lunes, 16 septiembre 2024 - 15:53

Absolución de Bodart. Un hecho político y judicial muy relevante

El 21 de agosto se leyó la sentencia, y así culminó esta instancia del juicio oral que impulsó la DAIA contra Alejandro Bodart como forma de acallar la denuncia contra la política genocida que lleva el Estado de Israel contra el pueblo Palestino. La absolución, segundo fallo a favor en esta denuncia iniciada hace dos años, es un hecho muy relevante tanto en el plano político como judicial dado el contexto en el que se da.

Si hacemos memoria, no es la primera vez que el sionismo pretende acallar judicialmente las críticas que se expresan su política de limpieza étnica y apartheid que lleva adelante desde hace más de siete décadas contra el pueblo palestino. La relevancia de este hecho, se lo da el contexto actual como así también la adhesión por parte de diferentes instituciones de la definición de antisemitismo propuesta por la Alianza Internacional por la memoria del Holocausto (IHRA por su siglas en inglés) donde amalgama antisionismo con antisemitismo a toda crítica o denuncia contra las instituciones israelitas como su propio Estado, con el objetivo de ser utilizada como mordaza y censura ante las denuncias al Estado genocida de Israel dirigido por el sionismo.

En primer lugar, es un golpe político al sionismo. En los propios alegatos la DAIA dejó en claro que era una causa con importancia internacional, necesitaban este fallo a favor para contrarrestar la creciente denuncia a la política sionista en territorios palestinos. La masacre que se agudizó luego del 7 de octubre del año anterior, a puesto a los ojos del mundo la barbaridad a la que estuvo y está expuesto el pueblo palestino. Por más que quiera mostrarse fuerte y avanzar con toda su fuerza intentando terminar con la limpieza étnica iniciada desde la instalación de forma artificial del Estado de Israel, la realidad es que se encuentra acorralado por las denuncias de diferentes países como así también por las resoluciones internacionales donde han dejado en claro que lleva adelante una ocupación ilegal, que no tiene que llevar adelante un genocidio y debe finalizar su política de apartheid. Esto situación solo se explica por las enormes movilizaciones y la solidaridad que recorre el mundo, con epicentro de la lucha en los países centrales como en Europa o Estado Unidos. Este fallo tiene que ser tomado como ejemplo de que no van a poder contener este movimiento que crece alrededor del mundo.

En segundo lugar, en el plano judicial es un revés a su intento de implementar un bozal que impida la denuncia al genocidio, como sí lo han logrado contra activistas en Alemania o contra estudiantes que protagonizaron las tomas de las Universidades en EEUU. Se logró que no puedan avanzar en su política de cercenar el derecho constitucional y reconocido en tratados internacionales a la libertad de expresión, como son las opiniones políticas que se expresan contra el accionar del sionismo.

En el transcurso del juicio oral, las exposiciones de los muy destacados testigos presentados por la defensa a cargo de María del Carmen Verdú e Ismael Jalil (se pueden ver completas en los sitios de la LIS y de Periodismo de Izquierda) desde diversos ángulos mostraron que defender a Palestina y denunciar un genocidio no es delito. Que quien hoy tiene una política antisemita es el propio Estado de Israel contra el pueblo palestino, pueblo semita. Se dejó en manifiesto que actos de antisemitismo son repudiados por las corrientes políticas de izquierda, como así también en palabras de miembros de la colectividad se han vivido en carne propio y no tienen relación con las posiciones políticas de denuncia con las que lleva adelante el Estado, haciendo una diferencia entre la población y la corriente política e ideológica que lleva las riendas de ese Estado.

En tercer lugar, es claro que la denuncia a nuestro compañero Alejandro Bodart no es casual, dado que somos una corriente política que desde sus inicios ha denunciado a dicho Estado, su política y su práctica cotidiana contra el pueblo palestino. Hemos sido desde hace décadas quienes hemos planteado con claridad que la única manera de ponerle fin al conflicto es con una Palestina libre del río al mar y volviendo a la situación previa a 1948, cuando se creó artificialmente y a sangre y fuego, el actual Estado de Israel. Para abrir la posibilidad de poner en pie un Estado palestino único, democrático, no racista, laico y socialista de la mano del levantamiento de todos los pueblos del oriente medio contra sus propias burguesías y avanzar a una federación socialista en la región.

Con este fallo tenemos que pasar a la ofensiva, han intentado sentar un precedente para usarlo contra todo aquel que quiera expresar su apoyo al pueblo palestino, y ahora se logró el efecto contrario: tenemos un precedente judicial que confirma nuestro derecho a opinar libremente y a seguir denunciando todo lo que haga falta. Denunciando también a quienes han apoyado la adhesión a la definición de la IHRA como así también proponer que desechen esas adhesiones, mostrando que su utilización lejos está de la denuncia al holocausto perpetrado por el nazismo, algo que todos repudiamos y denunciamos, sino como herramienta para impedir la denuncia al genocidio que lleva adelante actualmente el Estado sionista.

En resumen, con la absolución de Bodart en esta instancia, hemos logrado un nuevo e importante paso. Y seguiremos dando la batalla frente a la DAIA que ya anunció que apelará, y a la cual enfrentaremos en una próxima instancia redoblando la solidaridad nacional e internacional que se viene expresando en esta causa. Como se planteó desde un primer momento, no van a lograr acallarnos como no han logrado doblegar ni doblegarán al heroico pueblo palestino. No podrán avanzar con la censura, no podrán avanzar con la persecución, sin que eso no levante aún más a quienes defendemos esta causa histórica.

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