viernes, 15 noviembre 2024 - 18:16

Aborto legal. Algunas reflexiones a un año de la victoria

El primer sentimiento en este primer aniversario de la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo es de alegría, sin ninguna duda. Alegría porque después de tanta batalla, después de siete proyectos de ley presentados por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto -que integramos- y que el Congreso cajoneó durante años, después de tanta marea verde y tanto pañuelazo con las pibas a la vanguardia, conquistamos nuestro derecho a decidir.

Esa victoria histórica significó torcerles el brazo a todos los políticos y religiosos antiderechos. Entre los primeros, vencer a macristas y peronistas retrógrados, incluido el actual jefe de gabinete Manzur. Y entre los segundos, vencer a los evangélicos de ACIERA y a la Iglesia Católica, incluido el Papa. Derrotamos también a pseudo-periodistas como Viviana Canosa, a los del “fetito ingeniero”, a quienes nos insultaban y a cuanto dinosaurio suelto anda por ahí.

A la hora del balance no cabe olvidar que el presidente Alberto Fernández impuso en la ley la objeción de conciencia -incluso institucional- y recortó otros derechos, retrocesos que la articulación de la Campaña lamentablemente aceptó con la eterna excusa posibilista de que “no hay relación de fuerzas”. En realidad, en las calles había fuerzas de sobra para lograr el proyecto original. Aun así, la ley aprobada es un avance indiscutido.

Algunos contrastes

Según el Ministerio de Salud de la Nación (ya que el Ministerio de Mujeres no informa nada porque claramente no hace nada) a un año de la Ley de IVE:

  • En el sistema público de salud se realizaron 32.758 abortos en condiciones seguras. Pero aparte del subregistro es sólo un 10% de los 300.000 casos estimados por año, o sea que no todos llegan al hospital o salita.
  • En todo el país, 1.243 hospitales y centros de salud garantizan la práctica. Pero con 1.300 hospitales públicos y 8.000 centros de salud, la garantiza sólo un 13% del total de establecimientos. Hay obstáculos en Misiones, Corrientes, San Juan, San Luis, Mendoza, Catamarca, La Rioja.
  • A nivel nacional se distribuyeron 46.283 tratamientos de misoprostol. Pero la ANMAT todavía no autoriza la mifepristona, recomendada por la OMS junto al misoprostol para garantizar abortos efectivos e indoloros. Y falta capacitación en aspiración manual intrauterina (AMEU), técnica que no requiere internación.
  • Se editaron 3 protocolos sobre IVE e ILE en casos de violación y un programa de formación sobre abuso sexual en menores de 15 años. Pero aún seguimos sin tener ESI real en todo el sistema educativo, herramienta clave para prevenir la violencia de género y los abusos, cuyo 80% es intrafamiliar.
  • Los antiderechos presentaron más de 30 amparos para frenar la aplicación de la ley, pero fueron rechazados. Pero siguen detenidas más de 1.500 mujeres por causa de aborto, cuya libertad reclamamos, y se persigue a profesionales de la salud que garantizan la práctica, como a la médica Miranda Ruiz, de Tartagal, Salta, cuya absolución exigimos.

Con el pañuelo verde en alto

Señalar las falencias antedichas es confirmar los reclamos que hoy seguimos levantando. Ya aprendimos desde hace rato que con la aprobación de tal o cual ley no alcanza, sino que es preciso seguir organizadas y movilizadas para que el gobierno le asigne presupuesto suficiente y se aplique en forma efectiva.

Además de alegría, en este primer año de la ley también sentimos orgullo, orgullo político. Nuestra agrupación Juntas y a la Izquierda, del MST en el FIT Unidad, estuvo en la primera línea durante toda la pelea por el aborto. En cada pañuelazo y marcha, en cada mesa de agitación, en cada movilización, en todo el país. Ese protagonismo, y la coherencia política de señalar cada alerta e incluso críticas a la Campaña, nos permitieron ganar no sólo reconocimiento en el movimiento feminista sino también ganar a cientos de nuevas y nuevos militantes a nuestro partido.

Con ese fortalecimiento político y organizativo, a un año de aprobada la ley ratificamos que vamos por más, por mucho más. Alberto quiso autoarrogarse el logro y dijo, ¡él!, haberle “puesto fin al patriarcado”. Nada que ver: al patriarcado lo tiraremos junto con el capital.

Documento de la Campaña CABA

30D: un año de conquista, un año de ley de aborto voluntario

Hace un año en Argentina tenemos derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, a un año de la sanción de la Ley 27.610, reivindicamos haber sacado el aborto de la clandestinidad: lo instalamos en la agenda pública como un problema de derechos humanos, justicia social y de salud pública. Por nuestra militancia en favor de los derechos humanos hicimos que el Estado Argentino salde de una vez por todas la deuda que esta democracia tenía con las personas con posibilidad de gestar y con la decisión de abortar. La 27.610 es nuestra lucha convertida en ley.

Durante años estuvimos en las calles, en las escuelas y en los hospitales, acompañando a personas a abortar de forma segura, realizando tareas de incidencia política, redactando colectivamente proyecto tras proyecto de ley, organizándonos de forma horizontal y plural en todo el país. Constituimos una experiencia política sin precedentes. Nuestra marea verde, el feminismo organizado, nuestra acción colectiva y popular logró la despenalización social del aborto y llevar la discusión al Congreso de la Nación.

La Ley 27.610 es un paso histórico que amplió el marco de acceso a los derechos que estaban vigentes hasta entonces en nuestro país. Es una ley que cambia el día a día de las mujeres, lesbianas, varones trans, personas no binaries y niñas que se encuentran ante la situación de un embarazo no deseado. Es una ley que permite elegir y no pagar esa elección con la salud, con la vida o con la libertad. Es una ley contra el disciplinamiento y la violencia sobre nuestros cuerpos.

Esta es una conquista y un mensaje de esperanza para los feminismos que en todo el mundo luchan por un mundo justo. El aborto legal es vida, es autonomía y es salud integral.

Hoy Argentina cuenta con una ley que permite interrumpir voluntariamente una gestación hasta la semana 14 inclusive y luego de la semana 15 hacerlo en situaciones de perjuicio para la salud o la vida de la mujer o persona gestante o en caso de que el embarazo sea producto de violencia sexual.

A un año de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo se abre una nueva etapa de lucha. Nuestra Campaña es federal, vive en cada rincón del país con los pañuelos verdes en alto.

Por eso, en toda Argentina exigimos la efectiva implementación de la ley. Según relevamientos realizados por las más de 40 regionales que integran esta Campaña, el acceso al derecho al aborto es desigual en todo el territorio nacional. En muchas ocasiones se realizan derivaciones que demoran el acceso a la práctica, contradiciendo el plazo de 10 días que establece la ley. Resaltamos la falta del acceso a la mifepristona, un medicamento que garantizaría mejor atención a quienes deciden interrumpir un embarazo. ¡Abortar sin dolor también es político!

Exigimos la efectiva implementación de la educación sexual integral en todo el territorio y que las niñas no sean obligadas a gestar y a parir. ¡Separación ya de la iglesia y el Estado!

Exigimos la libertad de las más de 1.500 presas por abortos o eventos obstétricos.

Exigimos el sobreseimiento de la médica Miranda Ruiz, criminalizada en Salta por garantizar un aborto legal. También el cese de la persecución judicial a las compañeras de Salta que luchan por los derechos de las mujeres y disidencias sexuales. Basta de judicializar a quienes garantizan derechos. ¡Garantizar derechos no es delito, es obligación del Estado!

Exigimos al Estado una campaña nacional de difusión de la ley en los hospitales y centros de salud, para que todas las personas que requieran interrumpir un embarazo puedan acceder a la información necesaria para decidir.

Reclamamos también capacitación y sensibilización en perspectiva de género a los equipos de salud en su totalidad: personal médico, de enfermería, de salud mental, de servicios sociales y de admisión.

Seguimos atentas y movilizadas. Si nuestra lucha conquistó una ley, allí donde haya una injusticia en relación a nuestros derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos, seguiremos en alerta. Abrazamos nuestra lucha y una vez más volvemos a gritar:

  • Educación sexual para decidir
  • Anticonceptivos para no abortar
  • Aborto legal para no morir

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