El segundo juicio por el femicidio de Anahí Benítez, la adolescente de 16 años que fue retenida, drogada, violada y estrangulada en 2017 en la reserva Santa Catalina de la localidad de Lomas de Zamora comenzó hoy, miércoles 1 de marzo. Por ende vuelve al banquillo de los acusados Marcos Bazán, un perejil como ya se demostró, y para quien no cabe más que la absolución. Es necesario una investigación a fondo para que los verdaderos culpables sean los que paguen.
Justicia real por Anahí es descartar el perejil e ir por los verdaderos culpables
Hoy participé de la primera jornada de este segundo juicio con mis compañeres de Juntas y a la izquierda y del MST. En efecto, en el segundo juicio Marcos Bazán vuelve a transitar la acusación por el femicidio de Anahí. Marcos había sido condenado a prisión perpetua en el primer debate, que fue anulado a fines del 2021 por el Tribunal de Casación Penal bonaerense. La anulación fue fruto de la intensa movilización por su inocencia. En todo el proceso se demostró que no había ningún vínculo posible entre Marcos y Anahí, ni tampoco con el designado como responsable de la violación y muerte de Anahí, Villalba. Por ello se ordenó la realización de un nuevo proceso.
La Sala I cuestionó duramente al tribunal que condenó a Bazán, ya que para dictar la perpetua los jueces tuvieron en cuenta un peritaje que calificaron como “clave”, realizado por el reconocido perro “Bruno” y su instructor Diego Tula, de la Brigada Canina de Escobar. Este can “descubrió” el rastro odorífero de Anahí dentro de la casa de Bazán y la presencia del propio imputado en la fosa donde se halló el cadáver de la víctima, a 235 metros de su vivienda. Pero dicho peritaje tuvo serias irregularidades, no se siguió el protocolo determinado, y fue inducido el can.
Marcelo Sergio Villalba (46), que en junio de 2020 dejó de ser juzgado en la segunda jornada del primer debate porque se concluyó que era un “psicótico” y que no estaba en condiciones de estar en el juicio, está detenido. Su perfil genético fue hallado en el cuerpo de la víctima; además de que el celular de la chica fue encontrado entre sus allegados.
La investigación fue deficiente, con encubrimiento y complicidad policial, muchos de esos efectivos fueron desplazados posteriormente, por lo que basar la acusación sobre Marcos Bazán en procesos tan deficientes es seguir encubriendo y negarle a Anahí y su familia, justicia. Villalba es la punta del iceberg desde donde hay que tirar para llegar a los verdaderos responsables.
La injusticia engendra violencia
La deficiente investigación y un proceso judicial con el primer juicio irregular no solo le niega la justicia a Anahí; sino que además de violentar todos los derechos humanos de Marcos, hay un ataque sistemático contra su familia y amigos, en especial con su compañera Florencia. Desde algunos medios de comunicación y allegados a la familia de Anahí han vertido versiones sobre la supuesta responsabilidad de Florencia en el femicidio de Anahí, usando mentiras y falacias, basta mirar la causa para desmentir y afirmar que Flor no es ni cómplice ni autora material de ningún hecho y no es convocada en la acusación.
La estrategia de la parte acusadora de ensuciar a la compañera de Marcos es un acto de violencia de género, que ataca directamente a Florencia por ser mujer y ser la compañera de Marcos. Hoy en la primera jornada vimos ese accionar en la entrada al juicio, accionar que no avalamos. Es necesario una nueva y profunda investigación que brinde tranquilidad a la familia de la víctima, que otorgue justicia por Anahí y la absolución a Marcos y a su entorno. Basta de violencia con quienes acompañan este pedido.
Desde Juntas y a la Izquierda seguiremos acompañando este pliego de exigencias y enfrentando el encubrimiento policial y judicial en el distrito de zona sur donde más desapariciones y femicidios se registran.