En su rol de vicepresidenta y como tal, presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner el lunes recibió al aún no asumido superministro Sergio Massa. La foto que nunca se dio para bendecir las medidas de la ex ministra Batakis, quien concentró gran parte del poder del gobierno, Massa la consiguió antes de su asunción. Una muestra rotunda de unidad dentro del Frente de Todos para avanzar con el ajuste de la mano del amigo del establishment.
Mientras se conocían algunos de los nombres que Massa va apuntando para rodearse en su gran cartera de Economía, donde figuran personajes como Daniel Marx, un funcionario con gran currículum en gobiernos ajustadores -estuvo con De la Rúa y Duhalde-, el tigrense se reunió con la actual vicepresidenta. El cónclave no tiene otra función más que respaldar el plan económico que se prepara. Plan que, como lo mencionó en su cuenta de Twitter el todavía presidente de la Cámara de Diputados, va a tener como regla “ordenar y cuidar las cuentas públicas”.
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Si bien aún faltan las medidas concretas que el superministro pueda llegar a anunciar, es una verdad de perogrullo que no va a sobrevenir más que ajuste y más ajuste por parte del amigo de la embajada de Estados Unidos. El tuit de la cuenta oficial del Senado que reza: “La presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, recibió hoy al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien asumirá el miércoles como ministro de Economía, Producción y Agricultura de la Nación”, es un claro aval y respaldo a lo que apronta la coalición de gobierno. También el presidente Alberto Fernández, hoy relegado a una posición sumamente decorativa, declaró en el mismo sentido de unidad: “Estamos empezando una etapa distinta y que el Frente de Todos haya encontrado un camino para seguir trabajando juntos, es para mi un dato muy valioso”.
Como ayer Cele Fierro lo repasó con Claudio Katz en Mejor hablar de ciertas cosas, el gobierno está tomando el discurso de la oposición de derecha de Juntos, como así también su programa económico. Lejos de un cambio de rumbo para atender la crisis económica que afecta a las grandes mayorías, mientras un puñado se beneficia, CFK unge a Massa como el hombre del momento. Atrás quedaron las críticas que lo ubicaban como un traidor, debido a sus posicionamientos que lo acercaban en demasía al macrismo. No hay que olvidar que el ex intendente de Tigre fue quien votó el endeudamiento externo con los tenedores privados y, además, fue quien viajó a Davos con Macri.
Dicen que una foto vale más de mil palabras y en este caso el dicho popular cumple su tarea. Queda aclarado el panorama y se confirma un nuevo fraude electoral, el Frente de Todos está profundizando la herencia neoliberal del gobierno macrista. Quienes habían depositado su confianza en ese proyecto político, no están recibiendo más que traiciones como la de ver en el timón del gobierno a Sergio Massa. El horizonte de ajuste no se puede aceptar y, ante eso, llamamos a compartir la calle para enfrentarlo.
No queda más que poner de pie una herramienta distinta, a favor de los trabajadores e independiente a toda la política pro patronal hoy arrodillada ante el FMI, para ponerle fin a este presente de ajuste.