domingo, 22 diciembre 2024 - 11:54

Caputo en Washington. Buscando fondos frescos para la deuda

Durante esta semana Luis Caputo, acompañado por parte de su equipo económico, estuvo asistiendo, en Washington, a las cumbres anuales del FMI y del Banco Mundial. El objetivo central, conseguir fondos para hacerle frente a los próximos vencimientos de deuda. A pesar de las amables declaraciones de los dirigentes del Fondo no existen señales de nuevos dólares para las arcas del país.

El ministro de Economía, con la excusa de la celebración de las cumbres anuales de estas instituciones financieras de créditos, aprovechó la oportunidad y buscó conseguir todo tipo de limosnas para intentar hacer frente al panorama económico del país. Con un programa en curso con el Fondo, sin un desenlace claro y con vencimientos de deudas que amenazan en los primeros meses del 2025, el periplo de Caputo estuvo marcado por las reuniones que se dieron con los principales dirigentes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Con un ministro diciendo que la situación está controlada por la existencia de varias alternativas en las negociaciones, y además con las declaraciones del FMI post reunión con Caputo, el mercado aplaude y festeja con la mejora en algunos de sus valores. Sin importar el modo en que se realice, en este caso con un ajuste mucho más obsceno que el actual, los mercados confían, temporalmente, en que la gestión libertaria podrá hacerles frente a sus obligaciones.

La reunión con el Fondo Monetario

El pasado jueves, Luis Caputo tuvo dos reuniones, una con la Directora del FMI, Kristalina Georgieva y otra con la número dos de este organismo, la Vicedirectora Gerente, Gita Gopinath.

Como viene sucediendo en las reuniones que el gobierno mileista ha tenido con el Fondo, las declaraciones posteriores a este tipo de encuentros mantuvieron el mismo tono. Por parte de Georgiva, las felicitaciones no faltaron, marcando una especie de apoyo explícito hacia el gobierno de Javier Milei, aunque con ausencia de gestos objetivos en función de los planes que tenía el viaje de Caputo, conseguir fondos frescos. La dirigente búlgara, en un posteo desde su perfil de X indicó: “Muy buena conversación el ministro Luis Caputo hoy. Saludo el progreso de Argentina en la estabilización de su economía mientras apoya a los más necesitados. El FMI sigue trabajando con en un camino hacia una economía más próspera para todos los argentinos.” Además, en una entrevista en La Nación, Georgieva agregó: “Tenemos un alineamiento en torno a las prioridades del país

Un día antes a las reuniones concretadas con las principales dirigentes del FMI, el ministro de Economía declaró: “Estamos analizando un nuevo programa para consolidar lo que estamos haciendo y el dinero adicional podría aliviar las reservas del Banco Central, estamos empezando a debatirlo, pero es un largo proceso”. Y luego de los encuentros del jueves se mantuvo en la misma línea, pero sin dar muchos detalles, solo limitándose a aclarar que fueron buenas reuniones las que se desarrollaron.

A pesar del optimismo en las palabras de Caputo, el jefe de la Misión del FMI en Argentina, Luis Cubeddu, en una conferencia de prensa, en el cierre de la cumbre anual del organismo, dejó en claro que las discusiones llevadas a cabo entre los equipos económicos siempre se mantuvieron dentro de los límites del actual programa de facilidades extendidas. Y en este sentido agregó: “las autoridades (argentinas) también están explorando puntos para avanzar hacia un nuevo programa”, y también aclaró que recién en las próximas semanas habría novedades sobre la posibilidad de un nuevo programa.

En principio, no existen precisiones sobre el rumbo que tendrá Argentina con respecto a los planes del FMI. Si bien, las felicitaciones y el apoyo existen, las dudas y las exigencias también se mantienen, La intervención en el mercado cambiario por parte del gobierno, la eliminación del cepo y demás restricciones son los principales requerimientos que el Fondo pide que desaparezcan para poder entablar un diálogo con vistas a un nuevo programa. Ante estos pedidos el gobierno opone resistencia, ya que la eliminación del cepo cambiario podría arruinar algunos de sus caballitos de batallas como son los valores de los dólares financieros y los números de la inflación.

Luis Caputo y Gita Gopinath

Otro punto relacionado a la posibilidad de la puesta en marcha de un nuevo acuerdo, son las dos últimas revisiones (junio y septiembre) del fondo sobre el actual programa, las cuales todavía no encuentran el visto bueno por parte del board del organismo. Situación que el gobierno busco agilizar, ya que, si esto se resuelve antes de finalizar el mes de noviembre, conseguirían U$S1.000 millones que engrosarían las reservas.

Las discusiones se mantienen y continuamente se siguen sumando elementos que retrasan la resolución de esto. No hay que olvidar que, en las próximas semanas, en EEUU se llevarán adelante las elecciones, siendo esto un atenuante para la agilización en la toma de decisiones del Fondo. Por el lado del gobierno argentino, las expectativas están en que un triunfo de Trump destrabaría las negociaciones, pero el tiempo ocupado por el desarrollo de este escenario enciende las alarmas en el equipo de Caputo. Un nuevo programa habilitaría modificaciones en las fechas de pagos y la llegada de dólares extras por fuera de los debidos. Cuestiones a resolver rápidamente porque en 2025 se vienen grandes vencimientos de deuda.

Caputo y su equipo pasando la gorra en Washington

Ante la falta de resoluciones en relación al FMI, Caputo y su comitiva aprovecharon las reuniones en Washington y buscaron conseguir algunos préstamos para poder, en lo inmediato, intentar estabilizar, de manera artificial. las cuentas.

Los primeros vencimientos de deuda del 2025 rondan en los U$S 20.000 millones, un monto que se encuentra compuesto por deuda tomada por el propio Caputo en su gestión con Macri y de los vencimientos del FMI, renegociados por el gobierno del Frente de Todos. Viendo este panorama el equipo económico consiguió préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del Banco Mundial y de la Corporación Financiera Internacional (CFI), anticipos que lo único que hacen es aumentar el nivel de deuda actual.

En total lo recaudado en este viaje fueron U$S 8.800 millones divididos de la siguiente manera:

  • En reuniones con la Gerente de Operaciones del Banco Mundial. Anna Bjerde, el préstamo sería de U$S 2.000 millones. Según Bjerde este dinero está destinado a: “la protección social, la educación y la ayuda a los sectores vulnerables para hacer más asequible el transporte y las tarifas eléctricas”.
  • Por parte de la Corporación Financiera Internacional (CFI), una agencia del Banco Mundial que financia la inversión privada, según su Director Gerente, Makhtar Diop, el desembolso sería de unos U$S 3.000 millones.
  • En relación al BID, organismo dirigido por Ilan Goldfajn, el acuerdo se encuentra dividido en dos partes. U$S 2.400 millones estarían destinados al sector público, y por parte del BID Invest, U$S1.400 millones tendrían dirección al sector privado en los próximos dos años.
Anna Bjerde (BM), Luis Caputo, Ian Goldfajn (BID), Pablo Quirno (Secretario de Finanzas)

Acuerdo o no acuerdo con el FMI o con cualquier órgano de crédito internacional son alternativas que no están direccionadas a resolver los problemas de las mayorías. La cacería de dólares por parte de este gobierno apunta a engrosar las reservas para poder controlar el mercado cambiario y poder devolver deudas, que en ningún momento se utilizaron para resolver algunas de las necesidades de los trabajadores.

Los mecanismos de dominación que aplican estos organismos hacen que se vuelvan impagables estos préstamos, y las consecuencias se ven en el tremendo ajuste aplicado por este gobierno. Donde los trabajadores, la salud o la educación se convierten en las principales variables de ahorro en función de un acomodamiento en las cuentas fiscales. Producto a este razonamiento es que, en 10 meses de gestión del gobierno de Milei, más de la mitad de los argentinos se encuentran en la pobreza. Ante esto es fundamental romper los acuerdos con el Fondo Monetario y con cualquier buitre usurero que busca usufructuar en estas situaciones de crisis. Redireccionar todos estos recursos, que actualmente se fugan al exterior, y ponerlos a disposición de las necesidades de las mayorías cambiaría radicalmente la realidad del pueblo trabajador.

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