Este viernes, a los 86 años, falleció en Buenos Aires el querido Héctor “Cacho” Bidonde, actor, docente y director de teatro y, al mismo tiempo, un militante revolucionario y por mucho tiempo compañero de nuestro partido.
Héctor Pastor Bidonde nació el 2 de marzo de 1937 en La Plata, en el seno de una familia muy humilde. A los 17 años consiguió su primer empleo como tornero en la Metalúrgica Molini. Su militancia trotskista empezó en 1957 en Palabra Obrera, partido que dirigía Nahuel Moreno y antecesor del PST. Como militante, en la regional platense que dirigía el compañero Mario Doglio, volanteaba los frigoríficos y fábricas de La Plata, Berisso y Ensenada, vendía el periódico del partido y se reunía a charlar con los obreros.
Al mismo tiempo, comenzó su carrera de actor cuando en La Plata se presentó a una prueba para la obra “Amarretes” y lo tomaron para un personaje. Luego ingresó al Conservatorio Provincial de Arte Dramático, que funcionaba en el viejo Teatro Argentino. En 1969 entró a trabajar en la Dirección de Tránsito y Obras Viales de la entonces Municipalidad porteña, en donde fue elegido delegado por sus compañeros. En agosto del ’76 fue despedido por la dictadura militar.
Cacho estuvo casado con la actriz Norma Ibarra y la muerte de su primera hija, Laura, a la temprana edad de 16 años, fue un golpe durísimo. Desde hace varios años convivía con la actriz Virginia Ballesteros y en 1997 nació Agustina, su segunda hija.
En 1981 surgió Teatro Abierto, resistencia cultural a la dictadura genocida en cuya gestación también participaron Bidonde, Alberto Sava y otros compañeros del PST. En 2003 fue legislador porteño por AyL. Entre otras, fue autor de la Ley 2.146 de Teatros Independientes. Luego fue varias veces candidato en las listas de nuestro partido, el MST. #UnCachoDeCultura en la CABA era la consigna de su campaña para jefe de gobierno, junto a nuestro dirigente Alejandro Bodart como candidato a legislador. Siendo ya diputado porteño, Alejandro presentó un proyecto de ley para declarar a Cacho como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad. Se aprobó como Ley 5.476 por todos los bloques… menos por el PRO.
En este último tiempo, Cacho participó de la lucha victoriosa por la prórroga de los Fondos de Fomento para la Cultura. Nunca dejó su pasión por la actuación. Participó en reconocidas películas, como “La Noche de los Lápices”, “No habrá más penas ni olvido”, “Aparecidos” y tuvo su último papel en “Puán”, estrenada el año pasado. En su extensa carrera se cuentan más de 30 películas. También trabajó en series de TV como “Gasoleros”, “Hombres en pugna”, “Los simuladores” y varias obras de teatro como “Hamlet” y “El contrabajo”. Además fue docente teatral. En 2001 recibió el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable y en 2015 la Asociación Argentina de Actores le entregó la medalla por sus 50 años de afiliación al sindicato.
Cacho siempre apostó al teatro independiente, social y transformador. Un arte crítico, en donde la realidad social ocupe un lugar destacado. Hizo muchos roles de “malo”, en contraste con su enorme sensibilidad y su buen humor. Franco y directo, siempre en contra de la mercantilización de la cultura, siempre en favor de la identidad cultural, nunca funcional al poder, fue un artista que le ponía el cuerpo a las causas justas. Ayudó a varias generaciones a comprender la importancia del arte y la cultura, bandera de lucha que hoy gana fuerza en el país. Un actorazo con todas las letras, un militante de toda la vida por el socialismo. Gracias, Cacho. ¡Hasta el socialismo siempre!
Juli Luna y Pablo Vasco