La docencia protagonizó el primer paro al Frente de Todos en casi tres años. Un millón de docentes se plantó contra el ajuste salarial y presupuestario, la precarización laboral y el avance de una reforma educativa. Es necesario volver a nacionalizar esa conflictividad educativa.
No solo fue el primer paro nacional del sector docente luego de 1.006 días sin llamar a ninguna medida, ante un gobierno que la burocracia kirchnerista considera “progresivo” sino que fue el primer paro nacional de gremios considerados de los batallones pesados en la CGT y las CTA.
Como muestra la docencia de Santa Fe, asistimos a potentes conflictos provinciales con apoyo de la comunidad, las familias, estudiantes, comerciantes y otros sectores populares y de trabajadores. Incluso en un apoyo activo como en Mendoza o La Rioja, donde las familias no enviaban sus pibes en solidaridad con lo justo del reclamo. Al ver la situación en la que se están la escuela pública y sus educadores en esta “nueva normalidad” pos pandemia por los abusos y recortes de gobiernos del PJ o la derecha. Y entender que si gana la docencia, ganamos todes.
Esto trae consecuencias concretas en varias provincias. Porque la docencia, al ser el sector mayoritario del Estado, logra acaudillar el reclamo de otros sectores estatales y de la salud. Haciendo que los aumentos se trasladen al conjunto. Incluso a docentes de colegios privadas, al ver el contagio y fuerte irrupción de este sector en las luchas.
Unificar los reclamos ante la pérdida salarial
El denominador común, que está en la base de estas rebeliones, autoconvocatorias, desbordes y exigencias a las burocracias sindicales, es la pérdida salarial ante una inflación desbocada por el agronegocio y los especuladores, que el gobierno “popular” deja correr.
El muro de contención de la burocracia docente se resquebrajó tras años de parálisis. La Celeste ya no detenta el monopolio de los paros y la calle. Se le pasa por encima donde la precariedad salarial fuerza a la docencia a salir, sin pedir permiso a sindicalistas ni a ningún actor de la institucionalidad y el régimen democrático burgués capitalista.
Hay desigualdades, claro. En Entre Ríos, La Pampa o Buenos Aires la irrupción de las bases no logra aún superar el freno burocrático. Pero esas desigualdades encontraron resolución en la masividad que tomó el paro nacional, al ser un canal para tanta bronca acumulada y superar el 80% a 90% de adhesión.
Hoy, con la fuerte pérdida salarial y avances en aspectos de reforma educativa, si Kicillof no ve a la docencia ganar las calles, tiene que ver con el avance de la burocracia Celeste en las elecciones de SUTEBA y con una oposición Multicolor que no se postuló provincialmente y menos al verse golpeada por esos resultados.
Pero es una oposición que supo ganarse un lugar a fuerza de lucha, desborde y organización lo que se debería retomar. Ya que la mayoría de la Multicolor se niega a asumir este momento de auge o ascenso en la lucha, la conciencia y la experiencia con el gobierno.
Revertir el massazo educativo
La Celeste cree vivir sus “tiempos de gloria” kirchnerista pero en medio del ajuste, al aplicar el programa del FMI y la derecha, sobre todo a partir del “golpe” con Massa y el aval de Cristina. Por eso, ante el recorte por $ 128.000 millones en partidas que afectan a 6 ministerios, la Celeste-Violeta de CTERA se limita a un comunicado diciendo rechazar los recortes anunciados por Massa en el área educativa. Pero sin ninguna medida para revertir el ajustazo.
Algo inadmisible cuando el 40% de ese massazo es sobre Educación al recortar $ 50.000 millones. Como hacen con el Conectar Igualdad, donde recortan $ 30.000 millones (64% de lo que faltaba invertir). En Fortalecimiento de Jardines Infantiles, con $ 15.000 millones (42,4%). O en Infraestructura y Equipamiento, con $ 5.000 millones, el 24,3% de lo que restaba ejecutar.
Ante eso resulta patética la retranca en la mayoría de la Multicolor. Porque ante el massazo educativo, la lista nacional Multicolor no dice nada. Pese a proponerles exigir un nuevo paro nacional y un plan de lucha, que se busque coordinar a los sectores en conflicto, llamar a plenarios provinciales y también a un plenario nacional para ser un canal que ponga a tono a la Multicolor con el ascenso educativo. Algo mínimo para una lista que aspira disputar una CTERA para la lucha, de cara a las elecciones del 7 de septiembre.
Abordar el debate educativo y los intentos de reformas
De igual modo la Multicolor se niega a intervenir en el debate educativo y en la disputa ideológica, sobre los aspectos didácticos y pedagógicos, el currículo, cambios en la evaluación y los criterios de promoción. Al avanzar el gobierno con medidas que resultan una mala copia de lo que hace la derecha porteña, en Mendoza o Jujuy.
Kicillof parece seguir lo que hacen Larreta y Acuña en Educación para buscar cómo adaptarlo a la realidad bonaerense. Y avanzar sobre conquistas, con medidas que ni Vidal pudo desplegar como trabajar los sábados, a contraturno, sin el goce pleno del régimen de licencias ni estabilidad. O al avanzar en programas con docentes “por contrato” y recorte de derechos. O en el cese de 22.000 docentes ATR que luego no resuelven al otorgar módulos que salen a cuentagotas.
Igual con la 5ta hora que avanza, como si “cantidad” implicara “calidad”. En eso es responsable la Celeste que dijo oponerse, y que no se avanzaría este año sin tratarlo en paritarias., ya que implica cambios en el régimen de trabajo, la carga horaria, el salario. Pero luego aceptaron que se “avance a la ampliación de la jornada escolar, en el marco de acuerdos institucionales”. Y se ofrecen para brindar “asesoramiento” para eso.
También dejan correr medidas que vinieron para quedarse como la “contingencia” en la Primaria. La que implica a una maestra tener que absorber las clases de otro grado, al faltar una docente. Esto lo cubrían con ATR, pero ahora las maestras deben correr de un grado a otro, sin tiempo libre para corregir, planificar o revisar sus prácticas, con fuerte carga de agotamiento. Son aspectos de una reforma bonaerense que impulsa la Celeste también en los niveles Inicial y Secundaria, donde todo se cruza para que cada docente vea cómo “retener” estudiantes.
¿”Combatiendo al capital” y el ajuste con el gobierno que ajusta?
Para justificar todo esto, la Celeste insiste en su trillado argumento posibilista, con la supuesta “relación de fuerzas” desfavorable, y que si no “viene Macri”. Donde todo es culpa de los 4 años macristas, para esconder que van casi 3 años de un Frente de Todos que gerencia el ajuste del capitalismo semicolonial argentino.
Por eso, en la pasada marcha del 17, este sector de Yasky, Baradel, Sonia Alesso de CTERA y la Celeste fue el ala de la burocracia más obsecuente en defender al gobierno, su ajuste salarial y presupuestario y las reformas que impulsa. Las que implementa con aval unánime de la derecha en el Consejo Federal de Educación. Como con la imposición de la 5ta hora en Primaria.
Quien más claro expresó ese análisis-justificación fue Yasky, al decir que el 17 marchaban para enfrentar “al golpismo que anida en la derecha y piensa que pueden llevarse puesto a un gobierno popular”. Y afirmar, para no dejar dudas, que “esta marcha es para decirles que no van a poder, el pueblo está en la calle para defender a quien votó”.
En esa tónica hablaron también Baradel y Laura Torre, la Secretaria Adjunta que ofreció a SUTEBA para bancar al gobierno de Massa y Cristina, con un Alberto pintado: “Los docentes le decimos al gobierno que mientras haya coraje de avanzar, acá estamos para avanzar”. Todo esto es inadmisible ya que no tienen mandato para tal claudicación.
Congreso pedagógico como salida democrática
Así rifando la escuela que queremos detrás del ajuste fondomonetarista y los lineamientos anti-educativos de la OCDE, el Banco Mundial y las corporaciones del negocio educativo. Por eso, frente a esa discusión pedagógica, debemos levantar una propuesta democrática: un Congreso Pedagógico Nacional como salida. Incluso partir de la formulación unificada que votamos como mandato Multicolor de “Política Gremial” en el pasado Congreso de SUTEBA. Para exigir un Congreso Educativo Nacional donde les docentes, les estudiantes y la comunidad decidamos qué modelo de educación para qué modelo de país.
Esta propuesta deber ser para la acción, junto a la exigencia de paro y plan de lucha para nacionalizar el conflicto educativo.