El ChubutAGUAzo, con la marca de los tiempos del #hashtag, es el presente en la historia de las luchas de este pueblo contra la megaminería, actividad presentada por la casta política y empresarial como una supuesta solución a la profunda crisis del viejo modelo extractivista en la región. En sus inicios, allá por el 2002, la irrupción del movimiento de masas en contra del saqueo y la contaminación minera expulsó a la Meridian Gold, empresa trasnacional canadiense insignia del despojo contemporáneo que perseguía desarrollar la explotación del oro y plata en el Cordón Esquel. Dieciocho años después la lucha continúa, pero esta vez en un estadio superior. Hace rato que no es solo un potente movimiento social de la región cordillerana de la provincia, es hoy un movimiento profundamente arraigado en todo el territorio provincial, profundo; porque es un programa de lucha, de posicionamiento y de trinchera, que ha logrado transformarse en identidad y sentimiento popular. ¡Este pueblo dice NO es NO a la megaminería!
Contra viento y marea Chubut resiste
Es necesario decir que Chubut resiste porque tiene con qué. Y ese instrumento son las asambleas del NO a la Mina, cuya génesis más inmediata es posible vincularlas a las múltiples formas de lucha social que produjo el argentinazo del principio de siglo. Son un gran logro organizativo que se consolidó en estos territorios; cada pueblo, ciudad, paraje o aldea rural tiene en su ADN la asamblea como conquista. Las asambleas son sinónimos, por fin, de organización democrática para las luchas populares. Funcionan en plazas o espacios públicos, son los lugares de deliberación libre y donde las propuestas más votadas orientan las acciones colectivas. No son infalibles, pero permiten la revisión de los pasos dados, el debate y las experiencias en común. Por eso crecen en los momentos más agudos de la lucha, como el que transitamos hoy con el signo del ChubutAGUAzo; y se presentan como la forma organizativa que resiste las presiones sociales del Estado capitalista, de sus gestores de turno y del lobby de las corporaciones mineras.
¿Es posible despejar el acecho minero del horizonte político?
Muchas veces en las asambleas se debate cuándo entenderán los gobernantes de turno que Chubut dijo que NO a la megaminería. Sobre este debate, opinamos que la única forma de echar a las mineras es la que el pueblo viene protagonizando: organizado en asambleas y luchando por defender las posiciones conquistadas. Junto a ello se plantean cuestiones importantes, más allá de mantener a raya a los políticos serviles del poder empresarial minero. Las asambleas del No a la Mina son el ariete que irrumpe combatiendo a las mineras del despojo y la contaminación, cuestionando al extractivismo capitalista de conjunto, a la vez que le pone un cerco. Ese es el camino a profundizar para lograr un cambio de fondo y dejar atrás el modelo de ruina y saqueo de los bienes comunes, en el subsuelo, en el mar y el conjunto del territorio; como también a sus expresiones políticas patronales: el PJ y la alianza Cambiemos de los radicales y el Pro. Un modelo capitalista que beneficia al 1% en detrimento de las mayorías, en las ciudades donde la pobreza y la marginación crecen, con el abandono de las poblaciones rurales, los pequeños productores y campesinos y la opresión de los pueblos originarios. Un orden donde impera el ajuste a los de abajo, con servicios públicos vaciados y donde los gobiernos se ordenan por ajustar en educación y salud, incluso sin pagar salarios, como es el caso de la administración pública provincial, para pagar deudas externas usurarias y fraudulentas. Nada alternativo tiene para ofrecer el PJ de Alberto Fernández, no tiene plan B, como tampoco lo tiene la casta gobernante en la provincia que no ofrece sino miseria y represión. Hace falta una verdadera alternativa a los partidos patronales, y las derechas. Alternativa que solo puede venir de la las luchas obreras y populares y el programa anticapitalista de la izquierda.
Por una salida ecosocialista
La lucha es una sola, esa es la gran lección hecha carne en los miles de protagonistas del actual #ChubutAGUAzo que se ha convertido en catalizador de todas las penurias sociales producidas por el nefasto régimen político que encabeza el gobierno de Arcioni. “Fuera las mineras” y “fuera Arcioni” se escucha en las marchas. Junto a la movilización y las asambleas, es hora de la Iniciativa Popular como ley que prohíba la megaminería contaminante y saqueadora. Arcioni es fraude y se tiene que ir, no para que asuma otro personaje que luego de promesas falsas termine, junto al gobierno nacional, desoyendo y ajustando al pueblo trabajador.
Venimos insistiendo que un camino democrático y alternativo es el llamado a una asamblea constituyente libre y soberana para refundar Chubut sin corporaciones del saqueo y con protagonismo popular, donde las riquezas de la provincia sean propiedad estatal con control obrero y social al servicio de un modelo productivo que responda a las necesidades sociales de las mayorías y el cuidado ambiental. Para atender la emergencia social y sanitaria en la que han hundido a la provincia es vital ampliar el pliego de lucha por un plan económico de emergencia, democrático y controlado por las asambleas y organizaciones de los sectores en lucha al servicio de las necesidades sociales y no de las ganancias capitalistas. Cuya prioridad empieza por la suspensión inmediata del pago de la deuda externa y fuertes impuestos al capital concentrado que se lleva toda la riqueza de lxs chubutenses sin dejar nada. De ese modo atender soluciones habitacionales, laborales y sanitarias para el pueblo. Por una salida ecosocialista en resguardo democrático de los bienes comunes como lo que son, las verdaderas fuentes de vida, también para las futuras generaciones.
Maximiliano Masquijo