Es imposible hablar de la realidad sin enojarse. Massa, ahora superministro de Economía, Producción y Agricultura, no es el cambio que necesita el pueblo trabajador. Sus primeros anuncios han sido “auditar” (recortar) la ayuda social a los pobres, aplicar un tarifazo a la mayoría trabajadora y sectores medios, negociar con la Mesa de Enlace y el agronegocio, y reafirmar un ajuste para cumplir con el FMI, ya que este gobierno decidió aceptar sus condicionamientos y pagar la estafa con que Macri nos endeudó.
Los nuevos nombres en el gabinete y los anuncios del gobierno están lejos de los cambios que gran parte de trabajadores y jóvenes de la militancia kirchnerista y de otras organizaciones sociales, con sus mejores intenciones, todavía esperaban. No sorprende. Massa fue siempre de derecha, liberal surgido de la UCeDé y con el Frente Renovador apoyó leyes de Macri: un eterno felpudo de los yanquis y el gran capital. Lamentablemente ahora sube con pleno aval de Cristina, en un giro a derecha de todo el gobierno.
El Fondo está feliz con estas decisiones, las formadoras de precios nos remarcan en la cara, el poder financiero y las corporaciones siguen fugando millones y el gobierno, en vez de tocar las ganancias del agronegocio, les da un dólar especial para que ganen más. ¿Y después frente a sus bases lloriquea que “no hay relación de fuerzas” para hacer otra cosa? No es que no se pueda: la verdad es que no quieren tocar los intereses de los ricos.
Nos decían que si no acordábamos con el FMI habría un caos económico. Pero acá lo que genera inestabilidad y más desigualdad es el rumbo oficial de ajuste y entrega al Fondo, no las organizaciones sociales y la izquierda que nos movilizamos para defender derechos básicos. ¿Cómo no se van a envalentonar el macrismo y los Milei si el gobierno aplica su agenda? Así no hay soberanía política, independencia económica ni justicia social. Y que no te engañen: no se puede cambiar desde adentro lo que ya no tiene arreglo y gira a derecha.
Ante esta realidad, la dirigencia sindical da asco. La burocracia de la CGT apoya a Massa y deja correr el ajuste, y la CTA, que decía ser distinta, hoy es parte de ese rol burocrático. Por eso tenemos que organizar la pelea desde abajo y apoyar las luchas obreras, populares y de la juventud que vienen creciendo.
El capitalismo es hambre, desigualdad y dependencia. Lo sufrís en tu bolsillo. Es hora de que se vayan todos los que ya nos gobernaron y son responsables de este desastre. Hay que abrir paso a un cambio de raíz: de plan económico y de proyecto político. Basta de que dos o tres decidan todo sin consultar a nadie: luchemos para que haya elecciones a una Asamblea Constituyente libre y soberana, en donde el pueblo decida democráticamente todo.
Compañera, compañero: es hora de transformar tu decepción en voluntad de iniciar un nuevo camino. No tenés por qué tragar más sapos. Para enfrentar a toda la derecha venite con la izquierda, con el MST. Una izquierda firme en su programa y proyecto antiimperialista, anticapitalista y socialista, pero unitaria y abierta para convocar a miles. Una izquierda que vaya más allá de un acuerdo electoral; que sea un gran movimiento político unitario, con libertad de tendencias o corrientes internas, y avance como alternativa de gobierno. A este proyecto de izquierda les invitamos a sumarse a todas y todos los que confiaron en este gobierno y hoy sienten frustración y bronca, pero siguen anhelando una sociedad justa e igualitaria.
Es la hora de cambios de fondo. Heladera llena sólo habrá si afectamos los bolsillos de los ricos, como propone el programa del FIT-U. Si rompemos con el FMI, cortamos con el agronegocio y el poder financiero, si nacionalizamos la banca y el comercio exterior. Si declaramos de propiedad social los grandes medios de producción y planificamos democráticamente la economía según las necesidades populares. Y luchando por un gobierno de las y los trabajadores y el pueblo junto a la izquierda, que abra camino al socialismo. Para dar juntos estas peleas, te invitamos a sumarte al MST en el Frente de Izquierda Unidad.
Cele Fierro y Alejandro Bodart por el