La invasión de carpinchos en barrios ricos del Gran Buenos Aires es un fenómeno que, aunque pueda parecer curioso o incluso gracioso, esconde un problema ambiental mucho más grave: la destrucción de humedales para atender a una pequeña porción de la población, compuesta por ricos y empresarios. Es la destrucción ambiental en nombre de la riqueza y la codicia de unos pocos.
Los carpinchos, que antes vivían libremente en estas áreas húmedas y márgenes de ríos, vieron su hábitat natural destruido y fragmentado por estos emprendimientos inmobiliarios. Sin tener a dónde ir, terminan buscando refugio en áreas residenciales, en busca de alimento y abrigo.
Este fenómeno no es nuevo y ya ha sido muy explorado en memes. En 2020, por ejemplo, algo similar ocurrió en el barrio privado Abril de Hudson. Pero, ¿Qué está detrás de la supuesta invasión de carpinchos en barrios privados?
Ubicación
Nordelta es uno de los muchos barrios privados construidos en áreas que antes albergaban carpinchos y otros animales silvestres. Construidos en humedales, estos emprendimientos inmobiliarios dañan cursos de agua, flora y fauna local, causando desequilibrios que, a veces, culminan en “invasiones” de carpinchos.
Parte de la publicidad de estos emprendimientos se basa en un supuesto mayor contacto con la naturaleza. Nada podría estar más lejos de la verdad, ya que estas áreas deberían ser preservadas debido a su importancia ambiental, especialmente en medio de la intensa crisis climática que afecta con mayor intensidad a los más pobres.
¿Quiénes son los verdaderos invasores?
El carpincho es una especie autóctona del Delta del Paraná y la proliferación de proyectos urbanísticos ha provocado la reducción de su hábitat, por lo que es lógico que este tipo de acontecimiento ocurra. Los residentes de Nordelta y otros barrios privados similares invadieron el hábitat natural de los carpinchos con su codicia y ahora enfrentan las consecuencias de ello.
Lo que impresiona es la insistencia en llamar invasora a una especie autóctona que tenía estas áreas como hábitat.
¿Cuándo surgió Nordelta?
La historia de Nordelta comienza con el empresario Julián Astolfoni, en los años 1970. Él, un hombre con relaciones cercanas a la dictadura genocida, compró las tierras para su emprendimiento a un precio muy por debajo del mercado, gracias a sus conexiones con el Estado. Pero fue solo en los años 1990 cuando comenzó la construcción de este conglomerado urbano destinado únicamente a los más ricos y poderosos del país. En paralelo, la destrucción local se intensificó, lo que hoy notamos con el desplazamiento de los carpinchos y con las frecuentes inundaciones en barrios pobres vecinos.
Resumiendo: un barrio construido para ricos, a costa de la destrucción ambiental y del empeoramiento de la calidad de vida de todos a su alrededor. Un ejemplo claro de lo que la élite rancia del capitalismo quiere imponer en todo el país.
¿Qué son los humedales?
Los humedales, también conocidos como áreas húmedas, son áreas terrestres periódicamente inundadas por aguas dulces, salobres o marinas. Son ambientes extremadamente importantes para la biodiversidad, actuando como filtros naturales de agua, reguladores del clima y amortiguadores de inundaciones.
¿Por qué es importante la Ley de Humedales?
Argentina posee cerca del 21,5% de su territorio cubierto por humedales, lo que representa un total de 5,8 millones de hectáreas. Sin embargo, estos ambientes están bajo constante amenaza por actividades humanas como la agricultura, la ganadería, la deforestación y el desarrollo urbano.
Es imperativo que repudiemos este modelo de desarrollo que privilegia los intereses de una élite a costa del bienestar colectivo y del equilibrio ecológico. Debemos luchar por políticas urbanísticas que respeten la naturaleza y prioricen la preservación ambiental, así como el derecho de todos a vivir con dignidad y en armonía con el medio ambiente.
En un contexto de crisis climática global, la protección de las áreas húmedas y de los ecosistemas debe ser una prioridad.
Marcela Gottschald