La desaparición y muy probable femicidio de Cecilia Strzyzowski, a pocos días de la marcha del 3J por Ni Una Menos. El supuesto femicida, César Sena, cuya familia tiene estrecha relación con el gobernador Capitanich, que a su vez busca despegar del caso. Una enorme movilización popular que exige justicia. Hace falta una investigación independiente para lograr verdad, justicia y castigo a los culpables.
Ayer miércoles 14 hubo una masiva marcha en Resistencia para reclamar la aparición de Cecilia. Pero su madre ya descarta que esté con vida. Varias pruebas llevaron a la detención de siete personas, la causa fue caratulada como femicidio y las hipótesis de cómo se deshicieron del cuerpo son atroces. Por ejemplo, rastros de sangre de Cecilia aparecieron en la casa de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, sus suegros. Los videos de las cámaras registran su ingreso, pero no su salida de ese domicilio. Y el casero del campo de los Sena, Gustavo Melgarejo, declaró ante los fiscales: “La vi amordazada en una camioneta”…
Emerenciano Sena es un dirigente social que hace muchos años trabaja con el PJ de Chaco. Gracias a eso, como el resto de dirigentes sociales cooptados por el gobierno, logra importantes concesiones para sus emprendimientos y desarrollar una asistencia clientelar, mientras la mayoría de los chaqueños no acceden a ella. Además Sena y su esposa eran candidatos en uno de los lemas del PJ local para la elección de este domingo 17, pero fue dado de baja luego de su detención.
Capitanich, pese a que su provincia es de las más pobres del país, se candidateaba hasta hace poco como presidenciable. Pero ahora trata desesperadamente de despegar de este crimen horroroso que sacude a la provincia y tiene eco nacional. Pero al estar implicados en él punteros muy ligados a su administración, se destapan los manejos turbios, la corrupción y la trama de impunidades que involucran al gobierno peronista chaqueño.
A su vez, el gobierno nacional es campeón del doble discurso también en el tema género: habla de los derechos de la mujer y creó un Ministerio, pero no invierte un peso para combatir la violencia machista. En ese contexto, da vergüenza ajena la vocera presidencial, Gabriela Cerrutti, que aparte de pedir lo obvio, que el caso no quede impune, dijo que “no hay mayor bajeza que hacer un uso político de la desaparición de una mujer”.
No Cerrutti, no. Primero, todo femicidio es un hecho político porque es una expresión de la violencia patriarcal de esta sociedad capitalista. Y segundo, la pertenencia de la familia acusada de encubrimiento y complicidad con el femicidio de Cecilia lo hace un hecho aún más político. Desde ya, la derecha utiliza el caso en forma oportunista para llevar agua a su molino y de paso demonizar a los movimientos sociales. Pero eso no exime al gobierno de Capitanich, responsable político de la pobreza y la corrupción en Chaco.
Junto a los familiares de Cecilia, reclamamos que se esclarezca rápidamente el hecho y, si se confirmara el femicidio, que aparezca su cuerpo. Pero no serán esta justicia y esta policía atadas al poder las que logren llegar a la verdad y hacer justicia. Por eso hace falta crear una comisión investigadora independiente, con los familiares de Cecilia, organismos de derechos humanos y de género y personalidades independientes, con plenos poderes para investigar a fondo y así lograr el juicio y castigo del o los asesinos y sus cómplices. Sean quienes sean.