Un incendio de pastizales, cuyo origen aún se está tratando de dilucidar, provocó que se afectaran líneas de alta tensión de Edesur y que salten las protecciones de un puesto de interconexión eléctrica de la misma en la zona de la autopista Perito Moreno, en el barrio de Villa Lugano.
Como consecuencia, a partir de las 14 horas media ciudad se quedó sin electricidad. Fueron más de 300.000 usuarios sin luz de los barrios de Parque Chacabuco, Caballito, Mataderos, Flores, Parque Patricios, Parque Avellaneda, Liniers y Villa Luro, Pompeya, Constitución y Villa Lugano (zona Autódromo), entre otros barrios de la Ciudad. También afectó a una zona del municipio bonaerense de Lomas de Zamora y a las líneas C y H de subte.
Cuando escribimos este informe, se empieza a restituir el servicio y la empresa habla de un atentado intencional.
Lo cierto es que este corte habla de la precariedad con que las empresas privatizadas de electricidad tratan el suministro. La falta de mantenimiento elemental hace que una combinación de pastos altos, temperaturas elevadas y viento pueda dejar a cientos de miles de familias sin luz en la Ciudad de Buenos Aires.
Esto ocurre cuando acaba de comenzar el verano. Pensemos que millones de familias, comerciantes e industrias se ven afectados por estos cortes. La gente que pierde toda la comida de la heladera, la que se queda sin agua, los que tienen que subir muchos pisos cuando no funciona el ascensor, las pérdidas irrecuperables de los pequeños comercios de alimentos que no tienen generadores de emergencia, el sufrimiento de ancianos y enfermos que viven solos… Todo agravado por la pandemia.
Hace apenas 48 horas el secretario de Energía, Darío Martínez, afirmó que con el 2020 termina el congelamiento tarifario decretado por la pandemia, y que van producirse más cortes en el verano porque mucha gente se va a quedar en casa y no va a salir de vacaciones a otras latitudes.
Mientras el grupo Vila-Manzano, allegado al gobierno vía Massa, está tratando de quedarse con la propiedad de Edenor; y las empresas que se han enriquecido con los tarifazos del gobierno de Macri exigen voluminosos aumentos, el gobierno nos anuncia subas y cortes.
Aquí se termina el discurso progresista de Alberto y de Cristina. El tarifazo es parte del ajuste, por más que prometan mantener unos pequeños subsidios miserables que no cubren casi nada del consumo a los sectores populares. Los cortes anunciados con la excusa de la pandemia, son producto de empresas que no invierten y solo quieren ganancias extraordinarias.
Es hora de parar con tanto robo y con el modelo de servicios públicos privados que tanto los gobiernos pejotistas-kirchneristas anteriores y el actual, como el macrismo, mantuvieron. Hay que reestatizar sin pago y con control de trabajadores y usuarios todas las empresas de energía del país y los servicios públicos esenciales.