En el marco del seminario El renacer de la libertad en la Argentina y el mundo realizado ayer en el Hotel Hilton, el ministro de Economía señaló que en materia económica estamos cada vez mejor; sin embargo terminó concluyendo que volverán a pedir deuda nueva al FMI. Con esos 800 millones estaremos más cerca de salir del cepo, afirmó. Esto lo hace en el medio de la suba del dólar, la crisis por las dudas en la aprobación de la Ley Bases en Senadores y los rumores de devaluación que tuvo que salir a desmentir por la red X.
Frente a un auditorio totalmente adicto en el coqueto Hotel Hilton, Caputo dijo que las cuentas están cerrando, que los senadores votarán la ley y que estamos cada vez mejor, en una especie de balance de seis meses de gestión. Más allá que el ministro parece vivir en el país de las maravillas y no en la Argentina que vivimos el 90% de los trabajadores, jubilados y desocupados -que hoy son 169.000 más según datos oficiales-, lo que no se entiende de su discurso es por qué entonces tiene que salir a pedir dólares al Fondo una vez.
El titular de Economía afirmó que está negociando con el FMI “un nuevo programa”, para lo cual habría una primera revisión el jueves 13 de junio, a fin de lograr que nos presten unos 800 millones de dólares, que serían de plata fresca y al servicio de poder liberar las restricciones cambiarias (cepo) que, según los analistas burgueses, son las que traban la economía, introducen distorsiones y no permiten la recuperación ni en V ni en U ni de ningún modo para salir de la tremenda recesión a la que nos llevó precisamente la aplicación de su plan económico de ajuste brutal.
Estos miserables 800 millones están muy lejos de los 15.000 millones que le habría prometido el mismo Caputo a Milei en tiempos de campaña electoral, cuando el actual presidente alardeaba sobre conseguirlos en forma rápida para sacar no sólo el cepo; sino también empezar el camino de la dolarización. Nada de eso sucedió.
El panorama económico es mucho más complejo, por más que desde Economía se hagan autobombo de lo bien que está la economía y de las ventajas del superávit fiscal, a costa de la miseria del pueblo con pobreza e indigencia en ascenso espiraladas. Lo cierto es que desde hace 6 meses que están buscando fondos frescos y la plata no aparece, no hay ni un dólar de inversión genuina, tampoco desembolsos del FMI que no sean para cobrar su propia deuda, ni tampoco el campo liquida los dólares de la soja como tenían pensado.
Esta es la razón fundamental por la que una vez más caemos en un nuevo pedido de plata al FMI, tal cual lo hacía anteriormente Massa y este grupo criticaba enfáticamente. Caer nuevamente en un préstamo con el FMI, aunque sea de plata fresca al decir de Caputo, no garantiza que se pueda sacar el cepo, ya que abundan las presiones devaluatorias que hoy el ministro trató de negar por X; mientras el dólar blue sigue aumentando día a día.
Lo que sí es claro, porque esta película ya la vimos, es que este nuevo endeudamiento traerá más exigencias, más controles y más dependencia con los usureros internacionales. La única solución real para terminar con esta rueda de la locura es suspender unilateralmente todos los pagos de la deuda. Con los dólares que genera la economía habría plata suficiente para volcarse en resolver los problemas reales de millones y no caer en la eterna bicicleta financiera, en la cual cada vez pagamos más y debemos mucho más aún.