lunes, 29 abril 2024 - 04:02

CABA. No hay dos, sino tres caminos

Pasadas las elecciones PASO en la Capital, ahora nos encaminamos a las generales de octubre. En la principal Ciudad del país, vidriera política nacional, gravitan fuerte los temas de la coyuntura general y tiende a diluirse la agenda específica porteña, en momentos de alta tensión y cruce de caminos, como el actual. De cualquier manera, contra toda concepción de «isla», igualmente hay una serie de interpelaciones que tenemos para hacerle a parte de la población de la Ciudad de Buenos Aires: la que vive de su trabajo, la que rema contra la corriente, la que no renuncia a tener proyectos siendo joven, la que frente a la derecha envalentonada, se preocupa. En ese cuadro, enton-ces, identificamos 3 caminos posibles.

Hay que terminar de seguir cómo evolucionan los cambios que se están procesando en la política nacional. La emergencia de Milei y su corriente ultra-reaccionaria, exacerba la polarización, coloca en agenda explícita una serie de definiciones que, de intentar ser llevadas adelante como política de gobierno, abrirían seguramente un escenario de choques directos entre fuerzas sociales bien antagónicas. El desenlace de una confrontación así, que en todo caso será en las calles, no en las urnas, va a marcar posiblemente las características de una nueva etapa en Argentina. Hay aroma a fin de ciclo, con los resultados en las PASO del peronismo, la derrota del kirchnerismo hasta en su feudo original patagónico y el desplazamiento de JxC a un segundo plano, por no ser el principal receptor del votante enojado. Pero, en CABA, el tablero se fue ordenando parecido… pero un poco distinto. Primero, porque la fuerza de Milei, sin el efecto arrastre de su figura hizo una elección más bien modesta y quedó en un tercer y lejano lugar. Segundo, porque el macrismo recuperó el control del PRO y le ganó a Larreta y su apuesta solapada por Lousteau. En tercer término, el peronismo con un radical como candidato, Santoro, intenta tabicar la elección local del rumbo general de UxP en la debacle del país. Ese doble estándar, como maniobra política para polarizar en el distrito, obliga a una advertencia al electorado anti-derecha y progresista de la Ciudad: madura por ese andarivel una nueva frustración.

Frente a este panorama, el Frente de Izquierda – Unidad que nos toca representar, tiene un activo para consolidar y un espacio para amplificar su mensaje e influencia: la extendida preocupación por el eje que se va perfilando con Milei-Macri, se traduce en una especie de mecanismo político de alerta temprana. Queremos discutir entonces, por qué frente a la involución del «sálvese quien pueda» que proponen las derechas, la resignación de «bancar lo que hay, aunque no sea bueno» como opción malmenorista, no es salida. Hay un tercer camino: bancar y sumar militancia con la izquierda en la Ciudad. En las urnas y, sobre todo, en el conflicto social extra-parlamentario.

La Ciudad como unidad de negocios, la colectora del «timbero» y la doble moral del peronismo

El distrito concebido como unidad de negocios privados, y fuente de financiamiento para proyectarse nacionalmente en el plano político, es lo que motorizó la lucha faccional en el PRO. El desplazamiento de Jorge Macri, de intendente en Vicente López a candidato en Capital, solo se explica por la defensa del clan familiar de una fuente de negocios decisiva. Obvio, hay un capitalismo de amigos que tiene su ecosistema:

  • IRSA, de Elzstain, que es el mayor conglomerado inmobiliario urbano del país, ancla su fortuna en CABA.
  • El grupo de Eduardo Constantini, Consultatio S.A., desarrolladora de Catalinas y Puerto Madero.
  • El grupo Werthein y Caputo, desarrolladores que lucraron con los terrenos del ex Tiro Federal entre sus variados nichos de valoración.

Estos vértices empresariales, tienen en el macrismo un gestor -y socio accionario- en el uso de la Ciudad para rentabilidad privada. El repaso, solamente, de las 108 principales concesiones de CABA, a valores de cánones irrisorios o la legalización con el Código Urbanístico de todo un régimen de construcción ligado al cemento especulativo y no social, son todos puntos de referencia de un bloque de intereses sociales de clase que se vertebran en torno al clan Macri. Esto defiende el PRO en la interna con Lousteau, que expresa no un modelo alternativo, sino un socio menor que pugna por su parte en el negocio general. Esa es la posta. Esta construcción económico-política, se encamina a ganar otra vez el gobierno de la Ciudad. En este encuadre, hay que ubicar el experimento libertario, que a escala porteño tiene al timbero-broker, Marra, que se ubica como colectora a derecha del macrismo, intentando forzar incluso a una política más reaccionaria que la del PRO y JxC. Con todo lo que tiene de bizarro y semi-lumpen la sucursal libertaria porteña, no deja de ser un dato, que la suma de toda la derecha en la Ciudad va a imponer una agenda durísima bien anti-popular y anti-derechos en la Legislatura, casi con seguridad. Ante ese desafío, la apuesta de Santoro por un perfil corrido a «izquierda» en el discurso, pero con perlas tales como estar a favor de las Taser, sumarse a la prédica anti-protesta y cuestionar la Ley de Alquileres, perfila un tipo de posición, de puro cálculo electoral y atravesado de incoherencias. Quizá, la más profunda, es ser un duro crítico del ajuste en CABA, pero diputado nacional de toda la gestión pro-FMI del gobierno de Alberto y CFK antes y de Massa ahora. Esa estafa política, que propone el mal menor como salida, es un camino seguro a la frustración, enésima por otro lado, del progresismo porteño. Entonces: ni miedo ante la derecha, ni resignación del «se puede hasta acá». Hay otra agenda, otra orientación, otra cultura política para fortalecer.

En la urna, en las bancas y en las calles: en defensa propia, más izquierda en la Ciudad

Hay que salir del impacto por el avance electoral de las fuerzas derechistas, y activar, definir hoja de ruta y ponerse en movimiento. Hay un activo en la izquierda, en nuestro FIT-Unidad que es la coherencia plena de estar siempre del mismo lado. Y en esa perspectiva, reafirmar la agenda de los de abajo:

  • Alquileres y vivienda, como un eje es crucial. Porque el lobby que ganó en diputados, se encamina al senado, y ahí, la única garantía es la movilización. Pero en la Ciudad, hay margen de maniobra: necesitamos bancar una Ley de Alquiler social que grave la vivienda ociosa, que regule el precio de los alquileres en función de los ingresos de los inquilinos, camino hacia un plan de construcción viviendas en CABA, a gran escala. Hay recursos: con el superávit declarado, con un impuesto a las corporaciones radicadas en la CABA, se puede financiar un verdadero shock de construcción con fines sociales, no empresariales.
  • La salud y la educación, como prioridades concretas. Primero, jerarquizando el salario de sus sostenes, y después con presupuesto para infraestructura, equipamiento y todo lo necesario para asegurar el derecho social a tener vacantes en escuelas, a ser atendido en tiempo, forma y calidad en hospitales públicos. Y claro, reparar esa injusticia mayúscula: reconocimiento salarial, laboral y profesional a la enfermería.
  • El espacio público y los negociados del bloque de poder. Hay que anular las concesiones, darle un sentido de uso social, público, gratuito y de accesibilidad masiva a todo lo que hoy tienen secuestrados los capitalistas que orbitan en el universo de JxC.
  • Junto con anular el Código Urbanístico «IRSA», diseñar un Plan Verde Ambiental, no cosmético, sino estructural, de recupero de espacios públicos para el pueblo de Buenos Aires y de mucho verde para fortalecer la calidad de vida del conjunto.
  • Enfrentar y plantarnos firmísimo contra el ataque brutal como clima de época a los derechos de las mujeres y las disidencias. Política bien ofensiva en ese campo: con medidas para la mujer trabajadora, con jardines maternales en hospitales y todos los lugares de trabajo como obligación público-privada, y a la vez, reconocimiento por ley de las tareas de cuidado, altamente femenizadas. Refugios, en cada comuna para las víctimas de violencia. Y obvio: tomar los reclamos y hacer medidas concretas, del colectivo LGBTI.
  • Hay que desmantelar el narco en los barrios populares, y eso es urbanizando, eso es descabezando toda la maldita policía de la Ciudad, barajando y dando de nuevo en ese sentido y en el plano de la Justicia, con una democratización total, ligada al control y selección social en caso tanto como en el de Seguridad.

En fin: con esta agenda como GPS, con un tipo de campaña bien militante de cuerpo presente recorriendo y recorriendo, queremos sostener un mensaje contundente. Ni miedo a la derecha, ni resignación al no se puede: el Frente de Izquierda en CABA, es la opción en defensa propia de la mayoría que ni especula, ni lucra con lo que es de todos. Tenemos ocho semanas hasta la próxima estación: el 22 de octubre.

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