Luego de su viaje a China, Sergio Massa encara la recta final, que más allá de los números que presente la economía local, quiere que lo ubique como el único precandidato a presidente por el Frente de Todos. Seguramente que llevar a Máximo Kirchner en la comitiva que se paseó por el gigante asiático no fue mera especulación. El ministro de Economía, como es de público conocimiento, busca ser quien lleve la bendición de su socia política, Cristina Fernández de Kirchner, para competir en soledad de cara a los comicios. Mientras, la entrega no para. No bastó con anunciar nuevo endeudamiento con China, Massa, acorralado por la falta de dólares, continúa una negociación a contrarreloj con el FMI.
Nueva entrega con el FMI: ¿su última tarea en Economía?
Para cerrar el nuevo acuerdo, donde el jefe de Hacienda le reclama un adelanto de todos los desembolsos de este año al Fondo -una cifra cercana a los US$ 10.000 millones-, viajará entre el 12 y 14 de junio parte del equipo económico a Washington. Los nombres que se mencionan son los de Lisandro Cleri, Gabriel Rubinstein y Marco Lavagna, quienes estarán a cargo de la tarea que empiezan a denominar como “discusión de la última milla”.
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Ahora todos los cañones de Massa estarán apuntando a cerrar esta negociación con el organismo de crédito. Si bien desde las oficinas del oficialismo dicen que todo ya está bastante avanzado, no está dicha la última palabra. Los dirigidos por Kristalina Georgieva no ven con buenos ojos otorgarle un adelanto que, como es probable, al igual que lo hizo Nicolás Dujovne años atrás, sea utilizada para frenar una nueva corrida del dólar en tiempo electoral. Por tal motivo es que se está negociando la libre disponibilidad de los fondos a entregar. Mientras desde el Ministerio de Economía reclaman un porcentaje del 60% sobre los US$ 10.000 millones de adelanto, desde el Fondo apenas piensan en un 20%. Hay que sumar además otro pedido de los burócratas de Washington. Desde que arrancó la negociación por este adelanto no han bajado su pretensión de que exista una devaluación generalizada. Este punto asusta a Massa, principalmente por sus pretensiones presidencialistas, por eso es probable que el ministro viaje o monitoree de forma remota todas las negociaciones para evitar ser quien encare esa tarea. Valdría agregar la hipótesis siguiente: en caso de ser desplazado en las negociaciones del Frente de Todos, como se rumorea que Wado de Pedro y Daniel Scioli desean, ¿no se inmolará el tigrense? Son posibilidades, nada confirmado aún.
Sin embargo, el viaje a China fue utilizado como vidriera de “inversiones” para demostrar que, en parte, la próxima corrida puede ser controlada por los fondos frescos. Los números de igual forma no solucionan el problema estructural. De forma inmediata Massa solamente logró ampliar el monto de libre disponibilidad del swap chino de US$ 5.000 millones a US$ 10.000 millones. Esto le permitirá al gobierno guardarse dólares, destinados principalmente para el pago de deuda externa, ya que las importaciones con China podrán ser abonadas con la moneda del país asiático.
Contradictoriamente, volviendo a las negociaciones con el FMI, hay que ver si estas “buenas nuevas” del ministro contentan a los integrantes del Fondo. Como se sabe, la gira por China también contó con reuniones de empresas ligadas a la explotación del Litio, mientras que desde Estados Unidos también se ven deseosos de ser los dueños de nuestros bienes comunes. Valdría agregar además que Máximo Kirchner, ladero de Massa en el viaje, se juntó con uno de los principales dirigentes de la tecnológica Huawei, quien disputa por quedarse con el mercado de la tecnología 5G en el país. Acercamientos que seguramente no son de agrado para la gestión de Biden.
Todo en rojo, pero Massa sigue ajustando
Mientras la situación de las reservas del Banco Central sigue tan endeble, el presunto candidato a presidente decidió endurecer el cepo para las importaciones de las empresas y el acceso a los mismos a los gobernadores. Medida que es muy probable aliente aún más el enfriamiento de la economía de cara al segundo semestre, mientras se desarrolle la campaña electoral. Tan sólo en dos meses, más allá del nuevo “dólar soja”, se perdieron US$ 4.000 millones de reservas brutas. La aspiradora de nuestros fondos tiene como destino pagos al FMI, deuda de empresas privadas con sus casas matrices y, además, contener el precio del dólar CCL y MEP, debajo de los $ 500.
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Todas estas variables impulsan la inflación ya desbocada, y se espera que el 14 de junio se dé el dato del mes anterior con un índice superior al del 8,4%, en un marco donde la pobreza en Argentina escala día a día. Estas respuestas también se entienden por las medidas que ha tomado Massa para cumplir con el Fondo. Desde aplicar fuertes tarifazos en los servicios públicos recortando los subsidios a los usuarios y favoreciendo a las privatizadas, como recortando con los presupuestos de en jubilaciones, Asignación Universal por Hijo y demás partidas por medio de la alta inflación.
El objetivo del ministro es cumplir con el programa firmado por Martín Guzmán, más allá de las críticas que presenta públicamente. Llegar al déficit fiscal que marca ese acuerdo votado en el Congreso por diputados y senadores de la mayor parte del Frente de Todos -quienes no lo hicieron, habilitaron todos los caminos para que se apruebe-, es la única intención del jefe de Hacienda.
10 meses como muestra de lo que sería un gobierno propio
Justamente hoy se cumplen 10 meses de la asunción del tigrense como ministro de Economía. Lo dicho, sumado a la posibilidad que les ha entregado a los formadores de precios para remarcar sin cesar, son botones de muestra de lo que podría llegar a ser un gobierno de Massa.
Como se ha visto, de ser presidente gobernaría para los intereses del FMI, las patronales agrarias y cuanto sector del círculo rojo pensemos. Es conocida su relación con banqueros, dueños de las empresas mediáticas y más.
Con este panorama, no queda más que buscar una salida por otro camino. Desde la izquierda del FIT-Unidad, estamos organizándonos para derrotar este ajuste. El plenario del 17 de junio en Plaza Congreso, convocado conjuntamente por el MST y el PO, es un primer paso para fortalecer nuestro frente y dar la batalla política contra cualquier variante fondomonetarista que surja de estas elecciones.