Con esa consigna, el miércoles 14 de abril el dirigente de izquierda Alejandro Bodart, coordinador de la Liga Internacional Socialista (LIS), junto a Cele Fierro, ambos dirigentes del MST en el FIT Unidad, encabezaron un acto político de repudio a Jair Bolsonaro ante la sede de la embajada de Brasil en Buenos Aires, en Cerrito al 1300.
La iniciativa había sido resuelta en el reciente congreso del MST frente a la gravísima situación sanitaria y de crisis social que atraviesa el país hermano. Decenas de jóvenes militantes llevaban banderas del MST, de la LIS y portaban pancartas con el rostro del presidente brasilero simulando un virus, que decían “la cepa Bolsonaro: peligro mundial” y “todo el apoyo al pueblo de Brasil”.
Al inicio de la protesta habló Cele Fierro, quien denunció que “con el desastre del gobierno de Bolsonaro, el Brasil pronto va a alcanzar la tremenda cifra de 400 mil muertos, superando incluso a Estados Unidos y a la India, que tienen mayor población”. Luego se difundió un audio enviado desde Brasil por una militante de Alternativa Socialista, la sección de la LIS en ese país, explicando que “al desastre en el plano sanitario se le agregan las consecuencias sociales de las medidas económicas de brutal ajuste que Bolsonaro aplica contra el pueblo”.
Luego Bodart afirmó: “Brasil es el colmo de la brutalidad. Bolsonaro es la máxima expresión de la decadencia capitalista: ha negado la enfermedad, ha llamado a no vacunarse y a seguir trabajando, que es la esencia de su negacionismo para garantizarle los negocios a la burguesía brasilera. Es importante el repudio mundial a los Bolsonaro, porque hay que sacárselos de encima. Lo mismo a los gobiernos estaduales de ese país, que son de otros partidos, pero que también van a abrir la economía. Detrás del discurso anticuarentena hay intereses económicos, de los sectores capitalistas que exponen a los trabajadores al riesgo de enfermar o morir con tal de que les sigan produciendo ganancias. Sigamos esta campaña de la LIS y exijamos a quienes se dicen distintos a los Bolsonaro, como el PT y la CUT de Brasil, que dejen de dormir la siesta y tomen medidas contra los poderes establecidos. No lo hacen porque de hecho son cómplices”.
“En todos lados hacen falta medidas reales ante la segunda ola. Aquí, en Diputados presentamos un proyecto para tener vacunas para todas y todos, pero no quedan acá: se van a Estados Unidos, que tiene más vacunas de las que necesita. Pero no hay decisión política de tocar ese laboratorio, cuyo dueño es amigo del gobierno, que le devuelve el favor no tocando sus intereses de clase. Para liberar las patentes no basta firmar un papelito, como hizo el gobierno: hay que ir por las vacunas y los laboratorios, afectar los intereses de los capitalistas. Por ejemplo en Capital hay tres veces más camas de terapia intensiva en el sector privado que en el hospital público, por eso hay que seguir peleando por la unificación en un sistema estatal único. Y habría que parar por un mes la economía, por supuesto con plata y ayuda social, garantizando el salario y que no haya despidos. Y se puede si se cobra un verdadero impuesto a los ricos y se deja de pagarle al FMI. Pero sólo desde la izquierda tenemos esas propuestas de fondo y por eso debemos explicárselo a la sociedad y continuar esta lucha”, cerró Bodart.