Este sábado se realizó un homenaje a nuestro compañero Eduardo, “Edu”, Montenegro en nuestro local en Almagro. Llanto, recuerdos y risas de un compañero de esos que no hay dos iguales.
A local repleto, primero se vio un video donde se mostraba a Edu en cada una de sus ámbitos: siendo telefónico (su laburo aunque su gran pasión), en familia, fanático de Lanús y su última experiencia: siendo Jubilado de izquierda. Estuvieron presentes familiares, amigos, compañerxs, diferentes organizaciones sociales, políticas y de lucha. También se realizó un saludo en nombre de la dirección nacional de nuestro partido, el MST-FIT Unidad, por parte de Mariano Rosa y Guillermo Pacagnini.
De todas las maneras, Edu logró instalarse en el corazón de todos los que estábamos ahí. Y quedó demostrado en cada uno de quienes tomaron la palabra: ex-compañeros telefónicos, que contaban que Edu siempre estuvo pegado a la base y no solo por una cuestión de listas y en defensa del trabajo, sino como amigo y un compañero atento a resolver cada problemática personal de sus pares.
Sus compañeros de Jubilados de Izquierda y sus cafés, anteriores y posteriores a las reuniones. La asamblea de Caballito y sus anécdotas de que se parecía a Trotsky. Su familia y sus discusiones de los asados de los domingos. Sus compañeros de militancia de MST-Caballito y sus vivencias en la lucha, también entre bailes y vinos.
Edu era un imprescindible, siempre:
Un compañero y hermano atento, que nunca dejaba la familia atrás.
Un vecino de Caballito, que nunca faltaba a una asamblea.
Un jubilado, que en vez de ponerse a descansar y disfrutar, decidió luchar hasta el último momento de su vida. Literal.
Un obsesionado por el debate, la reflexión, la organización, la respuesta política.
Un militante, obrero, telefónico, padre, abuelo, revolucionario y profundamente internacionalista. Un “prole trosco” con todas las letras.
Y como dije antes, entre risas, recuerdos y muchas lágrimas, todas y todos llegamos a la misma conclusión: no hay dos fuegos iguales como Edu. Nos cautivó con su simpleza, su sensibilidad y su compañerismo incondicional. Vamos a recordarlo siempre.
Gracias a todos los que hoy pudieron acercarse y un abrazo a sus familiares y cercanos. Acá, seguiremos luchando por el mundo al que él le dio 40 años de su vida: uno donde gobernemos las y los trabajadores ¡Hasta el socialismo siempre, Edu!