea verde que recorre el mundo en defensa de nuestros territorios, del agua y la vida contra el extractivismo, que en nuestro país va conquistando triunfos y les pone freno a los gobiernos y corporaciones.

Ahora tenemos que seguir, por un modelo productivo y económico al servicio de las mayorías. Un país sin FMI, sin extractivismo, sin burócratas ni corruptos. Tenemos que seguir hasta que el país y el mundo que soñamos sean realidad. Ya demostramos que podemos.

Fotos: Virginia Chaile
Instagram: @littlegirlchina

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