A principios de mes la ministra publicó en sus redes la detención de un hombre que supuestamente traficaba en la frontera con Mendoza. Suposición errada: no era cocaína lo que transportaba, era talco para pies.
Una ministra poco eficient-e
El 6 de octubre, la ministra de Seguridad compartió en su red X bajo el título Mucho talco, poco eficient-e, una publicación celebrando que la gendarmería había incautado 2 kilos de cocaína en un paso fronterizo en Mendoza, al detenido se lo acusaba de haber ocultado la droga en envases de talco.
MUCHO TALCO, POCO EFICIENT-E
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) October 6, 2024
Un hombre intentó burlar un control en Mendoza, llevando más de 2kg de cocaína ocultos en envases de talco dentro de un micro de larga distancia. Pero la Gendarmería lo descubrió rápidamente gracias a su nerviosismo y actitud sospechosa.
¡La… pic.twitter.com/nWmdEauzmQ
Este jueves, casi un mes después de la detención, trascendió que un estudio de laboratorio demostró que en los envases del producto de higiene personal no había rastro de droga alguna. El juez Alberto Careli dictó el sobresemiento del único detenido, Maximiliano Acosta, quien estuvo detenido 21 días, incluso algunos de ellos en una cárcel federal por este grosero error.
La ministra busca aparentar en sus redes un supuesto control sobre el delito, mientras las redes de este siguen intactas. Su ministerio está a disposición del relato del gobierno, siendo el mismo que quiso instalar que la niña reprimida por la policía el día del veto al aumento jubilatorio fue gaseada por manifestantes. Ante este hecho, hasta Feinmann pidió su renuncia.
También usan los recursos del Estado para perseguir y boicotear las luchas gremiales, como se vio en el reciente paro de transporte. Sin olvidarnos del protocolo anti-protesta que viola los derechos constitucionales.
El apuro por instalar el relato de un ministerio que se enfoca en reducir el delito, mientras no se producen resultados económicos que impacten en el bolsillo de la gente producen estos groseros errores que dejan en ridículo a la propia ministra.