Foto de portada. Pedro Pallero
El sábado por la noche se dio la última fecha de Salas Tifón, un espacio de salas de ensayo y eventos culturales de Ramos Mejía, emblemático del oeste, por el que se movieron músicos, poetas, fotógrafos y escritores. Un lugar que dio cobijo durante 10 años a varias generaciones de artistas. En una época de ajuste a la cultura por parte de todos los gobiernos, recordar a los lugares que intentaron hacer las cosas de manera diferente es importante.

Salas Tifón fue allá por el 2014 un bicho raro para la organización de eventos culturales. El lugar no se quedaba con plata de las entradas y, en sus inicios, proponía alimentos no perecederos para comedores como precio del ticket. Una sorpresa para decenas de bandas under que en general vivían perdiendo plata para tocar al poner equipos, movilidad y, muchas veces, la plata faltante para cubrir el valor del local donde tocaban.

Un semillero de bandas y artistas
Ir a Tifón era encontrarse con artistas de los más diversos. Miles de bandas pasaron, algunas ya dejaron de tocar, otras siguen y otras hacen sus primeros pasos. Por citar un ejemplo, Winona Riders, previo a su show en obras, en una nota de la Rolling Stone nombraba a este espacio como uno de los emblemáticos de su carrera.
También fue un espacio de encuentro para las ferias de emprendedores, de venta de objetos retro y los ciclos como anticiclón, le dieron espacio a otros artistas que en esos días mostraban su arte, presentaban adelantos de libros y hasta los vendían.
El arte en todas sus variantes pierde un espacio que promovía, con las premisas de no racismo, no sexismo y no homofobia, el encuentro de público con nuevos talentos en un ambiente amigable y siempre bien predispuesto.

El amor se devuelve
Leandro Agra es el creador de Tifón. El con su familia y algunos laburantes, son los que lo ponen en pie día a día. Guido Perri, un histórico de Tifón que estuvo encargado de manejar el espacio durante los eventos, me decía que había una nueva camada de bandas muy buenas y que era raro porque nadie conocía a Lean de esos grupos.
Para los que fuimos a Tifón durante muchos años, ver a Lean y su familia ahí era sentirnos en casa, siempre una sonrisa, un abrazo amigo, un oído para escuchar nuestras realidades y una voz consejera sobre temas de creación artística, manejo y organización de fechas o sobre la vida misma.
Esos vínculos se vieron los dos últimos fines de semana, con fechas con 200 personas en la sala y con muchos viejos habitués yendo a despedir ese lugar que dio momentos importantes en la vida de cada uno. Lean me contaba que era increíble el abrazo y el agradecimiento de gente que no conocía pero que en estas fechas sintió la necesidad de expresarle lo importante que fue Tifón en su vida.

Las dificultades de los espacios alternativos
Tifón como muchos espacios culturales chicos se encuentran en crisis, por la crisis económica, que hace que mucha gente no pueda gastar en esparcimiento. Pero también por la falta de políticas de incentivo a los espacios que buscan impulsar la cultura sin la búsqueda de un lucro atrás.
En La Matanza, Espinoza no tiene ninguna política de incentivo a la cultura, es más la desalienta: prohíbe las murgas Barriales, no fomenta la creación de centros culturales y solo pone plata para algunos eventos masivos y una feria del libro. Imposibilitando el florecimiento de espacios que contengan y vinculen a la juventud con otras perspectivas por fuera la marginalidad a la que los expone este sistema. A la vez, que al no permitir la inscripción como centros culturales, genera una tensión constante para quienes abren espacios ante la posibilidad de la clausura por parte de la municipalidad.

Ahora, Espinoza no está solo el gobierno nacional con su política de ataque a los institutos de la música, el cine y el teatro, la desaparición de los fondos de fomento también forma parte de esta realidad y este entramado. Una política de desinversión en planes como las orquestas infantiles, las escuelas van al cine, y cientos de otros que permiten acercar la cultura a los barrios.
Políticas de fortalecimiento de la cultura son esenciales para crear identidad, pero también, para crear espacios de contención en momentos de avance del narco en los barrios.
Por eso, los esfuerzos como los de Tifón, llevándole la contraria a los deseos del poder, es importantes reivindicarlos y reconocerlos porque ni gobierno ni oposición tienen políticas reales para impulsar el desarrollo de nuestra cultura.

En estos momentos que desde el estado nos impulsan al individualismo crear lazos de solidaridad, camaradería es contracultural. Frente a un mundo que nos quiere solos y consumiendo, tifón nos invita a pensar, criticar y ayudar colectivamente.
Gracias Tifón tu ejemplo sirve para pensar que otra forma de crear espacios es posible y también que somos muchos los que queremos una sociedad distinta donde florezcan cientos como vos.

