El 4 de abril en el marco del paro nacional de CTERA, a 17 años del asesinato de Carlos Fuentealba; una fecha sentida por todos los docentes se realizaba una acción en congreso de docentes y jubilados, que fue reprimida. Mientras Manuel Adorni el vocero presidencial anunciaba, en un nuevo ataque a la educación pública y los derechos democráticos, la presentación de un proyecto para la modificación de dos artículos de la ley de educación nacional para penar el “adoctrinamiento” en las escuelas. Una nueva provocación y ataque a la escuela pública que es la que garantiza y promueve la libertad de pensamiento. Un nuevo intento de callar las voces, y que la única voz sea la del gobierno. El adoctrinamiento para la libertad de pocos.
¿Qué conllevan estas modificaciones?
“Por decisión del gobierno nacional se va a enviar un proyecto de ley para modificar los artículos 11 y 126 de la Ley de Educación Nacional, con el objetivo de penar el adoctrinamiento en las escuelas” y “Además de esto, el Ministerio de Capital Humano se va a encargar de poner a disposición un canal para que los padres y alumnos puedan denunciar el adoctrinamiento y la actividad política que no respete la libertad de expresión. En definitiva, van a poder denunciar cuando sientan que no se esté respetando su derecho a educarse” anunciaba el ese día el vocero en la conferencia de prensa. Aunque luego diferentes responsables del gobierno del sector declararon ante distintos medios que “no hay conocimiento de cuándo, cómo, con qué parámetros y sustentos, se implementaría esta modificación”.
Las modificaciones se plantean sobre: el artículo 11 de la Ley N° 26.206 define cuáles son los fines y objetivos de la política educativa nacional. Allí se enuncian los principios éticos y democráticos de la participación, la libertad, la diversidad cultural, la igualdad y el “respeto de las diferencias entre las personas sin admitir discriminación de género ni de ningún otro tipo”.
El otro artículo, el 126, se refiere a los derechos de las y los estudiantes, y allí se enuncia el “respeto de la libertad de conciencia”. También del derecho a “participar de la toma de decisiones” sobre la institución e “integrar centros, asociaciones y clubes de estudiantes” en el marco de la vida democrática escolar.
No dejando en claro que se modificaría de estos artículos, ni en qué sentido. Pero estos artículos son los que garantizan, entre otros, la libertad de pensamiento, de participación y toma de decisiones de la comunidad educativa. Aunque queda claro que estas modificaciones lejos de buscar una educación pública de calidad, pretenden instalar un clima de persecución ideológica y recortar derechos democráticos y de expresión. En el marco de su ataque ideológico a la cultura fundamentalmente, al movimiento feminista y activistas medioambientales, a los jubilados, a los sectores que luchan; ahora busca profundizar su enemistad con la docencia, con una provocación evidente.
La educación es y será siempre un acto político, lo que quieren es escuelas que no enseñen a los estudiantes a tener pensamiento propio y crítico. Justamente y en contradicción a sus declaraciones; este nuevo anuncio, y todas sus manifestaciones sobre educación; buscan adoctrinar a las escuelas, para que descontextualicen el contenido de forma acrítica y formen estudiantes sometidos a la “única verdad”, la del poder económico. Escuelas que adormecen, no que transformen.
Aunque este anuncio tuvo su construcción previa, los ataques a la ESI (Educación Sexual Integral) los dichos de Milei sobre este derecho que está contenido en una ley nacional, y que junto con la IVE (Interrupción voluntaria del embarazo) es constantemente demonizadas, como “la ideología de género”, o “asesinato de bebes” al referirse al derecho al aborto. Derechos legítimos con plexo legal y carácter nacional son atacados con un adoctrinamiento sin ningún tipo de argumento más allá de los intereses ideológicas del gobierno y lo que representan, sin ningún respeto a la libertad de ninguno, ni respeto por la propia ley.
La participación de Javier Milei en el acto de inicio de clases en su ex colegio, el eclesiástico Cardenal Coppello fue quizá la verdadera muestra de adoctrinamiento y ataque a las libertades e ideas individuales. Allí, en medio de un discurso plagado de las “ideas libertarias”, se evidenció su desprecio por quienes pensamos diferente con la puesta en escena y hasta el ataque a algunos estudiantes descompuestos, con un alegato “anti zurdos” y en contra de la ESI (Educación sexual integral) a la que considera “parte de una agenda que tiene que ver con la destrucción de la familia, el núcleo social más importante” según sus propios dichos. El pez por la boca muere, y Milei es un pez que abre mucho la boca, faltando el respeto y denigrando derechos y conquistas con legitimidad y legalidad. Parece ser que este adoctrinamiento si va.
Milei estudiante aplicado, sigue el camino de sus formadores
Este mecanismo de denuncia en Argentina para “delatar la inculcación ideológica” en las escuelas ya había sido lanzado por Mauricio Macri, pero en ese momento no tuvo resultado ni fue para nada práctico. Aunque buscaba también la persecución de quienes en las escuelas permitimos los debates y elaboraciones sobre cuestiones de la realidad.
Eso se agudizo durante la campaña de búsqueda de Santiago Maldonado, que directamente prohibió se hable del tema en las escuelas. Persiguiendo a la docencia que se preguntaba ¿Dónde está Santiago Maldonado?
Pero lamentablemente no es su único guía de inspiración para la presentación de este proyecto, Jair Bolsonaro, es otro que pretende la escuela sin debate y con único pensamiento, el suyo. Contra la “ideología de género”, y a su vez promoviendo la educación a distancia, o el regreso de materias como Educación Cívica, materia que no existían en el país desde el fin de la dictadura.
También podemos encontrar similitudes en estas dos figuras en torno a la educación con la política de “vouchers educativos” en la que los dos acuerdan. En definitiva, el gobierno nacional nos trae el poco innovador refrito de modelos educativos que ya han fracasado y que claramente expresan persecución política. Un modelo que ve la educación como un negocio y no como un derecho. Y menos como un espacio para la elaboración de saberes colectivos, y el respeto a la diversidad de opinión.
La escuela es el lugar de elaboración de saberes, esos saberes, de ninguna manera son abstractos, ni aislados de la realidad. La construcción de ciudadanos críticos reflexivos y con ideas propias solo se garantiza si la escuela puede reflejar todos los debates en el marco de un paradigma democrático, y de construcción colectiva. La escuela pública es garantía de esa posibilidad. Solo atacándola pretenden desmontar el factor democrático, para implantar e imponer su única mirada. Un formato no solo adoctrinador sino ilegal. Debería modificar todo el plexo legal y la propia constitución para semejante atrocidad. Y hay resistencia a permitir un paradigma que reflejaría lo más nefasto de nuestra historia nacional.
La otra cara de la moneda
En el marco de este anuncio se realizó un importante paro docente de carácter nacional en donde se expresó el muy justo reclamo de centenares de miles de trabajadoras y trabajadores de la educación.
Si bien el 4 de abril es una fecha muy sentida para todos los docentes, como ya mencione, y este paro termino siendo inconsulto, también fue un recurso para reflejar la bronca acumulada en la base trabajadora del sector ante el brutal ajuste que viene llevando adelante el gobierno nacional de Javier Milei y el FMI, que se profundiza con el ajuste de los distintos gobernadores: bajos salarios, la quita del FONID (fondo de incentivo docente), el ajuste a las jubilaciones y los fondos de las cajas provinciales, así como las malas condiciones laborales y de la educación pública en general.
El paro y las acciones de esta jornada, que con desigualdades muestra que hay fuerza y predisposición a luchar si de verdad hubiera plan de lucha y a su vez se convocara de verdad a la docencia a una acción centralizada; cosa que no se hizo. A su vez teniendo en cuenta la actitud del Gobierno que, en vez de enviar soluciones, enviar reprimir a sus fuerzas de seguridad y además anuncia a través de su portavoz presidencial esta provocación y ataque a la educación pública; impone una vez más la necesidad de un verdadero plan de lucha. Que la burocracia Celeste de CTERA le ponga fecha a la marcha federal educativa que desde el congreso del 22 de febrero se votó realizar, para que la acción del 4 abril no termine siendo un paro aislado.
Pero también deja descubierto que ningún sector por sí solo puede ganar perse; se reafirma la exigencia a la CGT y las CTAs pongan la fecha y convoquen a un gran paro nacional activo y un plan de lucha. Que dejen de hablar y pensar la situación, y que convoque a un paro sea parte de un verdadero plan de lucha hasta derrotar todo el plan de ajuste y represión de Milei. El que recorta los salarios a la docencia y las partidas para escuela pública, mientras refuerza la privatización educativa con sus voucher y la persecución política con su idea de modificar la ley nacional de educación para garantizar el negocio a la Iglesia Católica y a las demás patronales que lucran con la enseñanza privada.
Hay fuerza para luchar como lo demostraron el 8M y el 24M y hay luchas en curso, solo unificando en plan nacional de lucha podremos lograr poner fin a Milei y a su ajuste.
Abril Ledesma