Luego de varios días de tensión y tironeos en el armado de las comisiones, desde las 14 del martes el megaproyecto de ajuste que envió el presidente en el marco del período de sesiones extraordinarias comenzó a ser tratado en la Cámara baja. Milei presiona, pero probablemente el tratamiento se demore más de lo previsto.
“Lo que no se negocia es el norte”, precisó Martín Menem un día antes de iniciar el demorado debate. Cuestionado por dilatar la conformación de la Comisión Bicameral, el presidente de la Cámara de Diputados -al igual que el oficialismo- al parecer no está tan dispuesto a escuchar sugerencias para incorporar a la mega ley que el presidente envió hace casi dos semanas al Congreso, si tras su declaración el legislador riojano inmediatamente afirma que “hay un sector de la política que es una máquina de impedir”, anulando toda posibilidad de diálogo. Para qué aclarar, que oscurece. “No vamos a negociar nada”, había dejado asentado este fin de semana Milei en Radio Mitre.
A pesar del clima de presión, la falta de acuerdo en la asignación de roles y el escándalo desatado por la autodesignación de Espert como presidente de Presupuesto y Hacienda , el plenario de comisiones (Legislación General, Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales) designadas para el martes de 14 a 20 horas y el miércoles de 9 a 20 horas finalmente despegó la actividad parlamentaria. Media hora más tarde de lo pautado arrancó el debate en la sala de reuniones del segundo piso en el “Anexo C” de la Cámara baja, aunque no sin tensión con el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) y el bloque de Unión por la Patria (UP).
Si bien el “ala dura” de la oposición reclama la presencia de los nueve ministros del Gabinete en el Congreso, en Casa Rosada querían enviar subsecretarios o exponer por videoconferencia. Por lo visto, la urgencia solo prima para ciertos preámbulos, como que los diputados tengan que mandar por anticipado las preguntas vía mail, lo cual suscitó la crítica de varios sectores. El oficialismo necesita el apoyo del Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal para aprobar las 351 páginas y más de 880 artículos del megaproyecto ajustador que desguaza al Estado y puntualmente a la clase trabajadora, los sectores populares y medios.
Todos al banquillo
Finalmente, los funcionarios que asistieron el martes fueron el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, quien hizo un breve repaso de las asistencias; el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, que tomó la palabra reiteradas veces para tratar de explicar la drástica reforma del Estado, y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, para brindar detalles sobre los cambios en la Justicia. “Hoy tenemos un régimen de Justicia y Penal que ha fracasado”, afirmó el último, ya que según su óptica, la supuesta modernización que propone no es otra cosa que la entrega de los mismos a la gestión privada, un modelo que termina abandonando por completo el ya debilitado rol social del Estado.
Cómo sigue el debate en Diputados
Los integrantes de las comisiones continuarán mañana de 9 a 20 horas en un cronograma acordado por los titulares de esos tres cuerpos parlamentarios: los representantes de La Libertad Avanza (LLA) Gabriel Bornoroni y Nicolás Mayoraz y el de Avanza Libertad, José Luis Espert. Este miércoles expondrá el ministro del Interior, Guillermo Francos, en lo referido a lo electoral, las circunscripciones uninominales (eliminación del sistema D’Hondt), su política ecocida y turismo. Seguirá la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para explicar su autoritario protocolo antiprotesta y el plan antiderechos, y otros funcionarios de Economía lo harán sobre cuestiones impositivas, fiscales, la fraudulenta deuda externa, entre otros temas. El jueves estarán en el plenario de comisiones los funcionarios de Educación, Niñez y Cultura, en tanto que cerrará el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, con transporte, concesiones e incentivos a las inversiones.
Dura lucha en varios frentes
El diputado Gerando Martínez de Unión por la Patria inició la discusión reprochando las ausencias de los artífices de semejante reforma, en especial la del ministro de Economía, Luis Caputo; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse y el asesor presidencial, Federico Sturzenegger. Luego, Myriam Bregman del FIT-U criticó duramente la actitud de recibir sugerencias en vez de debatir abiertamente y reducir el tratamiento a tres comisiones en vez de treinta, a las que tendría que haber sido girado el proyecto que pretende llamarse Ley Ómnibus, pero que “más que un ómnibus, parece un tren fantasma.”
A medida que las horas pasaban, los ánimos se iban caldeando. Margarita Stolbizer, actual líder del Partido GEN y exdiputada de la UCR, notoriamente sigue estancada en diferencias con peronismo, ya que en vez de enfocarse en el peligro que se avecina y tratar de encontrar soluciones, pierde tiempo en buscar los responsables de “una crisis en gran medida heredada por el muy mal gobierno que precedió al actual y que dejó entre otras cosas una inflación que trepa al 200 % y la mitad de la población en condiciones de pobreza”.
Mientras Leandro Santoro, diputado de Unión por la Patria, le pide “al radicalismo que reflexione, ya que están discutiendo sobre la privatización de YPF, la privatización de aerolíneas, empresas públicas que dan ganancias“. Sin embargo, como subrayó Christian Castillo, diputado del Frente de Izquierda Unidad, “entre el DNU y las facultades delegadas están pidiendo consagrar una autocracia”. Como el Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, por si quedaban dudas dejó asentado que “si se agrava la crisis económica, no va a haber Constitución vigente”.
Freno al ajuste y los aires golpistas
Para garantizar un cambio de rumbo hay frenar este feroz proyecto desregulador y avance autoritario que arrasa con conquistas históricas, retrocediendo en un sinfín de aspectos económicos, sociales y políticos, restringiendo en especial las libertades y derechos civiles. El déficit fiscal y la emergencia económica son excusas que solo tienen como derrotero transferir poder y ganancias a los grandes capitalistas. Mientras tanto, la inflación y las tarifas no paran de subir, y los salarios y la pobreza de bajar.
Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad reafirmamos la necesidad de dar pelea en todos los terrenos: en el Congreso, en la Justicia y, fundamentalmente, en las calles, para derrocar esta entrega. Poniendo en pie una verdadera alternativa política que empodere a la clase trabajadora y grave a los grandes capitales, para que sea la verdadera casta quien pague la crisis y no el pueblo. Cada asamblea, movilización, cacerolazo y el paro del 24, serán decisivos a la hora de delinear el escenario inmediato, futuro y los resultados institucionales.