La semana pasada asistimos con bastante estupor a las imágenes en las que la policía y las fuerzas represivas de Bullrich, en medio de la represión por la movilización contra el veto a la movilidad jubilatoria, gaseaba a una niña de 10 años. Mucho ya se ha dicho, desde aquí algunas reflexiones para pensar y para tener en cuenta en estos momentos.
Veto, represión y gases para todes
Como ya lo repitió un Milei exaltado el domingo en su discurso, veto a veto pretende gobernar. Y sabe que eso solo será con represión.
Así fue el pasado miércoles, la represión de Bullrich se desarrolló cuando solo quedaban unos cuantos en Congreso y avanzó sin ningún criterio.
⭕ #Represión De la mano de Patricia Bullrich el gobierno que le niega un aumento a los jubilados, se gasta lo mismo que una jubilación mínima en cada granada de gas lacrimógeno para reprimir niños y a ancianos. pic.twitter.com/eiFXqJUXek
— Periodismo de Izquierda (@PeriodismoDeIzq) September 11, 2024
Por supuesto que después de ese evento hubo diferentes opiniones. Hasta los periodistas más cercanos al gobierno criticaron el accionar represivo de las fuerzas de Bullrich. Las fuerzas del cielo bajaron como una tromba cuando ya la mayoría de las personas que habían movilizado se habían retirado y descargó toda su furia contra viejas, viejos, jubilados y personas que los acompañaban, entre ellas una niña de 10 años. La primera reacción de la ministra fue negar lo sucedido y responsabilizar a terceros de haber gaseado la niña y no las fuerzas represivas.
Eso fue repetido en varios medios, entre ellos el propio Feinman que estuvo varios bloques de su programa repitiendo esa barbaridad hasta que por supuesto tomó nota que no era así, y tuvo un cruce con la ministra por hacerlo pasar vergüenza en público.
La reacción de Bullrich cuando fue descubierta esa mentira y con claridad en vídeos e imágenes se ve a al policía gaseando a la niña fue defender al policía y a todo el operativo. Y rápidamente responsabilizó a la madre, “ese no es un lugar para una niña”, la movilización no es un lugar para llevar a niños según el discurso del gobierno. Entonces, ¿estaría bien gasear a la niña? Pero ¿Es así? ¿Cuáles son los lugares seguros para niños?
La seguridad para las infancias que plantea este gobierno
En fin, los lugares que Bullrich de primera mano puede contestar como lugar seguro para los niños son lugares que no son para ellos o hoy no pueden habitarlos con tranquilidad y seguridad.
Es evidente que este gobierno no solo ensaya explicaciones y respuestas bastante mediocres, sino que además tiene una crueldad muy manifiesta. Para Bullrich, el lugar de los niños podría llegar a ser la cárcel. Está planteando un proyecto por la baja de la imputabilidad a los 14 años, lo que indicaría que entonces el lugar para los niños podría ser mejor la cárcel. Un proyecto nefasto que muestra que los niños, que las infancias no les importan.
Las escuelas no terminan siendo un lugar que los acoge, porque en muchos casos cuando hace frío no pueden prender una estufa, o si se quieren lavar sus manitos no tenemos agua, o cuántas veces no tenemos qué darles de comer cuando tienen hambre y les cruje la panza.
Una escuela que se cae a pedazos, sin luz, sin gas, sin condiciones de infraestructura garantizadas, sin sueldos dignos, sin ningún recurso para los presupuestos educativos. La única respuesta que plantea este gobierno para la educación pública fue de recorte, recorte del FONID, recorte de porcentaje del PBI para presupuesto 2025, y “la esencialidad”, en donde los niños pueden estar en cualquier condición en esa escuela, no importa si se aprende, no importa si se enseña. Lo importante es garantizar que la escuela sea un “contenedor” de pibes. ¿Las escuelas no deberían estar en condiciones para que las infancias habiten ese lugar?
Sus casas tampoco terminan siendo lugares con paz ni para ellos ni los adultos, realidades de papás cansados, de papás que tienen que trabajar muchas horas, de papás que no tienen qué darles de comer. Con papás que ya no pueden quedarse en casa, turnarse o pagar una niñera.
Hoy en nuestro país más del 50% de los niños son pobres y más de 11 millones se van a dormir sin cenar. Los niños de nuestro país no tienen lugar seguro. Seguimos buscando a Logan y seguimos buscando a tantos pibes que ni esta ministra de Seguridad, ni este gobierno pueden garantizar cuidar. Porque el ajuste de Milei, el ajuste brutal de este gobierno y el FMI lo único que ha hecho es garantizar el despoje, el recorte y la marginalidad también para todos nuestros niños.
Movilizamos y nos cuidamos
En varias entrevistas, esta pequeña de solo 10 años, Fabrizia, dijo grandes verdades. Habló de cómo se indigna cuando les pegaban a los viejos, cómo se indigna que los maten de hambre, de cómo se indigna de esta realidad que estamos viviendo.
La movilización está llena de militantes que tienen este sentir, que quieren ir contra el ajuste, que se indignan cuando le pegan a un viejo, que se indignan cuando un viejo no puede comer o no puede comprar sus remedios, que se indignan con el veto de Milei que evita que a los jubilados les den míseros 17 mil pesos, mientras la casta hace un asado para festejarlo.
La movilización está llena de esos sentires, de esa gente que se indigna y que es sensible ante la injusticia para lo con los otros.
Sí, la movilización es un lugar seguro para una niña de 10 años que se indigna con la injusticia, estará entre militantes, porque allí nada le va a pasar, allí va a compartir los sentires, allí va a poder expresar su bronca, allí va a poder movilizar en paz, acompañar a los viejos y gritar todas sus verdades.
La inseguridad es Bullrich, que lo único que hace es garantizar con su protocolo la persecución a los que protestan, recortar el derecho a la libre expresión y por supuesto y fundamentalmente perseguir a todos aquellos que quieren luchar contra este ajuste.
La movilización se convierte en insegura con Bullrich, con sus fuerzas represivas, con su protocolo inconstitucional e ilegítimo, con un protocolo que desafía cualquier ley nacional, cualquier tratado internacional o cualquier pacto y protocolo sobre derechos humanos a nivel internacional.
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La niña de 10 años solo está insegura en una movilización porque existe Bullrich, quien garantiza que la represión sea lo más brutal que se pueda, no importa si es contra los viejos, contra los niños, contra los más desvalidos o contra una pequeña de 10 años.
El derecho a la protesta, a peticionar ante las autoridades, el derecho a movilizar es el derecho que garantiza todos los demás. Existe en el plexo de nuestra Constitución para que todo ciudadano asegure y resguarde sus garantías constitucionales.
Y luchando también se educa a los niños, es la mejor manera de aprender como defender sus derechos. Fabrizia es un hermoso ejemplo de estas infancias que reciben una educación basada en derechos y garantías.
Bullrich debe dar explicaciones, es responsable directa de estos operativos y de un protocolo que claramente va en contra de ese primer derecho con el único objetivo de avasallar todos.
Seguimos reclamando a la justicia que declare la inconstitucionalidad del protocolo, pero seguiremos en las calles, movilizados, enfrentando este ajuste y esta política siniestra donde con asado se festeja que los viejos no coman y se gasean a las infancias para que la libertad avance.