Patricia Bullrich dejará el Ministerio de Seguridad para asumir como presidenta del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en el Senado. La decisión, anunciada por Javier Milei, consolida su peso dentro del oficialismo y revela una fuerte interna con Victoria Villarruel, cada vez más relegada dentro del esquema libertario.
El desembarco de Bullrich en la Cámara Alta marca un nuevo capítulo en su trayectoria política, caracterizada por la persecución de la protesta social y la criminalización de los movimientos populares. Durante su gestión en Seguridad, impulsó una política represiva que dejó múltiples casos de violencia institucional, con trabajadores, estudiantes y pueblos originarios como principales víctimas.
Ahora, Milei la coloca al frente del bloque oficialista con el objetivo de “ordenar y cohesionar” a los senadores de LLA, en un intento por garantizar disciplina y fidelidad en un Congreso fragmentado. Desde los sectores libertarios celebran su llegada como una muestra de “firmeza”, pero en la práctica su perfil confrontativo amenaza con profundizar las tensiones internas.
El movimiento también deja al descubierto la disputa con Villarruel, quien buscaba afirmarse como voz propia dentro del espacio y ahora ve reducida su influencia en el Senado. La designación de Bullrich se interpreta en ese marco como un desplazamiento político que reconfigura las relaciones de poder al interior del oficialismo. Su llegada al Senado, lejos de representar renovación o apertura, refuerza el rumbo de confrontación que domina al gobierno libertario desde sus inicios.
En un contexto de ajuste, recesión y creciente conflictividad social, la figura de Bullrich aparece como la garantía de que la respuesta del oficialismo ante el descontento popular será la misma que ya demostró desde el Ministerio de Seguridad: represión, persecución y silencio frente a los reclamos legítimos del pueblo trabajador.
Como en cada empate del gobierno, va a ser necesario salir a enfrentar las medidas del medioevo que se impulsen en el Senado con la represora Bullrich a la cabeza.

